¿Por qué Valderrama, donde hoy Rahm empieza el LIV, es un campo tan complicado?
Calles estrechas amenazadas por frondosos alcornoques, greenes pequeños y un viento caprichoso lo convierten en un gran test
Valderrama, que desde este viernes hasta el domingo acoge el LIV Andalucía, comenzó a ser un nombre familiar en las esferas del golf mundial tras ... el huracán en forma de Ryder que pasó en 1997. Era la primera vez que la Europa continental acogía el torneo de los torneos, y desde entonces se convirtió en uno de los santuarios donde se han forjado grandes leyendas. El escenario es idílico. Aquí raro es el día en el que no luce un sol radiante y por su ubicación, en una loma, goza de unas vistas privilegiadas del Mediterráneo más próximo al Estrecho. Las mansiones que se asoman, algunas junto a calles y greenes, indican que este no es un lugar para cualquier bolsillo.
Pero centrémonos en lo deportivo. ¿Por qué Valderrama resulta temible para los profesionales? Su altura también convierte a este paraíso en una trampa debido al viento, un factor de por sí a tener en cuenta pero que en este recinto se convierte en fundamental. Hay varios hoyos donde se tira cuesta abajo y si el aire hace de las suyas controlar la bola resulta muy difícil, especialmente en los pares 3 del 12 y del 15. No hay margen de error porque, además, los greenes son muy estrechos.
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Valderrama, dicen los expertos, es una mezcla de los dos tipos de golf más comunes: parkland, donde multitud de árboles protegen el campo y hacen que a vista de pájaro sea una extensa masa verde, y links, tradicionales de las islas británicas junto a los acantilados. Considerado una de las catedrales del golf, luce un color que evoca al Augusta National. Su mantenimiento es espectacular y, cuentan, siempre está preparado para un torneo profesional. Por otro lado, se asemeja a los campos de Reino Unido porque la cercanía al mar hace que el viento sea muy húmedo y, en consecuencia, provoca que se eleve más la bola y se haga casi incontrolable. Cada tiro requiere de una precisión quirúrgica.
Comienza el torneo
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Horarios. Rahm sale el viernes a las 13.15 horas, el sábado lo hará a la una, salvo que juegue el partido estelar (13.15), y el domingo comenzará a las 11.30.
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Partido. Jugará con el defensor del título Sergio García y Patrick Reed, ganador en Dallas.
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El campo. Par 71 de 6.410 metros. Tres pares 5, cuatro pares 3 y once pares 4. Récord de -19, Adrián Otaegui en 2022.
Esta última afirmación no es baladí. Valderrama no es muy largo, oscila entre los 6.200 y 6.400 metros, y si bien no goza de los cada vez más recurrentes pares 4 de 300 metros alcanzables de un golpe –el más corto es el del hoyo 8, con 320 metros–, muchos obligan a salir desde el tee con hierros largos en lugar de con el driver para garantizar un mayor control. En esta línea, no vale solo con alcanzar la calle. Estas son muy estrechas y llenas de trampas en forma de alcornoques. En el 2, por ejemplo, un gigantesco árbol saluda de lejos y avisa de que incluso mandando la bola al medio de la calle te metes en un problema. Estos recurrentes obstáculos aparecen incluso en los búnkers, como el del hoyo 9, que flanquea por la derecha al green. Valderrama siempre exige ir al sitio correcto, de lo contrario empiezan las angustias.
El juego corto también requiere de una sutileza suprema porque los greenes son muy pequeños. Hay pocas escapatorias. Pese al rocío de cada mañana, el hecho de que el LIV arranque al mediodía permite que estén durísimos. «Parecen de cristal», confiesa algún que otro profesional. Si en Augusta, por seguir con la comparación, son enormes aunque la mar de ondulados, aquí muchos son cuesta abajo y pasarse supone irse a un rough que no destaca por ser especialmente alto pero puede arruinar más de una tarjeta.
DON'T get caught short on the 10th green at Valderrama 😬#LIVGolfAndalucía pic.twitter.com/Kcst8sssBY
— LIV Golf (@livgolf_league) July 9, 2025
Los hoyos más emblemáticos son los pares 5 del 4 y del 17. En ambos hay una preciosa cascada y un notable obstáculo de agua junto al green. El 17, debido a su ubicación en el tramo final del recorrido, ha sido testigo de grandes historias. Los veteranos no olvidan que en 1999, en el primer American Express-WGC Championship, el campeonato del mundo, Tiger Woods estuvo a punto de arruinar su título. La leyenda de Cypress se fue por partida doble al estanque y salió con triple bogey en la ronda final. Miguel Ángel Jiménez luego pateó en el 18 para ganar, pero la contienda se fue al play-off y allí 'El Tigre' se impuso al 'Pisha'.
Las cuatro veces de Rahm
Jon Rahm competirá este fin de semana por quinta vez en Valderrama. El año pasado, en su primera aventura en el LIV, fue décimo con una tarjeta al par a cinco golpes del ganador, Sergio García. Su anterior vez fue en 2021 en el Andalucía Masters del circuito europeo y falló el corte, tal y como le sucediera en su estreno en 2017, con apenas 19 años. Entre medias, fue segundo con -4 en 2019 al finalizar a seis golpes del sudafricano Christiaan Bezuidenhout. El récord lo tiene el donostiarra Adrián Otaegui. Ganó en 2022 con un -19.
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