Su primer San Valentín como casados: así fueron las bodas más bonitas con sello vizcaíno del último año

Puede que San Valentín sea un día especial para aquellos que han sido tocados por las flechas de Cupido. Sin embargo, si hay una fecha marcada en rojo en el calendario de los enamorados es el día de su boda. Dicen que el amor debe celebrarse cada día, pero hoy, 14 de febrero, tenemos la excusa perfecta para recordar todas las historias románticas que muchas parejas han querido compartir con Bizkaia Dmoda a lo largo de 2019. Nos hemos hecho eco de enlaces mediáticos como el del golfista de Barrika Jon Rahm, de originales bodas como la del 'influencer' Gotzon Mantuliz y de ceremonias estrictamente familiares, como la de la modelo Miren Rodrigo Pildain. También hemos dado a conocer bodas muy especiales, celebradas en tradicionales caseríos e imponentes castillos y palaciosrepartidos a lo largo y ancho de la geografía vizcaína. Incluso, hemos podido compartir la historia de parejas que se casaron en Bizkaia persiguiendo pasiones compartidas y de mujeres de fuera de nuestra región que encontraron en Bilbao su vestido de novia ideal. Gracias a todas ellas y a los grandes profesionales del sector que lo hacen posible, Bizkaia se afianza como uno de los grandes referentes nupciales a nivel nacional. A continuación, y como podrás ver con todo detalle en nuestra galería de imágenes, homenajeamos a esas parejas que quisieron compartir su amor con nosotros y que hoy celebran su primer San Valentín como casados.

Amaia fue una de las novias más especiales con la que hemos contado en estos meses. Nació en Bilbao, aunque ahora vive en Madrid, donde conoció a Javier, el que hoy es su marido y padre de su futuro hijo. Se prometieron una tarde distendida entre gin-tonics y se casaron el 22 de junio de 2019 en Otxandio, un pueblo de interior de Bizkaia con el que la novia mantiene fuertes vínculos familiares. «Uno de los momentos más emotivos fue entrar a la iglesia del brazo de mi padre mientras cantaban 'Amazing Grace', una canción que me recuerda mucho a mi abuela que ya no está entre nosotros», recordaba Amaia. Su vestido, era una delicada obra de arte artesanal firmada por Romancera. Era un diseño evasé confeccionado en rústico de seda, cuyas mangas se llevaron todo el protagonismo. Amaia Lauzirika se encargó de recogerle el cabello en una trenza con un lazo de organza de seda entrelazado e Inés Urquijo de hacerle un ramo con flores de su propio jardín. El cóctel y la cena se hicieron en Apieta, en un caserío propiedad de su familia que se transformó en una impresionante carpa tipo 'sperry tent', ideada por Itziar Ortuondo y donde Alejandro Muguerza e Ignacio Goitia aportaron ideas geniales para la decoración y la iluminación. El txuletón a la brasa cocinado in situ fue la atracción de los invitados, que más tarde disfrutaron de una fiesta en la que Carlos Uribe y 'Drums of life' pusieron la música.

Las 'wedding planners' bilbaínas de Marketing For Lemons organizaron para Carmen y Emilio una boda de estética balinesa en pleno mayo primaveral de 2019. Esta pareja de maños no dudó en mudarse a Bizkaia para poder practicar surf y su enlace, como no podía ser de otra manera, estuvo plagado de referencias hacia esta pasión compartida, desde el 'seating plan' en forma de tablas caligrafiadas con nombres de playas por Arnaga, hasta flores tropicales y marcasitios hechos con cocos. A pesar de que la lluvia no les dio tregua, ellos no perdieron la sonrisa en ningún momento y convirtieron su gran día en una fiesta, que tuvo como perfecto escenario el Jardín de Barretaguren. Carmen siguió la estética bohemia y relajada que guió este enlace y eligió un diseño sencillo y liviano de Alejandra Valero para Hoss Intropia. Su maquillaje natural, hecho por Miss Pupet, y sus ondas surferas de Odda Bilbao, fueron su mejor complemento. Además, remató el look con una corona de flores naturales y un bonito ramo, confeccionado con mimo por Flores Elorz. Emilio, por su parte, es un gran amante de los gorros y no dudó en dar un toque diferente a su impecable traje de Scalpers Company gracias a un diseño de Ane de Cocó.

