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Así es Amira, la candidata bilbaína al certamen nacional de belleza para mujeres con más de 30 años
Arquitecta de interiores y directora de una agencia matrimonial, Amira Foudhaili asegura que «daría lo que fuese por volver a ser joven» y se imagina retocándose algo «solo a partir de los 40 o 45 años»
Hija de tunecinos, Amira Foudhaili representará mañana a Bilbao en el certamen de belleza para mujeres de más de 30 años, 'Mrs+30'. Arquitecta de interiores y directora de una agencia matrimonial, a sus 36 años viaja a Barcelona en busca de un triunfo que le sirva de plataforma para volcarse en el mundo de la moda y publicidad. «No entiendo a la gente que critica los concursos de misses», reprocha la dueña de Zelextina. «Todavía hay gente que cree en el amor», sentencia.
– ¿Se presentó a algún certamen de belleza de joven?
– Me presenté a un Miss Bizkaia hace muchos años, cuando era joven, con 18 o 19 años, pero recuerdo que no quedé nada bien.
– ¿Cuánto daría por ser más joven?
– ¿Para ser más joven? Lo que fuese, pero más que nada físicamente. ¿Sabes que pasa? La experiencia que he ido adquiriendo con los años... Lo que tengo y sé ahora no lo cambiaría por...
– ¿Sabe mucho?
– Lo suficiente que hay que saber para la edad que tengo.
– ¿Desfilarán en bañador como en los certámenes tradicionales de belleza?
– En bañador no. Primero sacamos un traje regional, luego salimos con un vestido de cóctel y finalmente con uno de gala.
– ¿Qué busca?
– Crecer a nivel personal y demostrar que la belleza no está reñida con la edad. Da lo mismo que tengas 30, 40 o 50 años. Quiero aprovechar el concurso para ver si me salen cosas en la pasarelas y, especialmente, en publicidad. A lo mejor dentro de 15 años estoy a otras cosas y no me apetece. Sobre todo, deseo sentirme bien y viva y notar que todavía que soy joven, aunque tenga 36 años.
– Amira, que sigue siendo joven.
– Sigo siendo una persona con mucha fuerza, energía y frescura. Tengo dos hijos, uno de 14 y otro de 8, y aún así voy con ellos por la calle y parezco su hermana. Antes de tener a mis hijos, me presentaba a todos los certámenes, a todos los concursos y a todos los desfiles. Me encantaba, pero...
«Lo bonito hay que mostrarlo»
– ¿Pero?
– Cuando tienes hijos y te casas, tu mundo cambia, tienes otras prioridades y como que lo dejas un poco al lado. Me presenté a un casting hace un año. Fue como un clic que me dijo 'Amira, vuelve a trabajar y a hacer este tipo de cosas'.
– Bravo.
– Me presenté al certamen porque quiero demostrar que las mujeres somos el motor del mundo y que gracias a nuestra fortaleza podemos llegar lejos. Las mujeres tenemos que estar a la altura, demostrar nuestra valía y ser conscientes de que luchando un poco podemos encontrar la igualdad.
– ¿Entiende a quienes critican la celebración de los concursos de misses?
– ¿Por nuestra edad?
– No, por machistas.
– No estoy de acuerdo con eso, la belleza hay que mostrarla. Todo lo bonito, sea físico o material, hay que mostrarlo.
– ¿Cómo es su belleza?
– Muy exótica, salvaje y a la vez muy dulce.
– ¿Cuál es su punto fuerte?
– Mi picardía. Y mi fuerza.
– ¿Y físicamente?
– Un poco el conjunto, los ojos, las piernas...
– Como en los concursos tradicionales, ¿se valoran mucho las medidas corporales?
– No hay un canon de belleza, se presentan todo tipo de mujeres. Cualquiera, dentro de lo que cabe, puede valer.
«Soy muy de bótox y 'procirugía', pero sin excesos»
– ¿La belleza está sobrevalorada?
– Sí. Y, además, es muy relativa también. Lo que es bello para unos, para otros no lo es.
– ¿Teme el paso del tiempo?
– No. No lo temo porque pienso que hay soluciones para poder frenarlo con cirugías. Yo soy muy, muy 'procirugía'. Pero estoy en contra de la gente que se opera antes de tiempo.
– ¿Por qué?
– Cuando dices 'oye, mira, ya estoy en una edad y...'. Ahí sí me gusta la gente que se opera.
– ¿Considera el bisturí un gran aliado?
– Depende de para qué edad. Lo es a partir de una edad en la que uno que necesita unos cambios y una mejora. Pero si es antes no veo esa necesidad.
– ¿A partir de qué edad se operaría?
– A partir de los 40 o 45.
– ¿De qué se operaría?
– Empezaría haciéndome bótox. ¡Pero sin pasarme! Sin exagerar. Lo del bótox no es coger y ponerme hasta arriba. Solo para corregir algunas arrugas.
– Con las cirugías muchas mujeres acaban pareciéndose.
– Terminan con el rostro acartonado y yo no quiero acabar con cara de susto. No me gustaría abusar del bótox. Para muchas mujeres, es como una droga. Empiezan con un poco, se ven guapas y dicen 'quiero más, y más, y más'. Sé que nunca me va a pasar a mí.
– Con control.
– Me gustarían un par de retoques, y punto y pelota. Quiero vivir mi vejez y el transcurso de mis años.
– ¿Cómo se imagina su vejez física?
– Ay, pues, con el pelo corto y con taconazos. Yo siempre he sido muy jovial.
«Hay días que me veo horrorosa»
– ¿Cómo se ve frente al espejo?
– Depende. Hay días y hay rachas. Hay días que me digo 'todavía soy joven y puedo disfrutar de la belleza'. Pero hay otros que pienso 'ay, dios mío, estoy horrorosa y no quiero salir a la calle'. Sinceramente, va por días.
– Desde que empieza a prepararse, ¿cuánto tarda en salir a la calle?
– Una hora. Pero, a ver, me ducho, me lavo el pelo, me echo la mascarilla, me hago el 'peeling', luego sécate el pelo, plánchatelo... En una hora estoy como salida del horno.
– ¿Quién es su modelo preferida?
– Naomi Campbell, 'la pantera', siempre ha sido mi referente. Es fuerza, es energía.
– ¿Qué opina su marido?
– ¿Luis? Está encantado y muy ilusionado. Me anima y dice 'vas a ganar porque eres la mejor'.
– Directora de la agencia matrimonial Zelextina, ¿es muy buena celestina?
– Claro. Se me da bastante bien. Por eso me dedico a este trabajo. Siempre he unido a las personas, la gente me pide consejos. Disfruto mucho con este trabajo. Me gusta hacer cosas que me hagan sentir bien. Ayudar a las personas a enamorarse y encontrar a sus parejas es una de ellas.
– ¿Duran la parejas que crea?
– Bastante.
– En un mundo lleno de aplicaciones de citas como Tinder, Badoo, eDarling, Meetic, ¿qué pintan las viejas agencias matrimoniales?
– Mucho. ¿Sabes por qué? Todavía hay gente que cree en el amor. Muchas personas se sienten frustradas con las aplicaciones y sigue buscando algo más serio. Mucha gente se rinde con las aplicaciones y piensa 'esto es lo que hay'. Pero otras se rebelan y gritan 'me niego a tener algo esporádico y aspiro a una relación estable'. Hay mucha demanda.