Netanyahu desafía al mundo en la ONU: «Todavía no hemos terminado en Gaza»
El primer ministro israelí niega la hambruna y el genocidio en la Franja y dice que no permitirá un Estado palestino
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se plantó el viernes en la Asamblea General de la ONU dispuesto a ignorar el boicot del mundo y ... redoblar su desafío a la protesta internacional por la masacre en la Franja: «Todavía no hemos terminado en Gaza», advirtió. «Queremos hacerlo lo más rápido que podamos». Los abucheos se multiplicaron en el hemiciclo. «¡Orden, por favor, tomen asiento!», pedía con el mazo la ex primera ministra alemana, Annalena Baerbock, presidenta de turno de la sesión.
Publicidad
A su llegada, cientos de delegaciones de al menos 50 países se levantaron a modo de protesta y abandonaron la sala, a la que España, entre otros muchos socios, ni siquiera entró. Al líder hebreo no le importaba. Su Gobierno ya se había preparado para «ese circo», dijo el embajador Danny Danon, que llenó los palcos y la galería superior donde sus seguidores apagaban los abucheos con cánticos y aplausos. En primera fila se sentaba, junto a su esposa, el alcalde Nueva York, Eric Adams, en señal de apoyo.
Como parte de la guerra psicológica, la oficina de Netanyahu había ordenado transmitir su discurso en la Franja mediante altavoces instalados en camiones del lado israelí de la frontera, aunque numerosos gazatíes consultados por los medios dijeron no haber escuchado sus palabras de desafío a la comunidad internacional.
«No vamos a cometer un suicidio nacional porque ustedes no tienen las agallas de enfrentar medios de comunicación hostiles que exigen nuestra sangre», bramó en su decimotercera intervención presencial ante la Asamblea General desde 2009. Netanyahu sabe que cuenta con el apoyo impertérrito del inquilino de la Casa Blanca, para quien tuvo palabras de agradecimiento en su discurso, y con el que compartió la gloria de la Guerra de los Doce Días con Teherán, a la que atribuye haber acabado con el potencial nuclear de ese país. «El presidente Trump y su servidor prometimos impedir que Irán sea una amenaza común para el mundo civilizado», se vanaglorió. «Trump entiende mejor que ningún otro líder que Israel y EE UU hacen frente a una amenaza común». Y hubo más. «¿Se acuerdan de los 'beepers'? Pues nosotros los encontramos y me parece que el mensaje les ha quedado claro».
Publicidad
«Torres del terror»
Frente al apoyo político, Netanyahu pierde, sin embargo, cada día más, la batalla de la opinión pública. El diario 'The New York Times', donde su ministro de Defensa, Benny Gantz, publicaba este miércoles un artículo de opinión defendiendo la «represión exitosa de elementos terroristas« en Gaza y el rechazo de su país al Estado palestino, le recibió este viernes con una crónica multimedia que muestra con imágenes por satélite la demolición del enclave en estos dos años de guerra.
«Israel está luchando por todo el mundo. Nos odian a todos los países por igual. El presidente Trump lo entiende mejor que nadie»
Él mismo recordó, para justificar el número de víctimas que supera ya las 65.000, que la Franja «es una de las zonas urbanas más densamente pobladas de la tierra». Junto a los cientos de kilómetros de túneles subterráneos que dice haber desmantelado, también hay cientos de edificios -entre ellos al menos medio centenar de doce o más pisos de altura- que ha bombardeado estratégicamente para demolerlos por completo. «Gaza tiene muchas torres de terror en superficie», defendió.
Publicidad
El resultado por satélite de esa metódica ofensiva en la que Israel «usa los edificios existentes como bases, solo para destruirlos luego con explosivos antes de avanzar», decía este viernes el rotativo, es un desierto visto desde el aire. Precisamente lo que Trump describió en su día como «una pila de escombros inhabitables» para justificar la construcción de «la Riviera de Oriente Medio». «Capturamos territorio, lo aguantamos, lo limpiamos y avanzamos», explicó Netanyahu en el Canal 14 israelí. La ofensiva no respeta colegios, mezquitas ni hospitales, «porque Hamás dice a los civiles que no se vayan y se queden ahí», explicó en la ONU.
El primer ministro trató de defenderse de la acusación de genocidio con el argumento de que su ejército ha lanzado «miles de folletos y enviado mensajes de texto» a los residentes en la Franja pidiéndoles que abandonen sus hogares. «Casi tres cuartas partes de la población nos han escuchado», comentó satisfecho. «¿Creen que un país que comete genocidio le pediría a la población civil que supuestamente quiere eliminar que se vaya para estar a salvo?», preguntó. Los gazatíes se han desplazado seis veces de media, según un informe de Naciones Unidas, ya que la ofensiva israelí sigue avanzando y las zonas seguras dejan de serlo.
Publicidad
En esa guerra de opinión pública que pierde ya hasta en EE UU, la revista 'Foreign Policy' destacaba a su llegada un artículo de Matthew Duss, vicepresidente ejecutivo del Center For International Policy, titulado «Reconozcan a Palestina y luego ejerzan verdadera presión sobre Israel». Mientras Tel Aviv y Washington consideran que ese reconocimiento es una recompensa al terrorismo de Hamás, cada vez más países se alinean con la idea del presidente francés, Emmanuel Macron, de que precisamente «no reconocerlo sería un regalo para todos los extremistas del mundo».
Comparación con el 11-S
Netanyahu rechazó frontalmente la solución de los dos Estados que se ha impulsado en esta Asamblea escudándose en que esa es «la política del pueblo de Israel», avalada por un 90% del Parlamento. «Los palestinos no creen en la solución de los Estados», afirmó. «Nunca han creído». Para el primer ministro, «darles una milla de Jerusalén sería como darle un Estado a Al-Qaeda en EE UU después del 11-S. No lo vamos a hacer», anticipó.
Publicidad
«¿Acaso los nazis pidieron amablemente a los residentes judíos que abandonaran las ciudades?»
Su concepto de terrorismo se extiende a todo el pueblo palestino porque, según dijo, el 90% de la población palestina apoyó el ataque del 7 de octubre, al igual que «también celebraron el 11-S bailando desde las terrazas». Las imágenes exhibidas en las televisiones estadounidenses tras los ataques de 2001 en Nueva York se demostraron de archivo, sin relación con lo perpetrado ese día. Netanyahu aseguró el viernes que «asesinar judíos se recompensa», en referencia al reconocimiento del Estado palestino.
La sala se quedó en silencio cuando el líder hebreo leyó en voz alta los nombres de los 20 rehenes vivos que, según su cuenta, aún quedan en Gaza, cuya liberación pidió incluso el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, desde esa misma Asamblea un días antes, al condenar los brutales atentados del 7 de octubre: «Esos actos no representan al pueblo palestino, ni tampoco su lucha justa por la libertad y la independencia», dijo. El líder de 89 años es la apuesta de la comunidad internacional por un Estado palestino desarmado y sin Hamás.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión