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Andoni me besó y ahora me ha hecho 'ghosting', así que voy a La Patente para ligarme a un vasco.
Tras besarme con Andoni y hacerme 'ghosting', pruebo suerte en La Patente… ¿triunfaré?

Sexo en Nueva Bilbao (VII)

Tras besarme con Andoni y hacerme 'ghosting', pruebo suerte en La Patente… ¿triunfaré?

Después de fracasar mi historia con el chico que conocí en el Bombón Club, invito a pasar un fin de semana a mi casa a mi amiga María, madrileña y recién divorciada

Karri Bilbao

Viernes, 20 de diciembre 2024, 00:59

SEXO EN NUEVA BILBAO

Cada viernes, Karri Bilbao nos comparte las historias y experiencias que vive con sus amigas. Tras años de convivencia en pareja han regresado a las noches (y tardeos) de la villa.

¿Recuerdas a Andoni? Sí, el que conocí en el Bombón Club y me hizo una llamada perdida tras besarnos en el portal… Han pasado los días (demasiados) y no he sabido nada de él; ni un mensaje ni una llamada ni rastro. Me ha hecho 'ghosting', es decir, ha desaparecido sin dar ninguna explicación y se ha esfumado como un fantasma (de ahí su nombre, 'ghost' en inglés significa fantasma). Para la próxima vez que me guste un chico, intentaré tener mejor vista o, al menos, ser más precavida y no ilusionarme…

María vive en Madrid y, aunque nos conocemos desde hace poco gracias a unas jornadas de turismo celebradas en octubre, hemos congeniado al instante. Divorciada reciente y sin pareja estable, le invito a mi casa a dormir un sábado para que conozca Bilbao y el ambiente de sus alrededores como si fuera una vasca de pura cepa. Para ello, convoco a la cuadrilla por si alguien puede sumarse y se anima a un plan de día en Algorta que se prolongue por Bilbao hasta que el cuerpo aguante. Al llamamiento, acuden Maite, Ane e Izaskun, dispuestas a disfrutar de lo que vaya surgiendo y a sabiendas de que las risas y confidencias están aseguradas. Con esa actitud nos citamos en el Itxasbide, ubicado a las faldas del Puerto Viejo.

El tiempo acompaña con un sol radiante que invita a sacar las bebidas a los banquitos del exterior junto a unas gildas, el pintxo por excelencia de Euskadi, le aleccionamos a María. Queremos que se sienta como una más, para ello, además de contarle que el kalimotxo se inventó aquí, qué es un zurito, la preferencia por la tortilla caldosa antes que la cuajada y el txakoli antes que un vino blanco, le advertimos sobre las principales diferencias entre un vasco y el resto de los mortales. Ella se ríe creyendo que exageramos cuando decimos que un vasco difícilmente se te acerca en un bar a kilómetros a la redonda… Veremos cómo evoluciona el día y si la experiencia nos da la razón…

Seguimos ronda escaleras arriba y nos hacemos un par de fotos como recuerdo. El ambiente es inmejorable en la plaza con las mesas repletas, pero no podemos detenernos demasiado porque tenemos reservada mesa en el Arraun. Comemos un pescado rico y terminamos con un par de postres que compartimos al centro, listas para partir rumbo a Bilbao. Apenas son las siete y Ledesma está a rebosar por la zona de El Puertito. Hallamos hueco de milagro en una mesa alta y me saluda Javi, un amigo de mi hermano mayor. Presentamos cuadrillas mutuas y María expone que a la vista está que es posible conocer a un vasco. Le respondo que por supuesto que sí, pero que en éstos había un punto de unión previo, que eso no cuenta. Le ha gustado Mikel, el más alto de los cuatro. No me extraña, a mí también, le respondo de inmediato. Nos despedimos de ellos y encantados de conocernos (y ojalá que pronto, de volver a vernos).

Vamos hacia La Patente con ganas de bailar. Hay cola para entrar cuando aún no son las nueve, pero una vez dentro el reloj se para como por arte de magia. Es la una y una cuadrilla se acerca decidida a entablar conversación y ¡a ligar! María observa y le aclaro: atenta, esto no es normal. Voy a preguntar de dónde son, porque te apuesto que vascos no. Efectivamente, vienen de Málaga a celebrar la despedida de soltero de Miguel, que se casa en segundas nupcias dentro de un mes. Ves, algo era ello, María… La noche avanza y María nos da la razón mientras pedimos la tercera ronda a ritmo de Rafaela Carrá y su «para hacer bien al amor hay que venir al sur» ¿Casualidad?

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