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La primera fusión entre dos colegios concertados en Bizkaia ha terminado en un rotundo fracaso. Jesuitinas ha decidido de forma unilateral cancelar el proceso de ... integración con Jesús María. El motivo, explicó este martes en un comunicado, es que «no se han cumplido» los «condicionantes esenciales pactados en el acuerdo». Entre ellos, «la necesidad de alcanzar unas previsiones suficientes de matrícula, garantizar la viabilidad económica del centro resultante y asegurar un entorno organizativo y social estable para su desarrollo». «El próximo curso ambos colegios continuarán con su actividad educativa de manera separada», zanja la nota.
Jesús María tenía a principios de este curso 530 alumnos y Jesuitinas, 460. La previsión era que el nuevo centro contase con 700 estudiantes. Fuentes de la dirección de Jesuitinas –que rechazan hablar de «ruptura» del acuerdo porque «no se dan las circunstancias que tenían que haberse dado»– explican que Jesús María no ha cumplido con su parte del trato en este punto, al haber perdido en torno al 40% de sus alumnos en Infantil y primeros cursos de Primaria, claves para garantizar la viabilidad del proyecto. «El recorte de plantilla no nos puede afectar de igual manera, como habíamos pactado, cuando nosotros aportamos muchos más alumnos», apuntan. Respecto a la falta de un entorno social «estable», señalan directamente a la huelga indefinida que los profesores de Jesús María iniciaron hace dos meses. «Habíamos conseguido ilusionar a muchas familias, pero esa situación es insostenible», subrayan.
La noticia llega a menos de un mes de que finalice el curso y una vez que se ha cerrado el periodo ordinario de matriculación. La fundación Bidaide, propietaria de Jesús María, reprochó este martes que las razones esgrimidas por Jesuitinas para romper el acuerdo son «injustificadas». «La ruptura no beneficia a nadie», lamentó, en una comunicación a las familias.
Se abre ahora un periodo de incertidumbre, sobre todo para las familias de Jesús María. La fusión iba a dar como resultado un nuevo colegio, Zabalbide, ubicado en las instalaciones de Jesuitinas. Los alumnos de ambos centros pasaban a estar matriculados en el nuevo proyecto, salvo que optasen por cambiar a otro, como han decidido muchas familias de Jesús María, molestas con la forma en que se ha gestionado todo el proceso. La duda ahora es qué va a pasar con este colegio. Ya no está claro que vaya a cerrar.
Fuentes del Gobierno vasco aseguraron a este periódico que se activarán «medidas urgentes» para ofrecer «alternativas de escolarización» a las familias que así lo deseen, «ya sea mediante la reubicación en Jesuitinas o en otros centros del entorno». Esta última opción no se limita sólo a aquellas que ya habían pedido el traslado durante el periodo de matriculación, sino que se hará una excepción con las que deseen abandonar ahora Jesús María. El único criterio que se tendrá en cuenta será el número de plazas disponibles en los colegios del entorno. Educación se reunirá «esta misma semana» con las familias. «La prioridad absoluta es garantizar el derecho a la educación del alumnado», afirma el departamento.
La decisión de Jesuitinas pilló este martes con el pie cambiado a todos los agentes implicados. La consejera de Educación, Begoña Pedrosa, aseguró en una rueda de prensa desconocer la noticia. Y Kristau Eskola, principal patronal de los colegios católicos vascos, a la que pertenecen los dos centros en cuestión, también mostró su sorpresa. Fuentes oficiales señalaron a este periódico que no tenían «ningún conocimiento» del movimiento. La organización se presenta como un «facilitador» de las relaciones entre sus colegios, pero cada uno «es soberano», por lo que se desmarca del paso dado por Jesuitinas. «Nos ha cogido por sorpresa», confesaban las citadas fuentes, que también calificaron de «problemón» lo sucedido. «Esta situación es mala para las dos partes».
«Lo que ha pasado nos deja en una situación muy complicada», lamentaban fuentes del ampa de Jesús María, que se reunió tanto con la dirección de su centro como con la de Jesuitinas. «El daño ya está hecho. Muchas familias se han ido de Jesús María y otras pedirán ser reubicadas en Jesuitinas, pero no sabemos si va a tener Bachillerato artístico y modelo A, como se había hablado que tendría Zabalbide. El nuevo proyecto por el que apostaban muchas familias ha desaparecido», censuraban. «Se ha jugado con nosotros. Creíamos que la situación no podía ir a peor».
Se refieren los padres al duro conflicto laboral que vive el colegio desde hace ocho semanas. Los docentes iniciaron el 18 de marzo una huelga indefinida en protesta por el recorte de plantilla que conllevaría la fusión. Jesús María cuenta con 60 trabajadores y Jesuitinas, con 56. El nuevo centro iba a necesitar 76 profesores, lo que supondría el despido de un tercio de la plantilla. Los trabajadores, representados por ELA, están a la espera de recabar información.
Como consecuencia del paro indefinido, los alumnos de este colegio llevan casi dos meses sin recibir clase, toda vez que los servicios mínimos no se están cumpliendo, según denuncian fuentes internas. Muchas familias envían a los chavales a academias y clases particulares para que puedan avanzar materia, sobre todo quienes tienen hijos en 2º de Bachillerato y se enfrentan a Selectividad. También han dejado de abonar la parte proporcional de la cuota y desconocen cómo se va a evaluar a sus hijos.
La semana pasada, los profesores en huelga, detrás de una pancarta, elevaron la tensión al bloquear el paso de los autobuses que llevaban a los menores en la puerta de acceso al centro. La protesta obligó a intervenir a la Policía Municipal, que envió a Artxanda varias patrullas. Los alumnos tardaron una hora en llegar a sus aulas, aunque no tuvieran clase.
El caso de Jesuitinas y Jesús María es paradigmático porque es la primera fusión de dos colegios concertados en Bizkaia como consecuencia de la caída de la natalidad. Hasta ahora ha habido casos de centros públicos. Y marca un precedente importante porque son decenas los colegios cuya viabilidad está amenazada por la falta de nacimientos. Entre los cursos 2014/15 y 2024/25, las aulas vascas de Infantil han pasado de acoger 94.433 alumnos a 68.114. Es una caída del 28% que golpea a todos los centros educativos, pero que se ha cebado con algunos concretos.
En este contexto, la fusión aparece como una alternativa al cierre para mantener vivos proyectos educativos similares (Jesuitinas y Jesús María, por ejemplo, son trilingües, tienen una mirada religiosa...) y puestos de trabajo. Hay precedentes de integraciones exitosas. Este curso se ha completado la fusión de tres colegios de San Sebastián (Santa Teresa, Larramendi Ikastetxea y, precisamente, Jesuitinas). «Está funcionando súper bien», destacan fuentes de Kristau Eskola, en contraposición con lo sucedido con los centros bilbaínos.
La consejera de Educación, Begoña Pedrosa, ha eludido en varias ocasiones detallar cuánto dinero supone el aumento salarial del 7% para los 27.000 docentes de la red pública durante los próximos tres años pactado el pasado viernes con la mayoría sindical. «No voy a dar ninguna cifra, estamos puliéndola», ha explicado, a preguntas de los periodistas. «Ha sido una subida muy razonable, daremos los datos cuando los tengamos», ha añadido, tras destacar que el nuevo convenio está orientado a la mejora de los resultados académicos, la gestión de la diversidad en las aulas y el refuerzo del euskera.
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