Una batalla campal entre Falange y radicales deja 40 heridos y 19 detenidos en Vitoria
Grupos de extrema izquierda revientan el acto de ultraderecha, se enfrentan a la Ertzaintza y provocan destrozos en la ciudad
El centro de Vitoria vivió durante todo el 12 de octubre escenas de máxima tensión protagonizadas por radicales de izquierdas y miembros de Falange, ... que se enfrentaron entre sí y contra la Ertzaintza en una dantesca jornada de violencia, con enfrentamientos cuerpo a cuerpo entre los dos grupos de ultras, lanzamiento de objetos, barricadas, pedradas... Los graves disturbios, que arrancaron a mediodía y continuaron hasta primera hora de la tarde, dejaron 19 detenidos por «desórdenes públicos» y cerca de medio centenar de heridos de diversa consideración, entre ellos una veintena de agentes contusionados, además de destrozos en negocios del entorno y en el mobiliario urbano. Todos los arrestados han sido puestos en libertad con cargos a lo largo de esta noche y madrugada. Uno de los detenidos es menor de edad y quedó en libertad el mismo domingo.
Se sabía desde hace días que integrantes de Falange iban a desplazarse a Vitoria para concentrarse con motivo del Día de la Hispanidad para defender «la unidad de España». Y también era conocido que grupos de izquierda radical, algunos vinculados a la izquierda abertzale, de la capital alavesa y de diferentes puntos de Euskadi se habían movilizado para contramanifestarse. De ahí que la Ertzaintza hubiera activado un contundente despliegue con «numerosos recursos» de la Brigada Móvil por toda la zona que, visto el saldo de la jornada, fue «ineficaz», en palabras del sindicato policial Euspel.
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El tenso ambiente en el centro de la ciudad durante la mañana auguraba, de hecho, que el día iba a complicarse. Los falangistas –más de dos centenares según testigos presenciales– se juntaron en la plaza de La Provincia, frente a la sede de la Diputación alavesa, para realizar una concentración autorizada previamente. Exhibían banderas españolas preconstitucionales y profirieron gritos en favor de la unidad de España, que «ni se vende ni se negocia» y entonaron el 'Cara al sol' acompañado del saludo fascista con el brazo derecho en alto. Para impedir que los ultraderechistas se desperdigaran por la ciudad, la Ertzaintza acotó el recinto con cinta y situó a varias dotaciones a escasos metros.
Pero en paralelo, los radicales que querían impedir el acto, convocados por una amalgama de siglas que iban desde Ernai a GKS, pasando por Sare Antifaxista, Gedar y Jarki, se congregaban en los alrededores. Se podía ver a grupos de encapuchados por las calles Beato Tomás de Zumárraga y Siervas de Jesús, que desemboca en la plaza de La Provincia. Los agentes de la Policía autonómica tomaron posiciones y se prepararon para cargar contra ellos para evitar que llegaran a encontrarse con los falangistas. Lo intentaron pero no lo lograron. Pase a disponer del apoyo de un helicóptero e imágenes de dron, el cordón policial no fue efectivo y los radicales de izquierdas se colaron en la plaza.
Sombrillas como parapeto
A partir de ahí se sucedieron escenas violentas de todo tipo, aderezadas con insultos y cánticos ofensivos de toda índole. Durante varios minutos hubo enfrentamientos cuerpo a cuerpo, con puñetazos y patadas entre ambos bandos, con ertzainas manteniendo las posiciones a cierta distancia. Se vivieron momentos de extrema tensión y los equipos sanitarios, previsores, que ya esperaban en la zona tuvieron que atender a los primeros heridos por golpes y heridas.
Pasado ese primer momento, en el que se produjeron los primeros arrestos, los violentos se replegaron hacia las calles adyacentes y ahí las hostilidades ya se focalizaron contra la Ertzaintza. Volaron piedras, bengalas y objetos de todo tipo, incluido mobiliario urbano. Bares de la zona que temían que ocurriera lo que finalmente pasó no habían montado sus terrazas e incluso echaron la persiana con tiempo suficiente. Pero otros, menos precavidos y que no siguieron las indicaciones de las autoridades, operaban con normalidad, así que mesas y sillas fueron utilizadas como ariete. Incluso en los vídeos publicados en la edición digital de ELCORREO se puede observar a radicales uniformados de negro parapetarse detrás de grandes sombrillas para tratar de acercarse al cordón policial.
Montaron improvisadas barricadas en las calles más angostas con contenedores de basura y recurrieron a arquetas y adoquines de la calle Siervas de Jesús para emplearlos como arma, al igual que las papeleras. La Ertzaintza cargó con porras y proyectiles de foam durante varios minutos hasta lograr que los violentos se dispersaran.
Mientras tanto, la concentración de Falange continuó con nuevos cruces de improperios con grupos concentrados, ya sin emplear la violencia, a escasos metros. Pero la tensión regresó a las 13.00 horas, cuando finalizó el acto y los ultraderechistas se dirigieron mayoritariamente al parking de la plaza Juan de Ayala –a escasos minutos de la zona–, donde habían estacionado sus vehículos. Hasta allí también se movieron los radicales del bando contrario, que se reagruparon en el entorno de la salida del estacionamiento.
Acto frente a comisaría
La Policía autonómica se empleó con contundencia y regresaron las cargas y los lanzamientos de objetos, así como la quema de contenedores. En ese momento se llevaron a cabo nuevos arrestos, que pusieron fin a los altercados. Patrullas de la Ertzaintza escoltaron los coches de los falangistas hasta la salida de la ciudad y se recuperó una aparente normalidad. Ya por la tarde se celebró una manifestación convocada por «grupos antifascistas» en contra de la presencia de la Falange y a las 19.00 horas tuvo lugar frente a la comisaría de la Ertzaintza una concentración para reclamar la puesta en libertad de los detenidos al mediodía.
Herido un fotógrafo de EL CORREO durante los incidentes
Entre el medio centenar de heridos registrados ayer en Vitoria se encuentra uno de los fotógrafos de EL CORREO que cubría los incidentes. Junto a otros compañeros de diferentes medios, fue sorprendido en la plaza de La Provincia por la lluvia de objetos lanzados por los radicales que desbordaron el dispositivo policial y accedieron al lugar para enfrentarse con los falangistas. Uno de ellos, posiblemente una piedra, impactó de lleno en una pierna, provocándole una herida sangrante de gravedad que requirió su traslado a un centro hospitalario. Allí fue atendido y al cabo de varias horas recibió el alta.
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