

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Karri Bilbao
Viernes, 28 de febrero 2025, 00:58
Cada viernes, Karri Bilbao nos comparte las historias y experiencias que vive con sus amigas. Tras años de convivencia en pareja han regresado a las noches (y tardeos) de la villa.
Anoche escribí a Andoni. Con un escueto qué tal, ignoré lo que algunos denominarían orgullo, dignidad o estupidez. Guiada por mi instinto, decidí que nada ... perdía si, para qué engañarme, quería verle. Pasada menos de una hora, él respondía con un bien y un segundo mensaje con la propuesta de quedar hoy mismo, a media tarde. Sin compromiso alguno que me atara, mi respuesta inmediata fue afirmativa con un dónde. A las seis nos veremos en el Residence.
Las horas pasan despacio y estoy inquieta. Supongo que será porque, tras el divorcio y hasta la fecha, no he tenido interés por nadie más allá de coqueteos frívolos. Lo que siento por él es otra cosa… Dudo en cómo vestirme y, entre las alternativas, opto por la sencillez con un vestido negro y una chaqueta de cuero. Llego puntual mientras él ya espera dentro. Besos en las mejillas y una sonrisa junto a una leve caricia en el brazo. De fondo suena Hotel California, su canción favorita. Nos sirven un par de Guinness mientras nos ponemos al día y hablamos sobre próximos planes que haremos por separado con nuestras respectivas cuadrillas. En la conversación divagamos acerca de temas sin importancia y, transcurrida una hora, continuamos ronda en el Revole. Entretanto, Andoni se disculpa de nuevo por su silencio tras besarnos en mi portal la primera noche de conocernos. No sé si me delata el gesto, pero disimulo por segunda vez diciéndole que no esperaba que escribiera, ni tampoco volver a verle. Miento fatal, porque en su mirada percibo que mis palabras no le convencen. Así que me deshago de la máscara y le digo que me sorprendió no saber nada sobre él, el 'ghosting', pero que casi le olvidé hasta coincidir en El Comercio y el Davinci. Y me pregunta entonces porqué decidí ayer escribirle. «Porque al volver a verte fui consciente de que me gustas», respondo sin miramientos. Y me corresponde con un «tú también me gustas a mí» y un beso ligero en los labios.
Me cuenta que hasta hace unas semanas salía con una chica que conoció por Tinder, pero que ya lo han dejado porque no acababa de cuajar aquello. De ahí que desapareciera al día siguiente de conocernos en el Bombón Club sin dar muestras de interés ni dejar rastro. Escuchar su explicación me deja sentimientos contradictorios e interrogantes varios, el principal; si estaba con ella, porqué me acompañó a casa y acabamos besándonos. Pero no le digo nada…
La temperatura es agradable y paseamos abrazados a la orilla de la ría, por el muelle de Uribitarte. Es una sensación placentera que hacía años que no experimentaba. Y se lo digo al tiempo que me siento vulnerable por primera vez desde hace no sé ya ni cuánto… Carecer de pareja me ha regalado enseñanzas sabias. Por ejemplo, que no necesito una media naranja, porque ya estoy plenamente entera. Tampoco un amor que me rescate de un estado en el que soy dueña de mi tiempo y en el cual convivo en paz, sin entrar en conflicto. Que hay mucho mito que limita. Pero Andoni parece estar en similares circunstancias a las mías y me siento conectada a él desde el primer día. No sé si confiar en él, pero, sobre todo, si confiar en un posible nosotros…
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Encuentran a una mujer de 79 años muerta desde hacía varios días en su domicilio
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.