Sara y Guillermo se conocieron hace tres años en la conocida calle Cuchillería de Vitoria. Aunque los dos han nacido y residen actualmente en la capital alavesa, los fuertes lazos familiares que la novia tiene en Bizkaia hicieron que se decantasen por uno de los lugares con más encanto de la región para celebrar su boda: el Castillo de Arteaga. Fue un soleado 26 de octubre y, entre sus muros llenos de historia, Sara sorprendió a sus 120 invitados con dos vestidos de Helena Mareque que no tardaron en recorrer las redes sociales. El primer diseño, con el que anduvo hacia el altar, estaba protagonizado por una imponente capa de rejilla italiana, bordada en tonos vainilla y rematada con flecos de seda. El segundo, con el que bailó toda la noche, era un delicadísimo diseño con efecto segunda piel que estaba inspirado en un vestido de fiesta que llevó Kate Moss en el año 2007. Además, la novia confió en Flores Elorz para su ramo, en el estudio de imagen de Jaione Amantegui para el maquillaje y la peluquería y en Itiziar Ortuondo y Susana Domínguez como 'wedding planners' encargadas de la organización y la gestión del enlace. La pareja recuerda el momento de la ceremonia como el más emotivo de su boda.

Cuando el minimalismo y las últimas tendencias se dan la mano, surgen vestidos tan impresionantes como el de Zuriñe. Esta novia confió en las manos expertas de Alicia Rueda para casarse con Eneko el pasado 9 de noviembre. ¿El lugar elegido? el Castillo de Arteaga, un elegante emplazamiento vizcaíno que no podía encajar mejor con los gustos de esta pareja. La novia eligió un diseño de líneas rectas, con hombros armados ligeramente pronunciados y manga larga abotonada en los puños. Por detrás, una bonita espalda al descubierto completaba un vestido tan sencillo como espectacular. Siguió la línea del 'menos es más' también en su maquillaje, hecho por Miss Pupet, y en el peinado, obra de Ainara Collantes, que decidió dejar su melena suelta y ondulada. Eneko confió en Scalpers Company y apostó por un traje oscuro con corbata a tono. Tras la ceremonia religiosa, llegó el cóctel, el banquete y la fiesta, organizada con todo detalle por Marketing for Lemons. Los invitados quedaron ensimismados con la decoración floral, que se intercalaba en el techo y en centros de mesa de distintos tamaños. El 'seating plan', caligrafiado en enormes jarrones de cristal, fue otra de las atracciones de la velada, un trabajo impecable de Caligrafía Bilbao. Y como colofón, una mesa de dulces, el pequeño capricho de la novia, elaborado con mimo por la tradicional pastelería Martina de Zuricalday.

Aunque los dos veraneaban en el mismo lugar, no surgió la magia hasta que el cuñado de Janire se lo presentó. Iñigo apareció en la vida de esta bilbaína como un soplo de aire fresco, en un momento en el que ella no atravesaba su mejor momento sentimental. Se comprometieron durante un viaje de mochileros a Tailandia. Llevar un anillo de compromiso en la mochila durante 20 días no era una opción, así que Iñigo tiró de épica y recurrió a una broma que solían gastarse entre ellos. Con grandes dosis de romanticismo y diversión, no dudó en pedirle la mano… ¡con un chaski! Eso sí, barnizado y metido dentro de su caja de Suárez, mientras sonaba de fondo 'Stay Alive' de José González, una canción muy especial para Janire. Tras la pedida de mano oficial, ya en compañía de su familia, se casaron un 21 de septiembre en la iglesia de San Vicente de Abando de Bilbao. La celebración tuvo lugar en el Jardín de Barretaguren, que se transformó en un lugar aún más mágico y acorde con su personalidad gracias al trabajo de Itziar Ortuondo, que se encargó de cada detalle durante meses para que todo saliera perfecto. ¿Y qué decir del vestido de novia? Una elección de Alicia Rueda, única, potente y elegante que provocó ese 'efecto ¡wow!' que pretendía causar desde un principio. Era un diseño de cuello a caja, con mangas asimétricas y organza de seda en el hombro izquierdo que simulaba una lazada 'a medio hacer'. Además, incluía unos impresionantes bordados, botones joya, una abertura en la falda y una cola interminable que hacían de este vestido 'midi' algo personal y muy especial. No le faltaron dos pares de pendientes de Legorburu, unos para la ceremonia y otros para la fiesta, y una diadema de Anita Ribbon que fue, sin duda, su seña de identidad.

Beatriz Urigoitia, ingeniera duranguesa de 36 años y autora del libro 'Soy más que una talla', se casó el 14 de septiembre con Rubén, al que ya conocía de vista porque trabajaban en la misma compañía eléctrica en Madrid. Y fue en el espectacular Casino de la capital donde, precisamente, contrajeron matrimonio. De modo simbólico y para tener presente a su tierra en un día tan especial, comenzó a sonar la canción 'Nere herriko neskatxa Maite', de Benito Lertxundi, mientras hacía su entrada al salón principal del brazo de su hermano. Allí, dio a conocer su secreto mejor guardado: su vestido de novia. Resultó ser una de las coloristas creaciones de Belén Barbero, la creativa de Beba´s Closet, que ideó para ella un diseño de líneas depuradas con escote en la espalda y flores bordadas en los tirantes y en la cintura. Completó su look nupcial con un velo corto de plumeti , un tocado-joya de Tocados Canbella y unas sandalias de ante verde de Jimmy Choo. Rubén acertó con un elegante traje azul marino, con chaleco celeste y camisa blanca.

