Las mascotas ya tienen su sitio en el cementerio de Bilbao
Bilbao Zerbitzuak ratifica el nuevo reglamento para los camposantos de Derio y Deusto y que entrará en vigor en 2026
Bilbao Zerbitzuak, la sociedad municipal que gestiona los cementerios del Ayuntamiento de Bilbao en Deusto y Derio, ha ratificado su nuevo reglamento, que entrará en vigor el 1 de enero. Sustituye al elaborado hace 13 años y pretende adaptar la realidad de los camposantos, principalmente el de Derio, a los nuevos usos y costumbres sociales. Por un lado, la entidad se compromete a prestar el servicio «con neutralidad ideológica y religiosa, respetando, por tanto, todas las opciones existentes, de acuerdo con la proclamación de la libertad religiosa o el derecho a no profesar credo alguno como un derecho fundamental».
Así, Bilbao Zerbitzuak facilitará a cualquier persona que lo demande la posibilidad de recibir asistencia según sus convicciones, si bien será cada particular o confesión quien organice, disponga de su personal y decida el modo en que presta sus servicios religiosos o de despedida civil. Ya hay dos parcelas para personas de credo musulmán y si hubiese necesidad, se reservarán espacios o recintos para los enterramientos que por motivos religiosos precisen condiciones específicas, aunque se evitarán segregaciones de espacio. Y para funerales civiles podrá utilizarse como última despedida una sala del crematorio.
Los epitafios, recordatorios, emblemas y símbolos que se deseen inscribir o colocar en las unidades de enterramiento serán objeto de autorización previa. Podrán autorizarse en cualquier idioma, aunque deberá incorporar su traducción al euskera o castellano.
Dado el auge de las cremaciones, se impulsarán las incineraciones sostenibles. En Derio hay dos hornos con los reglamentarios filtros, pero sólo admitirán ataúdes con barnices al agua, sin PVC o melamina, y se intentará que en el interior no haya ornamentos que ocasionen «incrementos significativos en el potencial de generación de contaminantes» y que los fallecidos no lleven tejidos de poliéster, cinturones, calzado con suela de goma, joyas ni bisutería que puedan contener cadmio, plomo o mercurio por su alto poder contaminante y afección a la calidad del aire. Por otro lado, se fomentará el depósito de cenizas en el cementerio por razones medioambientales y de tradición cultural y social. En este sentido, se dispondrá de unidades de enterramiento para la inhumación de las urnas y para el esparcimiento de las cenizas.
Además, se reformará el espacio de duelo perinatal para ajustarlo a las necesidades de las familias. Podrán depositar allí una fotografía, nombre, un poema, el brazalete de nacimiento, un patuco o un chupete que serán expuestos en una estructura en la que se recordará a todos esos pequeños que no llegaron a nacer. Asimismo, el nuevo reglamento prevé por primera vez habilitar un espacio público dedicado a crematorio y depósito de cenizas de animales de compañía como respuesta a la sensibilidad social en lo referido al respeto y cuidado de los animales, relata el edil de Salud y Consumo, Álvaro Pérez. En la actualidad, los propietarios han de confiar la eliminación de los restos de sus mascotas a empresas privadas, ya que por motivos de salud pública no pueden ser enterradas. Además, las mascotas vivas podrán acceder al recinto, siempre y que no sean consideradas potencialmente peligrosas.
Plazo de los nichos
Otra de las cuestiones que regula el nuevo reglamento es la duración de la caducidad de las concesiones de tumbas y panteones. En 2008, todos los partidos plantearon decretar vencidos los títulos de las unidades de enterramiento de más de 99 años en el camposanto de Vista Alegre de Derio, que funciona desde 1902. Una maniobra que ya habían respaldado los tribunales y que se aplicó en varias ciudades. El reglamento de 2012 fijó un plazo máximo de 99 años para todas las concesiones adquiridas hasta el 25 de septiembre de 2012, lo que derivó en que el Ayuntamiento tuviese que que alertar a 3.800 familias de la caducidad de las sepulturas hasta 2016. El plazo máximo de la concesión se redujo a 75 años para las capillas, panteones y sepulturas, – pasó a ser de 50 en enero de 2019– a 50 para nichos urna mural y 25 para osarios o columbarios. Desde el 1 de enero, el plazo de los nichos en una urna mural también pasa a ser de 25 años como máximo, según ratifica el nuevo reglamento.
Según Pérez, el nuevo documento también busca poner en valor el gran patrimonio histórico y artístico que atesora el camposanto en su interior. Una labor que comenzó a desarrollarse hace tres años con iniciativas culturales y educativas, recitales y restauración de elementos patrimoniales. Por ejemplo, también prevé la prohibición de la plantación de especies exóticas en las instalaciones.