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El Arenas de Ibai Gómez, exjugador del Athletic y del Alavés, ha logrado este domingo la proeza de ascender a Primera Federación, la tercera categoría ... del fútbol nacional. A pesar de contar con uno de los presupuestos más bajos de la categoría, «de la mitad para abajo», con sueldos de entre 300 y 1.700 euros, esta entidad histórica, una de las fundadores de la Liga, ha firmado una gesta que le coloca al mismo nivel que el Bilbao Athletic, el Barakaldo y otras formaciones como la Cultural, la Ponferradina, el Andorra, el Murcia... Todos son buenas noticias en este club que dio un giro radical el pasado verano con la contratación del entrenador vizcaíno en su primera gran experencia en los banquillos después de dirigir al juvenil del Santutxu, su cuna, y a la selección olímpica de República Dominicana. Pero, ¿cuáles son los secretos de este éxito, uno de los mayores hitos en la historia de esta escuadra?
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Ibai Gómez siempre quiso ser entrenador, lo mamó de su aita, 'Mitxelo', presidente del Santutxu, y llegó al Arenas tras rechazar otras ofertas. Él quería ir a una escuadra que le permitiera trabajar como él quiere hacerlo. Con su equipo, con la gente de confianza. «Busco que todo sea lo más profesional posible -expuso en una conversación con EL CORREO-. Me dan una bolsa de dinero. Gano menos, pero le doy mucha importancia a lo que tengo a mi lado». Le escoltan una decena de personas a las que él paga. Están, por ejemplo, Fernando Amorebieta -exjugador del Athletic-, Iñigo Larriketa -el mejor amigo de Ibai-, y David Vinatea. Además, hay siete colaboradores externos: dos para la preparación física, un fisioterapeuta, un médico, un encargado de alimentación, otro de scouting y un coach. Este grupo de gente le asemejarle a una formación de Primera División. Es, sin duda, lo que marca la diferencia.
«Soy un loco de las cosas en las que creo». Ibai Gómez y su equipo ponen especial atención a la nutrición. Él mismo sigue unas pautas alimenticias especialmente estrictas, un estilo de vida saludable, como él suele decir. ¿En qué se basa? Evita el gluten -pasta o pan, por ejemplo- y las harinas refinadas, también los alimentos ultraprocesados y los azúcares. Por ejemplo, como él mismo ha compartido en ocasiones, los días de partido come una chuleta, acompañada de pimientos rojos y queso. También practica el ayuno intermitente, que es estar un número determinado de horas sin comer. Él lo explica. «Hago pocas comidas diarias pero sin fijarme en la calidad. Me alimento a base de alimentos que crecen en cada momento del año y en el lugar en el que estoy. No como lo mismo en Bilbao que en Gran Canaria -la tierra de su mujer-, ni en invierno o verano. Soy muy friki».
De vuelta a su equipo, cada cierto tiempo se realiza una analítica a la plantilla: en esa pruebas se detectan los posibles déficits de cada uno y se marcan unos patrones nutricionales. «No obligamos a nadie a seguirlas. Lo que intentamos es convencer a los jugadores de que eso les va a ayudar». En general, se recomienda lo mismo que él hace evitar el gluten, los alimentos ultraprocesados, los azúcares añadidos y «buscar una dieta basada en alimentos reales». También se realizan mediciones de pliegues y tratan de inculcar hábitos óptimos de descanso. Incluso tienen piletas de hielo.
El fútbol es un estado de ánimo. Lo sabe muy bien el protagonista de este ascenso desde el banquillo. Ibai Gómez sufrió una profunda depresión cuando estaba en el Athletic que le llevó a preferir que el entrenador eligiera a otros futbolista en su lugar para saltar al campo. Por eso, en el Arenas ha cuidado mucho el factor mental. Trabaja con un coach de su máxima confianza, Iker Martínez. Se detiene, sobre todo, en los deportistas que menos juegan. «En mi carrera como futbolista he sido más tiempo suplente que titular y siempre intento ponerme en la piel del jugador que participa menos, doy mucho valor al papel que han tenido esos jugadores porque han hecho que el día a día tuviera máxima exigencia y el nivel competitivo no haya bajado en ningún momento», ha explicado. En este punto, también es importante el papel de Fernando Amorebieta, nexo de unión entre el vestuario y el cuerpo técnico.
Todos estos extras ayudan. Pero si el balón no entra... Ibai Gómez, que estudia los partidos de sus rivales y pasa horas revisando acciones y jugadas, ha llevado a Gobela, el campo del Arenas, un juego más alegre y vistoso. Más apetecible para el público. El cuadro de Getxo quiere el balón, con la posesión manda en los encuentros, presiona alto... «Somos los primeros que creemos mucho en lo que hacemos y es la forma de convencer a los jugadores. Teníamos muchas esperanzas puestas en que el equipo fuera a dar un gran rendimiento», recalca. Esta novedad se ha traducido en resultados, pero también en que las gradas del campo rojinegro han recibido a más público. En diciembre, el director deportivo, Óscar Sampayo, contaba que habían pasado de 350 a 700 aficionados. Hasta Marcos Llorente, jugador del Atlético, amigo del entrenador, se ha acercado en alguna ocasión para ver que el 'método Ibai' funciona.
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