Cientos de personas arropan a Olatz Salvador en las txosnas una semana después de su concierto cancelado
La cantautora agradece a Rozalén su apoyo tras la polémica por la cancelación de su espectáculo el primer día de Aste Nagusia
«Hoy sí». Una semana después, Olatz Salvador pudo este sábado finalmente actuar en Aste Nagusia. Lo hizo a la hora del vermú en la ... zona de txosnas, en un discreto escenario ubicado en la comparsa Txinparta, arropada por cientos de personas que se agolpaban en el reducido espacio. La cantautora se llevó varias ovaciones tras una semana en la que su nombre y el de las artistas Kai Nakai y Maren ha estado en el centro de la polémica.
Las tres debían haber compartido escenario en Abandoibarra en la primera noche de fiestas. Sin embargo, el su espectáculo fue cancelado porque la empresa encargada del montaje no finalizó el trabajo a tiempo. El Consistorio estudia si aplicar sanciones a la compañía.
El fiasco protagonizó el arranque de Aste Nagusia. Unos días después, las tres artistas publicaron un duro comunicado en el que denunciaron presiones del Ayuntamiento para no hacer público su enfado con lo sucedido. Afirmaron sentirse «ninguneadas». El alcalde negó tajantemente las acusaciones
Siete días después del fallido concierto, Salvador pudo redimirse, tras la oferta de la comparsa Txinparta de tocar en sus instalaciones. El público, mucho menos numeroso del que habría acudido a Abandoibarra, le trasladó su cariño. Algo que ella agradeció varias veces, y celebró tener la «oportunidad» de tocar en el recinto festivo.
En el concierto, que duró algo menos de una hora, la cantautora tocó algunos de sus temas más conocidos. 'Korapilatzen', coreada por cientos de gargantas, fue una de las más aclamadas. Otro de los momentos más especiales fue cuando llegó el turno de 'Ahots hari', una colaboración de Salvador con Rozalén.
La artista albaceteña ha sido uno de los grandes apoyos de las tres cantantes vascas durante esta semana. «Es normal no callarse ante una situación así», expresó la de Letur poco después del comunicado conjunto de Salvador, Maren y Kai Nakai. «Estamos con vosotras», les animó. Según desveló ayer Salvador, Rozalén iba a haber acudido al concierto improvisado en la zona de txosnas, pero se puso enferma. En cualquier caso, explicó que la castellanomanchega -«una persona que siempre me ha protegido», dijo- «ha sido muy importante a la hora de dar el paso de contarlo todo», en unos días en los que «lo tuvimos muy difícil», recordó. E hizo un llamamiento a «no quedarse callados».
En realidad, en la actuación de este sábado apenas hubo referencias a la polémica fiestera. Fue un momento para disfrutar, para bailar y cantar. Seguidores de todas las edades, parejas y familias con niños pequeños se dieron cita junto al Arriaga en un reducido espacio que, un cuarto de hora antes de que comenzase el concierto, ya estaba a rebosar.
Boicot a Spotify
Durante su actuación, la cantante donostiarra denunció el «genocidio» en Gaza y llamó a boicotear la plataforma musical Spotify por la vinculación de su propietario con empresas de armas israelíes. Apostó, desde esta perspectiva, por recuperar los discos y vinilos. También aprovechó la ocasión para censurar las agresiones sexistas, homófobas y de distinta índole ocurridas durante las fiestas. «No lo podemos permitir», señaló, antes de agradecer a las comparsas su trabajo para «poder tener espacios seguros».
Salvador, además, animó al público a «respaldar» los locales que promueven la música y cultura vascas. En concreto, citó Bira Kultura y Sinsorga, ambos ubicados en el Casco Viejo, como espacios a proteger.
En el famoso comunicado en el que explicaron lo sucedido el pasado sábado en Abandoibarra, Salvador, Maren y Kai Nakai aseguraron sentirse «ninguneadas, tristes y enfadadas por el trato recibido» por parte del Ayuntamiento. Señalaron no haber recibido «ninguna disculpa ni información por el escenario no montado y el concierto no celebrado, por el mal trato y la mala gestión del día 16 de agosto, por la crónica del concierto no celebrado, por los conciertos mal anunciados y por la falta de interés en cómo nos sentimos».
Sin embargo, lo más grave fue cuando, aseguran, recibieron amenazas por parte de «varios miembros de la Corporación municipal» para que no publicaran un vídeo en el que explicaban que la actuación se iba a suspender.
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