Santander compra TSB a Sabadell por 3.100 millones de euros
La operación, que tendrá que aprobarse en una junta de accionistas convocada para el 6 de agosto, eleva la presión sobre BBVA
Banco Sabadell dispara una de sus últimas balas para torpedear la opa de BBVA. En una reunión extraordinaria celebrada este martes, el consejo de ... administración de la catalana ha decidido vender su filial británica TSB a Banco Santander por 2.650 millones de libras (en torno a 3.100 millones de euros), según pudo adelantar este diario por fuentes de mercado y confirmó después la propia entidad.
El pago -íntegramente en efectivo- se elevaría a 2.900 millones de libras (unos 3.400 millones de euros) si se incluyen los beneficios esperados para TSB hasta el cierre de la operación, previsto para el primer trimestre de 2026.
Para Santander, que presentó finalmente una oferta ligeramente superior a la de Barclays, la operación supondrá un salto cualitativo en Reino Unido. Su plan pasa por integrar TSB en Santander UK, convirtiéndose en el tercer banco del país por saldos de cuentas corrientes de clientes particulares y el cuarto por hipotecas. De paso, entorpece el intento de fusión de BBVA con Sabadell en España.
Según detalla la entidad presidida por Ana Botín, TSB supondría una aportación positiva al beneficio por acción del banco desde el primer año y de aproximadamente el 4% en 2028, consumiendo 50 puntos básicos de capital CET1 (el de máxima calidad) al cierre.
Está previsto que la transacción genere unas sinergias del 13% de la base de costes de la entidad resultante, equivalente a como mínimo 400 millones de libras antes de impuestos. Para ello, Santander prevé que los costes de restructuración antes de impuestos en 2026 y 2027 asciendan a 520 millones de libras.
Sin embargo, la clave de la operación, que Sabadell tendrá que aprobar en una junta de accionistas convocada para el próximo 6 de agosto, es que distorsiona la opa lanzada por el banco vasco sobre la catalana hace ya casi 14 meses, obligandole, al menos, a replantear su estrategia. Sobre todo porque con el capital generado con la venta Sabadell abonará un dividendo extraordinario en efectivo de 50 céntimos de euro por acción, equivalente a aproximadamente 2.500 millones de euros. Este importe se suma a los 1.300 millones de euros que estima repartir con cargo a los resultados de 2025 y supone dar un empujón a su plan para seguir en solitario de cara a los accionistas.
Escenarios abiertos
«Esta operación es beneficiosa para la entidad y sus accionistas, ya que supone una fuerte creación de valor, que permitirá abonar un dividendo extraordinario y mantener el nivel de capital por encima del 13%», apuntó el presidente del Sabadell, Josep Oliu, quien reiteró que la venta favorece a los inversores, independientemente de la existencia de la opa», ya que si la junta la aprueba, se llevará a cabo aunque la misma decaiga.
«Se trata de una oportunidad estratégica que no podíamos dejar pasar, ya que supone la venta de TSB a un múltiplo sobre su valor en libros muy atractivo», añadió el consejero delegado del banco, César González-Bueno.
Cabe recordar que Sabadell adquirió la entidad británica especializada en el negocio hipotecario en 2015 a Lloyds por un importe de 1.700 millones de libras. Desde entonces y hasta el primer trimestre de 2025, ha aumentado su libro de crédito de 26.400 a 36.400 millones de libras, al tiempo que ha mejorado su ratio de eficiencia del 80% al 67% y ha elevado su rentabilidad (ROTE) del 5,3% al 12.5%. Gracias a ello, Banco Sabadell ha percibido en esta década 559 millones de euros en dividendos de su filial.
Carlos Torres ya apuntó la pasada semana que la posibilidad legal para retirar la opa por la venta de un activo estratégico como TSB «existe». Pero es poco probable que lo haga, sobre todo después de anunciar, horas antes de la decisión del órgano comandado por Josep Oliu, que seguirá adelante con la operación pese al veto a la fusión durante al menos tres años, prorrogable otros cinco, lo que podría limitar las sinergias estimadas inicialmente en unos 850 millones de euros.
En todo caso, la venta de la filial británica complica mucho los plazos y la propia oferta en sí, que se verá condicionada por el dividendo extraordinario derivado de la venta. Es cierto que la propuesta de retribución no afectaría a la ecuación de canje de BBVA -de una acción por cada 5,34 del Sabadell más 0,70 euros en efectivo-, pues solo se ajustan los pagos realizados durante la vigencia de la opa y este sería posterior. Sin embargo, la idea de la vallesana pasa por condicionar la decisión de sus accionistas de acudir o no al mencionado canje.
Para ello, el próximo 24 de julio presentará su plan estratégico, previo a la junta que votará la venta de TSB. Y en su nueva hoja de ruta incluirá las guías que detallarán los beneficios de la operación acordada este martes. El calendario será entonces más que ajustado para los accionistas. Está previsto que la CNMV apruebe el folleto de la opa «dos o tres semanas después» de recibir toda la información actualizada de BBVA. En ese momento, que se espera a partir de mediados de julio, se abrirá el periodo de aceptación que, para complicar más el proceso, coincidirá con la mencionada junta del Sabadell.
Reacción del mercado
De momento el mercado aboga por tomarse las cosas con calma y, hoy por hoy, vender acciones del Sabadell en el mercado sigue siendo más rentable que acudir al canje. Cabe recordar que el canje actual está establecido en una acción por cada 5,34 del Sabadell más 0,70 euros en efectivo. Eso implica que, bajo la cotización a precio de mercado, vender acciones de Banco Sabadell (2,71 euros) en Bolsa resulta casi un 6% más rentable que acudir al canje de BBVA (que cotiza en 12,82 euros). En todo caso, BBVA recuerda siempre que su oferta, lanzada el 9 de mayo de 2024, supone una prima del 30% sobre los precios del 29 de abril de ese año, cuando trascendió la operación.
No obstante, la teoría financiera no sirve para definir si esta presión en Bolsa, ni tampoco la venta de TSB, implicará una mejora en la oferta de BBVA. Por un lado, el banco podría valorar cierta subida del canje, consciente de que los ingresos por la venta de TSB se diluirían en una entidad más grande respecto a lo que podría retribuir Sabadell a sus inversores si sigue en solitario. Pero, por otro, esa mejora podría no tener sentido tras la desaparición de ese activo estratégico, que ya hace años dejó de ser un lastre para la entidad catalana para convertirse en motor de sus resultados, aportando el pasado año 253 millones de euros al beneficio total del grupo.
«La compra de TSB es un paso más en nuestra apuesta por Reino Unido y una oportunidad atractiva desde un punto de vista financiero para nuestros accionistas que está alineada con nuestros planes a largo plazo. Además, fortalece nuestra presencia en uno de nuestros mercados principales con la incorporación de un negocio complementario y de bajo riesgo que apoya nuestra diversificación», apuntó la presidenta del Santander, Ana Botín.
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