Un resultado malo pero no catastrófico
Un poco frustrados, un pelín resignados, los jugadores del Athletic se exprimieron en Praga bajo un frío intenso, que tal vez es peor que el ... calor para jugar al fútbol, porque pinchan los pulmones en cada esfuerzo, en cada respiración profunda y en vez de aire parece que entra hielo. Ganar al Slavia se hizo imposible, perder hubiera sido una desgracia inmerecida, y el empate sabe a poco porque las ocasiones más claras fueron bilbaínas, y solo la brillante actuación del portero checo evitó la derrota de su equipo.
Es el momento de recordar la primera, en el minuto 4, en un contragolpe claro entre Guruzeta y Sancet, o la última, ya con el reloj en el minuto 90, en la que Unai Gómez encontró la línea de fondo, pero no el espíritu asesino de un delantero centro que buscara el lugar en el que hay que estar para el remate. Y en medio, las que tuvo Robert Navarro, que hay que convenir que ha sido un gran fichaje a coste cero, una de ellas clarísima pero que se fue al limbo no tanto por impericia del delantero, que remató de cabeza de forma canónica, sino de habilidad del guardameta rival, que hizo la parada de la noche.
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Fue una lástima esa oportunidad perdida porque daba la sensación, tal como discurría el partido, de que el Slavia no daba para mucho más, y que un gol en contra podría haber sido su tumba. Pero la Champions es así de exigente, hasta el equipo más endeble te puede plantar cara y más todavía en su campo. Los checos no fueron, ni por asomo, el grupo solidario que en San Mamés, la temporada anterior, estuvo a un paso de dar un disgusto al Athletic, pero con su portero, su delantero centro de dos metros, y sus armas, que en ocasiones pasaron por embarrar un tanto el partido, con continuas interrupciones en las que el árbitro, en otra actuación 'made in UEFA', contribuyó bastante, consiguió entorpecer el ritmo de los vizcaínos, sobre todo tras los primeros minutos de la segunda parte en los que casi arrolló a su contendiente.
En fin, el resultado no sirve demasiado para la clasificación a la siguiente fase, aunque todavía restan partidos, pero habrá que buscar las cosas positivas en lo que pudimos ver sobre el pesado césped de Praga, toda la noche bajo aguanieve. En primer lugar, el hecho de mantener la portería a cero ya es importante. A Unai Simón se le criticó bastante tras el partido del sábado en el Camp Nou, pero frente al Slavia se convirtió en el primer defensa. Con el equipo checo buscando la cabeza de Chory, estuvo muy decidido en las salidas por alto y descolgó media docena de balones para desactivar las acciones de ataque.
Hay que convenir que Robert Navarro ha sido un gran fichaje a coste cero. Tuvo las mejores ocasiones
También los centrales cumplieron con creces. Estuvieron serios y expeditivos; en los laterales, Adama hizo lo que le encargaron y Areso estuvo irregular y algo fallón. Rego, discreto y eficaz, escoltó a Galarreta, que no tuvo demasiadas oportunidades de pensar, y delante, el trabajo de Robert Navarro y Guruzeta fue ímprobo, mientras Sancet tuvo algún chispazo. Tal vez Berenguer, por una vez y sin que sirva de precedente, se dejó ver menos, bien tapado por su lateral.
Luego hubo cambios, que no mejoraron lo que había, aunque refrescaron al equipo, y en definitiva, con ese mal endémico de la falta de gol, el Athletic mejoró bastante, aunque con el precedente del Camp Nou, cualquier otra cosa hubiera sido un desastre.
¿El resultado? Malo, aunque no catastrófico.
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