Nuria y Eneko celebraron una bonita boda el pasado 2 de noviembre en la que los colores del otoño fueron el hilo conductor. La lluvia fue una invitada inesperada, pero no consiguió empañar esta idílica celebración en el Caserío de Olagorta, que se cubrió de pinceladas granates en la decoración, gracias al trabajo de Marketing for Lemons. Este tono tan característico de la época más melancólica del año, también estuvo presente en los looks nupciales de la pareja. Nuria eligió un original diseño de Alicia Rueda Atelier, con cuerpo de plumeti, espalda con escote en 'v' ribeteada de encaje y una imponente cola abotonada. El granate tiñó sus sandalias, de estilo 'peep-toe' con tiras cruzadas en el empeine. También estuvo presente en su peinado, gracias a un tocado exclusivo de M de Paulet que coronaba una trenza 'bubble', hecha por Esther Torralbo. Eneko hizo lo propio con un traje oscuro y de cuadros de Scalpers Company, que encajaba perfectamente con su corbata, estampada y a todo color.

Innés y Borja se casaron el pasado 29 de junio en una boda romántica, llena de momentos inolvidables y hecha a medida de lo que son ellos, tanto individualmente como en pareja. El Hotel & Spa Etxegana fue el perfecto telón de fondo para coronar su historia de amor, una decisión que tuvieron clara desde el primer momento. Y allí, sobre una alfombra roja y ante la atenta mirada de sus 120 invitados, la novia descubría su secreto mejor guardado: un vestido de princesa de cuento. Lo encontró en Arras Villa Nupcial y fue un auténtico flechazo. Era un diseño con silueta princesa confeccionado en tul y encaje de chantilly, tenía escote 'off-the-shoulder' con acabado corazón y una falda abullonada rematada en cola, de la que prescindió en el momento del baile. «Lo más emotivo fue la ceremonia. Entre emoción, nervios y siendo todo tan romántico era inevitable no emocionarse», reveló la novia. Borja llevó un chaqué granate de Antonaga, que adquirió también en el mismo lugar que su mujer. Además, llevó unos zapatos de Calzados Ercilla y un cinturón de Nacha Santurtzi. Ambos, sellaron su amor con alianzas personalizadas de la Joyería Matía de Bilbao.

Estíbaliz y Endika pusieron el broche de oro al verano con su boda, celebrada el 31 de agosto de 2019 en el Caserío Olagorta. La pasión por la moda que ambos comparten quedó reflejada en sus respectivos looks nupciales. Ella siguió las directrices del 'menos es más' y quedó prendada de una impresionante falda abotonada de Paredero Quirós que integró en su vestido de novia con espalda al descubierto. El resultado fue un conjunto sencillo, elegante y sorprendente que completó con un bouquet de rosas blancas, obra de Flores Elorz. Endika, impecable, con un chaqué azul marino hecho a medida por Scalpers Company. El carácter de esta pareja debía estar reflejado en la decoración de la boda, y las 'wedding planner' de Marketing for Lemons lo consiguieron con creces, integrando sofisticados tonos verdes, blancos con toques negros y dorados en cada detalle de la decoración.

Joana es una jienense con alma de rock n´roll que desde un primer momento supo que la diseñadora bilbaína Alicia Rueda podría hacer realidad su vestido de novia soñado. No dudó en viajar a la villa para dar forma durante meses a la idea que le rondaba la cabeza. Sus ideas encajaban perfectamente con el trabajo de la diseñadora, quien confeccionó para ella un 'mono-short' que no dejó indiferente a nadie. Para la ceremonia lo cubrió con una sobrefalda desmontable con varias capas de gasa de seda que dejaba pasar la luz al caminar. Fue al comenzar el baile cuando destapó la sorpresa, dejando ese mono corto al descubierto. Estaba confeccionado con tejido de neopreno, hombreras pronunciadas, flecos en uno de los laterales y detalles de estrellas y bordados con mucho significado para la pareja. Joana fue una novia especial y diferente que no dudó en ser todo lo que deseaba en su boda con Sergio, con quien lleva compartiendo 14 años de su vida.

