Álvarez de Toledo sella la paz con el PP vasco entre insultos de los radicales
«Vuestro martirio porla Constitución tieneun valor incalculable», elogia la portavoz parlamentaria en Bilbao, donde tomó parte en un acto de 'Libres e Iguales'
Había expectación ante la visita de Cayetana Álvarez de Toledo a Bilbao para participar en diversos actos de homenaje a la Constitución. Tanto porque ... se trataba de su primera visita a Euskadi tras su agrio desencuentro en septiembre con el PP vasco, al que acusó de ser «tibio» y «contemporizar» con el PNV, como por el llamamiento de EH Bildu a «llenar las calles» a favor de la «república vasca» y contra la «ultraderecha más ultramontana». Finalmente, la jornada se saldó con la 'firma de la paz' entre la portavoz popular en el Congreso y sus compañeros en Euskadi, y momentos de tensión e insultos que no impidieron que Álvarez de Toledo pudiera protagonizar un acto de la plataforma 'Libres e Iguales' en la plaza del Arriaga.
A las 11.00 horas, la portavoz parlamentaria se vio cara a cara con la cúpula del PP vasco, que a esa hora celebraba un acto en conmemoración de la promulgación de la Constitución. Allí estaban el líder del partido, Alfonso Alonso, y otros dirigentes como Amaya Fernández, Borja Sémper, Raquel González y Antón Damborenea. Ante ellos Álvarez de Toledo cerró filas y les ofreció su «absoluto y total apoyo» en la misión «histórica, ética y política» de ejercer de «alternativa nítida y operativa» al PNV. La política hispano-argentina, que en su día provocó un grave malestar en un partido que ha estado durante décadas en el punto de mira de ETA, elogió ayer «el martirio que habéis sufrido» en defensa de la Constitución en Euskadi y «vuestro infinito heroísmo». Todo ello «nos obliga», dijo, a defender el «legado» de las víctimas del terrorismo y proteger el marco constitucional en el País Vasco.
Sus palabras fueron bien recibidas por los asistentes, que valoraron la aparente «sintonía» que mantienen en el mensaje. «Nos ha sonado bien», confesaron a este periódico fuentes de la dirección regional.
La casualidad quiso que el acto del PP vasco se celebrara en un hotel a escasos metros del Sagrado Corazón, desde donde al mediodía partía la manifestación de EH Bildu. Álvarez de Toledo abandonó el establecimiento sin ningún problema, no así a su llegada al Arriaga para el acto de 'Libres e Iguales'. Allí fue recibida con el lanzamiento de dos huevos -que no llegaron a impactar en ninguno de los asistentes- y esporádicos gritos de «fascista».
La plaza estaba literalmente blindada por la Ertzaintza, que estableció un riguroso cordón de seguridad. Dentro, alrededor de 200 personas siguieron sin contratiempos las intervenciones de la dirigente popular, así como de Rosa Díez, Arcadi Espada y Fernando Savater. Los asistentes al acto lanzaron vivas a España, al Rey y a la Constitución, pertrechados con banderas españolas e ikurriñas.
Gobierno «de sedición»
Como ya había hecho en el acto de su partido, la portavoz popular, una de las personas de la máxima confianza de Pablo Casado, alertó en tono grave y solemne de los riesgos del futuro Gobierno de Pedro Sánchez si finalmente logra desbloquear la investidura con el apoyo de Esquerra Republicana. «Nunca nos había pasado estar celebrando la Constitución a las puertas de un Gobierno de sedición. Nunca», enfatizó Álvarez de Toledo. «Quien tiene las llaves del Gobierno es un delincuente, una persona condenada a trece años por sedición y malversación», añadió en referencia a Oriol Junqueras. Incluso llegó a asegurar que el PSOE «se ha pasado al otro lado» y «la izquierda ha muerto» en España. «Pedro Sánchez es el enterrador de la izquierda», lamentó.
También cargó contra el PSE, al que acusó de ser «lubricante» del PNV en su operación para «borrar España» de Euskadi. Frente a ello, aseguró, estará el PP como «dique de contención». «No habrá autodeterminación ni Estatuto de pureza de sangre con vascos de primera y de cuarta, y será gracias a los constitucionalistas, no al PSE», argumentó.
Una vez finalizó el acto, al que también asistió Alfonso Alonso, volvieron a repetirse los insultos -«basura, fascista»- y se vivieron momentos de tensión que no desembocaron en incidentes.
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