¿Todas esas muertes tan parecidas podían ser casualidad?
La serie documental de ETB y EL CORREO aborda esta semana el caso del joven acusado de matar a cinco hombres en Bilbao: «Tenía que publicarlo, porque había vidas en peligro»
Ainhoa de las Heras, periodista de sucesos de EL CORREO, lleva un montón de años cubriendo este tipo de asuntos y está más que acostumbrada a enterarse de noticias impactantes, de esas que el cerebro se resiste a asimilar. Pero incluso a ella le causó una honda impresión el arranque de este caso de 2021: «Yo estaba corriendo cuando me llegó la información de que podía haber un asesino en serie en Bilbao. Ahí empezaron días muy intensos, difíciles y también apasionantes», evoca. Con aquel momento de shock humano y profesional se inicia también la entrega de este miércoles de 'Así se escribe un crimen', la serie documental de ETB y EL CORREO que repasa pasajes estremecedores de nuestra crónica negra. En esta ocasión, se trata de una investigación que aún colea en los juzgados, con varios procesos pendientes, y que presenta un rasgo poco habitual: son asesinatos que lograron pasar desapercibidos.
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Entre julio y diciembre de aquel año, aparecieron muertos en sus domicilios de Bilbao varios hombres de entre 50 y 70 años, pero nadie encontró motivos para recelar y los fallecimientos se atribuyeron a causas naturales. Retrospectivamente, sabemos que todos habían utilizado 'apps' de contactos entre personas homosexuales, pero, para que saltasen las alarmas, hizo falta que una familia avisase de que alguien había sacado dinero de la cuenta del ser querido que acababan de perder. La sucesión de muertes dejó de parecer una rara casualidad, una anomalía estadística, y adquirió tintes siniestros. «Había un patrón de comportamiento que se sucedía en cinco o seis personas», afirma Ramón Bañuelos, exjefe de Investigación Criminal de la Ertzaintza. Existían, en fin, muchas posibilidades de que, efectivamente, un asesino en serie estuviese actuando en Bilbao.
Una obsesión
«Podía volver a hacerlo. Encontrar a esa persona se convirtió en la máxima prioridad para la Ertzaintza. Y saber quién era se convirtió para mí en una obsesión», dice De las Heras. En diciembre de 2021, una tentativa frustrada y un documento olvidado pusieron nombre al individuo más buscado de Euskadi: Nelson David Moreno. Y el caso saltó a la opinión pública a través de EL CORREO: «A pesar de que no había trascendido ningún detalle, yo sentía que tenía que publicarlo, porque había vidas en peligro. El supuesto autor estaba libre y podía seguir cometiendo homicidios. Fueron días muy complejos, de mucha preocupación», recuerda la periodista. Sus informaciones propiciaron que en las redes se divulgase la foto del sospechoso y que este se acabase entregando en la comisaría de Irún.
Nelson David ya acumula tres sentencias. La primera, a siete años y medio por intento de homicidio, que después la instancia superior elevó a diez. La segunda, a dos años por delitos patrimoniales. La tercera, a veinticinco años por uno de los asesinatos consumados. «Es un caso que demuestra la importancia de los medios de comunicación, porque nuestro trabajo ayudó a que entrase en vías de resolución», plantea Ainhoa de las Heras. Gracias a aquello, lo que se produce en serie ahora son las condenas.