Rosario Pino, la actriz que se subió a la bicicleta cuando todavía era un escándalo

Vivió en la antigua calle Sur de Vitoria, hoy conocida como Manuel Iradier, a principios del siglo XX, y no temía pedalear en su bicicleta. La actriz de cine y de teatro Rosario Pino, ciclista aficionada, fue una de las primeras mujeres españolas en atreverse a utilizar este medio de transporte cuando aún era considerado un escándalo o poco menos que pecado. Nacida en Málaga en 1870, se formó en la escuela de José Ruiz Borrero y debutó en Barcelona bajo las instrucciones de Isidoro Valero, director de escena.

Desde 1888, siendo apenas una adolescente, actuó con las de María Tubau y Ricardo Guerra. El contacto con el teatro le llegó a través de su tío, empresario en el Teatro Cervantes de Málaga. Pronto la popularidad de esta actriz fue tal que incluso se le dedicaron caricaturas, algo reservado a las figuras más reconocibles por el público. El Museo del Patrimonio Municipal de Málaga exhibió recientemente una datada en 1896 en la que Pino está inmortalizada junto a una bicicleta tal y como apareció en la obra 'La praviana', de Vital Aza. Un signo más de lo moderna que resultaba su afición en aquella época.

En una época en que las mujeres ni siquiera podían ejercer su derecho al voto, verlas sobre los sillines causó una impresión abrumadora además de aportarles una mayor autonomía en sus movimientos. Pino fue una de las actrices más cotizadas a principios de siglo junto a María Guerrero, lo que alimentó la leyenda de que ambas mantenían una rivalidad, algo que ha sido desmentido con posterioridad.

Aunque como recoge el libro 'Las mujeres en Vitoria-Gasteiz a lo largo de los siglos' no se ha conocido demasiada información sobre Rosario Pino, es sabido que la actriz residió en la capital alavesa y en Madrid. Hace dos años, Rafael Inglada escribió 'Paraíso y ocaso', una biografía de la actriz, quien estrenó obras como 'Thermidor', 'París, fin de siglo' o 'Serafina, la devota' en la capital española. Entre 1893 y 1896 actuó en el Teatro Lara, donde representó 'Sobre gustos no hay nada escrito'. Fundó su propia compañía en 1906 junto a Enrique Borrás y, posteriormente, Emilio Thuillier, y se especializó en comedias.

Otras de sus interpretaciones más significativas fueron las de las obras de Jacinto Benavente y los hermanos Álvarez Quintero. 'Las flores', 'Los Galeotes', 'El marido de la Téllez', 'Rosas de otoño', 'La losa de los sueños', 'El genio alegre', 'Malvaloca', 'El ruido ajeno', 'Amor y ciencia' y 'La ley de los hijos'. El polémico 'Cuando los hijos de Eva no son los hijos de Adán' (1931) fue otros de los títulos que interpretó antes de fallecer en Madrid en 1933 y ser despedida con un entierro multitudinario. También llegó a actuar en el cine interviniendo en películas como 'La condesa María', de Benito Perojo (1927), o la versión española de 'A Hole in the Wall', 'Un hombre con suerte'. Aún habría que esperar otro medio siglo para la llegada del ciclismo femenino profesional a España y otras mujeres deportistas todavía tendrían que abrir camino ya que algo tan sencillo como ponerse un bañador era considerado obsceno.