El Azkena cierra con 47.000 espectadores
La organización del festival destaca que cumple la previsión y «reafirma una forma única de vivir la música» en Vitoria
El Azkena cerró anoche su vigesimotercera edición con un buen dato de asistencia y una programación que ha reunido a varias generaciones en torno al ... rock. Durante tres intensas jornadas, un total de 47.500 personas han pasado por el recinto de Mendizabala. La asistencia fue mayor el viernes con motivo de la visita de John Fogerty en exclusiva en España para el programa vitoriano. La leyenda estadounidense repasó a sus 80 los éxitos de Creedence Clearwater Revival que siguen acompañando a muchos.
Desde la promotora Last Tour destacaron cómo esta edición ha vuelto a reunir a «varias generaciones», reafirmando lo que definen como «una forma única de vivir la música». La cifra de asistencia se mantiene en niveles similares a los de años anteriores y, como es habitual, buena parte de los hoteles de la ciudad rozaron el lleno durante el fin de semana.
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En el balance oficial, la organización subrayó también el comportamiento «ejemplar» del público, que permitió cerrar el festival «un año más sin incidentes». Además de Fogerty, el cartel contó con actuaciones destacadas como las de Lucinda Williams, Dinosaur Jr., Manic Street Preachers, PiL (banda de Johnny Rotten, ex de los Sex Pistols) o Flaming Lips, que desplegaron esa gran puesta en escena colorida basada en su álbum icónico 'Yoshimi Battles the Pink Robots'.
El eclecticismo fue especialmente notable en la jornada del sábado, y fue uno de los temas más comentados por el público fiel del festival. También en Trashville –las dos carpas que acogen las propuestas más inclasificables–, se vivieron momentos intensos con grupos como Gogoponies, Wau y los Arrrghs!!! o The Sex Organs. Cabe destacar las actuaciones de Margo Price como de Derby Motoreta's Burrito Kachimba. Sellaron con nota su paso por el certamen a pesar del fuerte chaparrón que cayó durante sus conciertos. Ese mismo día, el festival se sumó a la conmemoración del Día Mundial contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), tiñendo de verde el escenario principal. A su vez, los conciertos de Libe, Kaotiko, Eh Mertxe! y Ezezez dieron fe del buen momento de la escena vasca. Más allá del terreno musical, la ausencia de autos de choque en esa oferta de entretenimiento fue la más sonada.
Polémica
La apuesta por llevar conciertos en la plaza de la Virgen Blanca se repitió. Esta vez con Kitty, Daisy & Lewis, que llenaron el centro de swing y rockabilly elegante, y el londinense Laurie Wright. Ambas actuaciones atrajeron a más curiosos que en años anteriores, bajo un sol de justicia.
Si en otras ocasiones, la polémica del festival tenía que ver con la presencia de bandas alejadas de los cánones del rock, en esta ocasión uno de los temas de conversación más repetidos, incluso entre bandas, fue la presencia de Cherie Currie, cantante de la mítica banda femenina The Runaways, que actuó en la madrugada del sábado al domingo. Su posicionamiento a favor de Israel y en defensa de la masacre en Gaza, algo que califica de «justo» en redes, generó protestas por parte del público. Durante su concierto en el escenario 'La Salve', iniciado a la 1.50 horas, se vieron al menos una decena de banderas y pañuelos palestinos en las primeras filas, acompañadas de silbidos. «La música no es política», dijo la cantante desde el escenario en una actuación atropellada.
La buena acogida del festival este año que en otras ediciones se ha replanteado su formato –entre 2013 y 2019 solo se celebraron dos días de conciertos– reafirma la apuesta por el modelo actual y ya ha anunciado fechas para su próxima edición. Será el 18, 19 y 20 de junio de 2026 en Mendizabala.
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