La «venganza personal» que denunció Severiano Ballesteros y otras historias de Valderrama
Como le pasó al resto de leyendas españolas, el de Pedreña jamás se impuso en un campo donde solo han ganado Sergio García, cuatro veces, y Adrián Otaegui
Cerca de cuarenta años en el calendario del golf mundial convierten a Valderrama en testigo de infinidad de historias y anécdotas más o menos felices. ... Cambió para siempre con la celebración de la Copa Ryder de 1997, en la que el equipo europeo, capitaneado por Severiano Ballesteros y en el que se encontraban José María Olazabal e Ignacio Garrido, se impuso a Estados Unidos en la primera edición que se disputó en la Europa continental. Fue, sin duda, uno de los mejores momentos de sus carreras.
Sin embargo, en torneos individuales, desde mundiales hasta finales del circuito europeo, sin olvidar al Andalucía Masters y al presente LIV, este recinto le ha negado una y otra vez el triunfo a los Seve, Olazabal, Miguel Ángel Jiménez y compañía. Solo hay dos jugadores que han sido capaces de imponerse aquí: Sergio García, que busca su quinto título (2011, 2017, 2018 y 2024) en el jardín de su casa, y un Adrián Otaegui que con su triunfo en 2022 registró además del récord del campo con una tarjeta acumulada de -19.
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Entre 1988 y 2008, con la excepción del período comprendido entre 1997 y 2001, Valderrama acogió el Volvo Masters, lo que hoy en día son las finales del circuito europeo que acoge Dubái. Ningún español logró la victoria en este club. Ballesteros estuvo muy cerca en 1994, fecha en la que se produjo uno de los episodios más polémicos de la historia del golf. El mago de Pedreña llegó al último hoyo de la jornada decisiva empatado con Bernhard Langer, dos veces campeón del Masters entre otros muchos títulos. El alemán, que consiguió una vuelta de 62 golpes (-9), récord que se mantiene a día de hoy, esperaba en la Casa Club cuando Seve mandó su bola hacia una zona repleta de alcornoques. Fue a parar junto a un tronco que le negaba un tiro limpio. Entonces el quíntuple ganador de majors llamó al árbitro. Consideraba que su bola estaba encima de una topera y que la acción animal había generado el montículo.
Corbata
Veinte minutos después, no se le permitió dropar sin penalidad y salvar el par se convirtió en una quimera. Después se fue al búnker y no lo logró. «Ha sido una venganza personal», clamó Ballesteros en referencia a John Paramor, jefe árbitro del Tour Europeo con el que dos semanas atrás, en Múnich, había mantenido otra acalorada discusión. No era la primera vez que el cántabro, que se sacó la espina tres años después con la Ryder, salía amargado de Valderrama. En la primera edición de 1988 jugó en el partido estelar junto a Sandy Lyle. Nick Faldo, otra leyenda europea presente en aquella Ryder, se acabó llevando la primera edición del Volvo Masters. Lo hizo después de que Seve sufriera una corbata en el hoyo 17. Por cierto, en 1994, Miguel Ángel Jiménez registró el primer albatros en el penúltimo hoyo. Embocó desde la calle desde una distancia de 190 metros con un hierro 3. Graeme McDowell (2007) y Haydn Porteus (2019) emularon la gesta del 'Pisha'.
Por desgracia, Jiménez también vivió historias para no dormir. En la élite del golf mundial tras la Ryder, en 1999 y 2000 Valderrama acogió el WGC Championship, que venía a ser una suerte de campeonato del mundo. En su primera edición se fue al playoff contra todo un Tiger Woods. El de Cypress encontró el agua en el hoyo 17, del que salió con triple bogey. Y el malagueño tuvo un putt para ganar el torneo en el 18. No entró y en el desempate se impuso el 'Tigre'.
Jon Rahm, por su parte, busca la gloria en su quinto intento.
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