

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
2025 será un año de cambios en el Guggenheim Bilbao, comenzando por el relevo en su dirección general, que asumirá Miren Arzalluz el próximo 1 ... de abril. Juan Ignacio Vidarte, su responsable máximo desde la inauguración en 1997, compareció este viernes para adelantar la programación anual. Once exposiciones que reúnen «ambición, calidad y variedad, dirigidas a una audiencia amplia», con las que el museo espera superar la barrera de los 1,3 millones de visitantes, cifra rebasada en tres ocasiones en toda su historia, entre ellas el año pasado.
De esas once muestras, siete son producciones propias y cuatro se organizan en colaboración con otras instituciones. Se ha tratado de buscar la diversidad de género, de medios y de procedencia. No se puede hablar de una exposición estrella por su propia idiosincrasia o por estar dedicada a un artista popular. Destacan las cuatro artistas, todas mujeres, que protagonizarán las muestras más importantes: la brasileña Tarsila do Amaral, la portuguesa Maria Helena Vieira da Silva y las estadounidenses Helen Frankenthaler y Barbara Kruger. Entre las novedades, la serie In situ expondrá dos veces al año esculturas, instalaciones y obras multimedia creadas específicamente para las salas 204 y 208. El turco afincado en Los Ángeles Refik Anadol, que utiliza la Inteligencia Artificial como una herramienta creativa, y el británico Marc Leckey, que explora la relación entre cultura popular, nostalgia y tecnología, son los dos artistas seleccionados este año.
Noticia relacionada
Viajera, audaz y cosmopolita, Tarsila do Amaral (1886-1973) se instaló en París para empaparse de las nuevas corrientes artísticas. A su regreso a Sao Paulo, se convirtió en la figura central del modernismo brasileño. El Guggenheim expone cuadros pintados de los años 20 a los 60, en los que el imaginario indígena y popular se da la mano con el cubismo y el primitivismo. Tarsila, su nombre artístico, fue una mujer emancipada e independiente, que se supo contaminar de lo popular y lo local, y que en los años 30 se pasó al realismo tras un viaje a Moscú que llenó sus lienzos de trabajadores y oprimidos. El MoMA compró en 2019 su lienzo 'A lua' por 20 millones de dólares, la mayor suma nunca pagada por la obra de un artista brasileño.
El Guggenheim ya dedicó en 1998 una muestra a Helen Frankhentaler (1928-2011), una artista neoyorquina que brilló en el expresionismo abstracto y cuya figura suele ir asociada a la de su coetáneo Jackson Pollock. La creadora adoptó la técnica del artista consistente en poner el cuadro sobre el suelo y desparramar la pintura por la superficie del lienzo. Una rompedora técnica de «empapar y manchar», recurriendo a pinceles, esponjas o incluso un cubo. Los resultados eran muy diferentes: líricos en el caso de Frankenthaler y salvajes en el de Pollock. Para algunos, pintaba sin control ni ideas rectoras, se pasaba con los colores apastelados y pecaba de un exceso de poesía; para otros, su arte representa la espontaneidad y la complejidad de la imagen.
Barbara Kruger (Nueva Jersey, 1945) trabajó como diseñadora gráfica en revistas y tomó prestada la estética icónica del lenguaje de los medios y de la publicidad en su obra. Un lenguaje conciso y provocador, con esloganes como «Your body is a battleground» (Tu cuerpo es un campo de batalla), uno de los lemas del feminismo internacional. El género, la identidad, el deseo y el consumismo son los temas de la primera exposición antoloógica en España de la artista, en la que los visitantes se adentrarán en entornos forrados de vinilo, videoinstalaciones y pantallas LED de gran formato. Arte político copiado por marcas de ropa y en videoclips, que en 2011 batió un récord en Christie's al subastarse una de sus fotografías por más de 900.000 dólares.
¿Se pueden evocar sentimientos con un lenguaje eminentemente abstracto? Así lo demuestra la obra de Maria Helena Vieira da Silva (Lisboa, 1908-París, 1992), cuyo análisis siempre ha tendido a destacar su deuda con diversos movimientos y estilos, en lugar de alabar la originalidad de su vocabulario. Afincada en la capital francesa desde los 20 años, Vieira da Silva es una pintora fiel a una memoria obsesiva, que funde su visión del paisaje de Lisboa con la experiencia cultural de París. Sus paisajes no naturalistas son estilísticamente franceses y poéticamente portugueses. Mujer del pintor Árpád Szenès, con el que huyó a Río de Janeiro, durante la II Guerra Mundial, en sus minuciosos lienzos, elaborados con pequeñas pinceladas, se advierte desde la geometría decorativa de los azulejos hispanoárabes a las formas abstractas y las ilusiones ópticas.
Rubens, Van Gogh, Rembrandt... Los fondos de la Galería Nacional de Budapest atesoran decenas de miles de dibujos y más de 100.000 grabados, cuya frágil naturaleza impide su exposición prolongada. Por eso es tan relevante la selección que mostrará el museo bilbaíno, con obras en papel que datan desde alrededor de 1400 y llegan hasta la actualidad.
Dos artistas han aceptado el reto de crear instalaciones específicas para las salas 204 y 2028 del Guggenheim. El turco afincado en Los Ángeles Refik Anadol utiliza datos de la IA para sus esculturas, vídeos y performances, mientras el británico Mark Leckey hace dialogar pasado y presente recurriendo a la nostalgia y la cultura popular.
El comisario Manuel Cirauqui recalca la trascendencia de una muestra con esculturas, instalaciones, dibujos y performances, que reúne trabajos históricos desde 1970 hasta nuestros días. Obras efímeras fabricadas con materiales sostenibles –hojas, hongos, madera, tierra–, que obligarán a modificar las condiciones ambientales del museo y nos llevarán a reflexionar sobre la crisis climática que padecemos.
Artista visual, escritor, fotógrafo y realizador de cine y vídeo experimental, Sky Hopinka (Washington, 1984) es descendiente de los indios Pechanga Band de Luiseño Mission, en California. Su obra 'Desmayos' medita en torno a la tradición y la mitología de la 'xqwjska' o pipa de indio, una planta medicinal utilizada por los nativos para reanimar a las personas.
Vito Acconci (1940-2017) jamás pintó un cuadro. Lo suyo eran las acciones en las que su cuerpo, muchas veces desnudo, era el lienzo. El legendario performer, videoartista y arquitecto podía morderse en brazos y piernas, quemar su pelo o transmitir sus fantasía sexuales a los visitantes de una galería mientras se masturbaba oculto. Uno de sus discípulos fue el donostiarra Sergio Prego, que dialoga con su maestro.
Un depósito a largo plazo de 54 obras de la Colección Rodenstock enriquecerá la colección permanente del Guggenheim a partir de otoño. Cuadros, entre otros, de Lucio Fontana, Yves Klein, Cy Twombly, Jean-Michel Basquiat, Andy Warhol, Anselm Kiefer, Cindy Sherman, Jeff Koons y Damien Hirst, que por primera vez se mostrarán como conjunto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.