La bilbaína de origen tunecino se lleva el premio internacional de belleza de mayores de 30 años

Amira Foudhaili, la bilbaína de origen tunecino, ha ganado el premio internacional de belleza de mujeres mayores de 30 años y competirá el próximo septiembre, en un país aún por determinar, por el entorchado europeo. La vencedora se mostró radiante tras el triunfo, que espera le sirva para volcarse en el mundo de la moda y la publicidad. «No sé si será en Rusia o Bulgaria, pero llevarse una de las tres coronas es fantástico. Concursar en el extranjero es lo máximo. ¡Increíble!», ha agradecido. El certamen se celebrará posiblemente en septiembre, ya que está condicionado a la mejora de la evolución de la pandemia. «Con esto del coronavirus, están cerrando las fechas, pero el premio ya me lo he llevado», asegura satisfecha esta bilbaína de 36 años dueña de una agencia matrimonial.

Amira está que no se lo cree. «Estoy súper contenta e ilusionada porque no me lo esperaba. He intentado hacerlo lo mejor posible representando a Bilbao. He disfrutado mucho, porque lo he hecho muy natural. Me he reído, he bailado. No esperaba traerme el premio conmigo. Es incluso más importante que el certamen nacional, porque este se celebrará en Tenerife y el que me he llevado yo es el internacional. Ya llevo puesta la corona y la banda», ha subrayado.

Sin dejar de lado la agencia para la que trabaja, Amira quiere exprimir el tiempo y aprovechar al máximo las oportunidades. Piensa en la pasarela, televisión, publicidad... «En todo, pero, sobre todo, en esto último», opina. Las cosas le pintan bien. Ya han contactado con ella para la próxima Fashion Week de Madrid, que tendrá lugar en noviembre. «Mi diseñadora me dijo que estaría encantada de que desfilara para su firma. Este título me ofrece más oportunidades. La verdad es que estoy a todo lo que vaya saliendo», remarca.

Arquitecta de interiores y directora de una agencia matrimonial, Amira Foudhaili aseguró en una entrevista a el correo.com antes de viajar a Barcelona que «daría lo que fuese por volver a ser joven» y advirtió que solo se retocaría «algo» a partir de los 40 o 45 años. «Empezaría haciéndome bótox. ¡Pero sin pasarme! Sin exagerar. Lo del bótox no es coger y ponerse hasta arriba. Solo para corregir algunas arrugas», matizó.

De hecho, Amira siente cierta lástima por mujeres que terminan «con el rostro acartonado» y ella no quiero acabar «con cara de susto. Para muchas mujeres, es como una droga. Empiezan con un poco, se ven guapas y dicen 'quiero más, y más, y más'. Sé que nunca me va a pasar a mí», afirmó rotunda.

Partidaria de «vivir» su vejez y el transcurso de los años, Amira, madre de dos hijos, de 14 y 8 años, dice que cuando va con ellos «por la calle parezco su hermana». Si de algo se siente satisfecha del certamen donde se ha llevado el premio internacional es de demostrar que las mujeres «somos el motor del mundo» y que gracias a «nuestra fortaleza podemos llegar lejos. Las mujeres tenemos que estar a la altura, demostrar nuestra valía y ser conscientes de que luchando un poco podemos encontrar la igualdad».

Tampoco entiende a quienes critican la organización de este tipo de concursos. «La belleza hay que mostrarla. Todo lo bonito, sea físico o material, hay que enseñarlo», confiesa esta mujer «exótica, salvaje y, a la vez, muy dulce y procirugía», pero contraria a quienes pasan por el quirófano antes de tiempo.

Amira cuenta que hay días que se ve «horrorosa» y se imagina de mayor con el pelo corto y con taconazos. «Yo siempre he sido muy jovial», detalla esta enamorada de la fuerza y energía de Naomi Campell. Aunque la suerte le ha sonreído en Barcelona, seguirá al frente de su agencia matrimonial, Zelextina. «Disfruto mucho uniendo a las personas porque todavía hay gente que cree en el amor», sentencia. Pero lo suyo, desea, es la moda, máxime después de haber sido coronada en Barcelona.