En Betoño
La Ertzaintza sigue la pista al «único» autor del incendio de 6 coches en BetoñoUna hipótesis apunta a una «venganza», que los dueños de los autos niegan. «No tenemos problemas con nadie», dicen. El pirómano sufrió quemaduras en la cara
Fue un incendio «intencionado». Lo ejecutó una única persona, quien además actuó «a cara descubierta». El misterio de los seis vehículos calcinados en una parcela ... privada de la calle Miravalles, en el polígono industrial de Betoño, en Vitoria, comienza a aclararse. Sin motivo aparente, un par de turismos, dos furgonetas y otras dos camionetas quedaron reducidos a un amasijo de hierros la madrugada del 17 de noviembre.
Desde el primer vistazo, los Bomberos de Vitoria apreciaron indicios de «intencionalidad». Preguntado por este caso, el Departamento vasco de Seguridad reconoce que «hay una investigación abierta» por ese presunto componente delictivo.
El posterior estudio de las cámaras de seguridad de la zona -según ha sabido este periódico- ha permitido a los investigadores de la Ertzaintza determinar que hubo «un único autor». Ese varón se internó en la parcela sin más compañía. Llevaba «el rostro descubierto». Pasó de un vehículo a otro con precisión milimétrica. Y pudo valerse de «acelerantes» para facilitar la combustión de sus objetivos. Se cree que utilizó «un mechero o algo parecido» para hacer llama.
«Es obra de un profesional. Por las grabaciones se le ve muy tranquilo, como si lo tuviera planificado»
Por estos indicios, una de las hipótesis apunta a «algún antiguo trabajador enfadado o alguien enfrentado con los responsables de las empresas propietarias de los vehículos atacados». Sin embargo, uno de los jefes de esas firmas niega la posibilidad de venganza alguna. «No tenemos problemas con nadie ni tampoco hemos hecho despidos recientemente». De hecho, él piensa que el autor «fue un profesional, lo digo por su sangre fría». Estima que «sabía muy bien lo que hacía. En todo momento va tranquilo y como si lo tuviera planificado. Fíjate que inutilizó una de las cámaras». Los coches carbonizados se encuentran en una esquina, lejos del alcance de la vista desde la calle.
«La sillita de mi hija»
Dos semanas después, esos seis automóviles atacados han adquirido un aire fantasmagórico con las inclemencias meteorológicas. Sus dueños andan todavía enfrascados con los seguros. «Nos ofrecen muy poca compensación». Uno de los dos turismos atacados era el vehículo particular de este empresario vasco. «Tenía que arreglar el freno de mano y lo dejé aparcado allí. Ardió entero. Y encima tenía la sillita de mi niña pequeña», se lamenta.
Aunque las imágenes recogidas no son de gran calidad, apenas había luz, sí se observa cómo el desconocido sufrió un susto con una de las furgonetas abrasadas. «Se ve cómo se mete en el interior y que permanece dentro cuando se produce una llamarada enorme, que le impacta en la cara y en el torso», comparte este damnificado.
De ahí que una de las líneas de investigación policial se centrara en las urgencias médicas, por si hubiera aparecido algún herido por quemaduras en las horas posteriores al ataque producido en la calle Miravalles. «Estoy convencido de que si se quemó se marchó a algún hospital fuera del País Vasco, para no dejar rastro», subraya.
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