Borrar
Ignacio Pérez
Seguín, el canterano del Athletic que pidió la invalidez y ha subido con el Arenas

Seguín, el canterano del Athletic que pidió la invalidez y ha subido con el Arenas

El extremo era una gran promesa de Lezama, pero una grave lesión estuvo a punto de obligarle a retirarse

Lunes, 5 de mayo 2025, 00:49

En los primeros meses de 2019 aquel prometedor extremo izquierdo de la cantera del Athletic que era Aitor Seguín (Eibar, 30 años) decidió que había llegado su final. Sus esfuerzos por recuperarse de una grave lesión que sufrió en un entrenamiento con el Bilbao Athletic en febrero de 2016 eran estériles. Llevaba cuatro operaciones a cuestas y en los tres últimos años sólo había podido jugar diez partidos en una infernal sucesión de intervenciones y recaídas.

«Llegué a pedir la invalidez por desesperación», explica Seguín, fichado por el Arenas en enero y que ahora celebra por todo lo alto el ascenso a Primera RFEF con el equipo getxotarra.

«En aquel momento mi planteamiento era dejar el fútbol, cobrar una pensión y ponerme a buscarme la vida fuera del fútbol. No tenía ni idea de que quería hacer, pero hice un módulo superior de Administración y Finanzas», relata.

El jugador había sobrepasado los límites de la esperanza tras cuatro intervenciones quirúrgicas: la primera al poco de lesionarse, una posterior de lavado de cartílago, otra de cruzado y una última en la que le perforaron un hueso para aplicarle plasma.

Nada funcionó. El futuro era lúgubre. «Mi problema era un cartílago que no se regenera. Chocaban hueso con hueso y me hacían cojear. Utilizaba la bici estática y al día siguiente no podía andar. Probé con el plasma, pero no me iba bien. Me intentaron perforar el hueso de la rodilla donde tenía el edema... Tampoco. Fuimos a Barcelona, a un montón de sitios... Todo lo que se podía hacer se hizo, pero sin solución. Estaba desesperado. Entrenaba un mes bien, pero hacía una acción tonta y se me iba la rodilla. Así una y otra vez. Llegué a un punto en el que me dije 'así no puedo seguir'. Bajaba todos los días llorando del entrenamiento».

Una reunión en Ibaigane

Después de tanto sacrificio en vano, Seguín se daba por derrotado cuando a principios de 2019 acudió sin muchas esperanzas a una reunión en Ibaigane. «Estábamos Jon Berasategi (director general del Athletic), los médicos y mi abogado (Josu Reta). Allí se planteó que había una última opción, un tratamiento con células cultivadas que necesitaba de autorizaciones especiales porque no era muy habitual. Hice un poco de conejillo de indias. Me agarré a eso como un clavo ardiendo», evoca.

El tratamiento que luego resultó mágico fue propuesto por el doctor vitoriano Mikel Sánchez, pionero en la aplicación de terapias regenerativas en diferentes patologías del aparato locomotor y que trata a la aristocracia del deporte mundial como Nadal, Iniesta e Induráin.

«El plan consistía en mejorar ese tejido. Un único pinchazo en la zona. Me sacaron líquido y me metieron las células madre». El doctor Sánchez hizo honor a su reputación. «Es lo que tienen los genios, se le encendió la luz y encontró la solución».

Contratado como empleado

De repente, el renacimiento. «A los dos meses ya noté una mejoría importante», se alegra. «Entrenaba y la rodilla no se me iba como sucedía antes». Estaba listo para reaparecer, lo que hizo en 2020 en el Barakaldo.

Nada más sentarse en la pequeña sala de Prensa de Gobela recuerda a quienes se portaron tan bien con él. «Doy las gracias a Mikel Sánchez, por encontrar la solución y ser tan cariñoso siempre, y al Athletic por apoyarme en todo momento».

Los responsables deportivos del club (Rafa Alkorta y Andoni Ayarza) no sólo le renovaron una temporada en plena lesión. «Un segundo año me tuvieron como empleado del club sin ficha deportiva para no ocupar plaza de jugador y poder ayudarme. Se portaron muy bien».

Ya recuperado, firmó por el Barakaldo. Luego se fue al Real Unión, Numancia y en enero fichó por el Arenas al segundo intento de los getxotarras. «Me quisieron fichar en verano. Estuvimos hablando y a punto de cerrarlo, pero vino el Numancia con un proyecto ilusionante y aposté por ese club. Ibai Gómez me dio una segunda oportunidad en el mercado de invierno y firmé por ellos».

No se martiriza con lo que pudo haber sido y no fue. «No le doy vueltas a eso. Voy día a día y estoy encantadísimo de estar aquí. Subir a Primera RFEF es una maravilla para mí». Celebró el ascenso en el mejor escenario posible, junto a los suyos en Ipurua, el estadio de su ciudad en el que nunca había jugado.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo Seguín, el canterano del Athletic que pidió la invalidez y ha subido con el Arenas