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Más de un centenar de familias han pedido abandonar el colegio concertado Jesús María después de la fusión con Jesuitinas. El nuevo proyecto educativo, ... Zabalbide ikastetxea, echará a andar el próximo curso en las actuales instalaciones de Jesuitinas, pero la pregunta ahora es con cuántos alumnos.
Desde que la dirección del colegio comunicara la decisión, muchas familias mostraron su enfado. Sobre todo por lo precipitado del anuncio el pasado 30 de enero, apenas cuatro días antes de que arrancase el proceso de matriculación para el próximo año académico. Pero también porque a muchas no les convence el proyecto educativo del nuevo centro, que aún no ha sido definido del todo.
El periodo de inscripciones se cerró la pasada semana y las listas provisionales se publicarán el próximo 18 de marzo. Según ha podido saber este periódico, al menos un centenar de familias de Jesús María –hasta 120, según varias fuentes– han realizado la preinscripción en otros centros educativos como Fátima-Esclavas, Trueba y, en menor medida, Ayalde y Urdaneta. Se trata, sobre todo, de familias con hijos en Infantil y Primaria.
Este volumen de familias suponen aproximadamente el 30% del total del colegio. El problema es que no es sencillo que todas encuentren hueco. En los cursos inferiores sí hay más opciones, toda vez que muchos centros no llenan sus aulas como consecuencia de la caída de la natalidad. Pero esto no sucede en 4º, 5º o 6º de Primaria. Un padre explica, por ejemplo, que el centro que ha escogido tiene tres plazas libres en el curso de su hijo. Se han inscrito doce alumnos sólo de Jesús María. La competencia es alta.
Algunos padres se reunieron la pasada semana con el Departamento de Educación para pedir que su caso no sea tratado dentro del proceso ordinario de matrícula. «Somos más de cien familias que quieren cambiar de colegio. Es algo del todo extraordinario», explica una madre a este periódico. «Lo que queremos es que se respete nuestro derecho de libertad de elección de centro, porque nosotros escogimos Jesús María, pero Zabalbide es un proyecto que nos han impuesto», abunda. A su juicio, no se trata de una fusión ni de una integración, sino de «un cierre y un absorción».
Por todo ello, solicitan que aquellos colegios que han recibido un volumen elevado de solicitudes de familias de Jesús María puedan abrir nuevas líneas o ampliar la ratio de alumnos por aula. Algo a lo que, por el momento, el departamento se niega. Otra de sus exigencias es que, al menos, se garantice que los hermanos vayan al mismo colegio.
No toda la comunidad escolar rechaza el nuevo proyecto. Tras el «shock» inicial y pese a las «lagunas» que, reconocen, existen todavía, hay familias que encaran el futuro con «optimismo». «Se juntan dos proyectos educativos que son casi idénticos», celebra un padre. Hay otra cuestión pone en valor. «La fusión era el mejor movimiento posible. En los próximos años muchos colegios van a cerrar o fusionarse por la falta de nacimientos. Nosotros llevaremos ventaja, espero que con un proyecto puntero y con efecto tractor», afirma.
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