En 2018, durante el US Open de Long Island se percató del anillo que Kelley Cahill llevaba en su mano. Poco después, era el golfista Jon Rahm quien confirmaba la noticia de su boda con la estadounidense. Su amor comenzó a fraguarse durante sus años de estudio en la universidad de Arizona. A los seis meses de conocerse ya estaban viviendo juntos y de eso ya han pasado dos años. La mediática pareja se casó en la Basílica de Begoña de Bilbao el pasado 13 de diciembre y más tarde lo celebraron en el Hotel Carlton en la más estricta intimidad, junto sus 80 invitados. La novia eligió un vestido de corte princesa, con voluminosa falda de tul y un cuerpo bustier con escote corazón. Además, llevó un velo bordado y de estilo 'capilla' como mandan las directrices más tradicionales. El de Barrika, por su parte, eligió un traje azul marino con solapa esmoquin en contraste, corbata negra, camisa blanca y unos mocasines con hebilla en el empeine. Esta fue la primera de sus dos bodas, ya que se volverán a casar este año en San Diego, para poder celebrarlo con la familia de la novia.

El 'influencer' bilbaíno Gotzon Mantuliz se casó con Patricia, su novia de toda la vida, el pasado 7 de septiembre en la más estricta intimidad. Es más, jugaron al despiste con la prensa y hasta con los propios invitados, descubriendo en el último momento dónde iba a ser en enlace. Finalmente se celebró en el Granero de San Francisco, un idílico entorno de la provincia de Burgos, cerca de Santa Gadea del Cid. Gracias a sus invitados, entre los que se encontraban otros 'influencers' como María Pombo o Marta Lozano, fuimos descubriendo las imágenes del enlace. El novio llegó del brazo de su madre vestido con un original tres piezas en verde botella, con camisa blanca y sin corbata. La novia, sorprendió por su estilo años 70', gracias a un conjunto de falda y top con mangas acampanadas de guipur, firmado por Immaclé, y una gran pamela con detalles florales, de la firma vizcaína Anita Ribbon.

Son vizcaínos, guapos y comparten una misma pasión por la moda. La pareja de modelos formada por Miren Rodrigo Pildain y Eder Aguirre se casaron el pasado 19 de septiembre, convirtiéndose en el perfecto ejemplo de la nueva boda 'millennial'. Según estudios realizados por portales especializados en la industria nupcial, cada vez son más los jóvenes que buscan celebrar bodas íntimas y sin tantos artificios como se lleva haciendo en los últimos años. Miren y Eneko así lo hicieron, y contrajeron matrimonio civil un jueves cualquiera en el Palacio de Justicia de Bilbao y en compañía de sus familiares más cercanos. Sus looks se alejaron de los patrones más tradicionales y reflejaron su juventud y personalidad. Ella, con un vestido 'tail hem', con cuerpo bustier cubierto de encaje, de la firma For Love and Lemons. Fue un regalo de su madre y lo completó con una camiseta blanca de manga larga por debajo. Sus Converse, fueron el colofón final a uno de los looks nupciales más frescos de los que hemos sido testigo en los últimos años. Eder, por su parte, llevó una americana en tonos tierra con pantalón negro. Además, prescindió de camisa y corbata y apostó por una camiseta beige y, al igual que su mujer, unas Converse, en su caso de color negro.

Valentina Suárez-Zuloaga comenzó a sonar en las esferas más sibaritas de la moda hace poco más de un año, gracias a su proyecto de moda lenta 'Es Fascinante', que gestiona junto a su madre, Margarita Ryura de Andrade. Es tataranieta del eibarrés Ignacio Zuloaga, conocido pintor costumbrista y retratista de la alta sociedad vasca a principios del siglo XX, y se casó el 22 de junio de 2019 con Manuel de Lacalle en la bella localidad de Zumaia, donde siempre ha veraneado con su familia. Para ello, y tal y como ella misma prodiga en su trabajo, eligió moda española en su paso por el altar. En concreto, llevó un magnífico diseño de Juan Duyos. Era un vestido de cuello 'perkins' con un delicado cuerpo drapeado, semitransparente y con mangas abullonadas. Además, de sus hombros nacía una capa que parecía sustituir al velo. Completaba el look con una falda bordada con cola de arrastre. Una maravilla de vestido con cierto acento tradicional que no pierde de vista las últimas tendencias.

Ainhoa Arteta es una de las celebridades más queridas en la villa. Aunque es natural de Tolosa y lleva a Euskadi por bandera, celebró uno de los días más importantes de su vida en el Puerto de Santa María (Cádiz). Y es que se casó en una ceremonia civil el pasado 23 de junio con Matías Urrea, capitán de Corbeta de la Armada española, con quien lleva más de tres años de feliz relación. Para ello, eligió un diseño de la guipuzcoana Isabel Zapardiez en color champagne. Se trataba de un novedoso vestido de silueta sirena confeccionado con tejido Jacquard, cuello a caja y unas mangas convertidas en capa que daban un punto de teatralidad que tan solo una gran dama de los escenarios sería capaz de defender. En cuanto a las joyas, llevó piezas exclusivas hechas a medida por la joyería vizcaína Pradera y un anillo muy especial que perteneció a su madre, Esther Ibarrolaburu, fallecida en 2007.