El cementerio de Bilbao se abre a musulmanes de toda Bizkaia: «Al fin un sitio donde descansar cerca de casa»
Inauguran una segunda parcela para practicantes del islam con 2.160 plazas que por primera vez se abre a residentes en la provincia
Los tiempos cambian y la sociedad vizcaína no es ajena a ellos. Como resultado de procesos migratorios, cada vez hay más vecinos provenientes de países ... donde se practica el islam. La gestión de esta realidad y los cambios demográficos, en los que la tendencia es a caminar hacia sociedades cada vez más envejecidas, obliga a las instituciones públicas a mover ficha y adaptase a la nueva realidad.
Siguiendo estos criterios, este martes por la mañana se ha inaugurado una parcela en el cementerio de Bilbao adaptada para enterramientos musulmanes con 2.160 plazas. Ya existía otra desde 2008, con espacio para 80 inhumaciones y en la que en la actualidad están enterradas 49 personas, por lo que su capacidad está comprometida al previsible aumento de las necesidades durante los próximos años.
Además, influye otro factor que justifica su urgencia: a la primera parcela solo podían acceder personas empadronadas en Bilbao. Esto suponía un quebradero de cabeza para aquellos musulmanes que viven en municipios más pequeños en los que no tienen la capacidad suficiente para reformar el cementerio. En estos casos, muchos acababan en camposantos islámicos de Madrid o Zaragoza. Un auténtico «sinsentido», según explica miembros de esta religión, que con la nueva parcela en Derio se salva, pues allí podrán descansar ciudadanos de toda Bizkaia.
La nueva parcela está adaptada al protocolo de inhumación según el rito musulmán. Este contempla, en primer lugar, que el cadáver descanse de lado y mirando a la Meca, la ciudad santa más importante de la religión islámica. El difunto, además, no puede yacer en el mismo recinto reservado a otras religiones, de ahí que se les ubique en una parcela diferenciada del resto.
Por otra parte, una vez un musulmán fallece se le lava y se le rocía con perfume. Después, sin siquiera esperar 24 horas de la muerte, se cava una fosa en el momento y se le entierra. Sin ataúd y cubierto por piedras y tierra, tal y como se venía haciendo hasta ahora en la anterior parcela.
La comunidad musulmana de Bizkaia ha recibido esta noticia, que llevaban años reclamando, con una alegría indisimulada. Taibe Moulay Taib, vicepresidente de la Mezquita Badr, se felicita por que los practicantes del islam residentes en Bizkaia no tengan que rebuscar en otras comunidades un lugar para que descansen sus seres queridos. «Al fin un espacio para todos cerca de casa», dice.
A Abderramin Mousaif, representante de la mezquita de Rekalde, le tranquiliza que haya desaparecido el riesgo de que el espacio dedicado a enterramientos de musulmanes se sature. Mientras el anterior ya supera la mitad de su capacidad, en el actual solo descansan cinco personas. Se calcula que servirá para, al menos, 20 años. «Para nosotros es muy importante conservar la dignidad del fallecido y el entierro forma parte de este proceso», explica.
Tareas pendientes
Todavía queda pendiente pactar con la comunidad musulmana el cómo establecer la placa identificativa en cada tumba y construir el osario (el espacio para que descansen los huesos de los fallecidos). Al Ayuntamiento de Bilbao, de momento, este último plazo no le corre prisa, ya que la capacidad del cementerio es grande y, por el momento, no se contemplan exhumaciones.
Kontxi Claver, concejala de Igualdad, Convivencia, Cooperación e Inmigración, ha señalado que esta práctica se enmarca en los objetivos del Ayuntamiento de Bilbao ya que «las confesiones religiosas y sus representantes son agentes sociales fundamentales, parte de la expresión organizada de una ciudadanía activa y participativa, con quienes queremos seguir trabajando en la construcción de una ciudad cada vez más abierta e inclusiva».
Por su parte, Álvaro Pérez, concejal encargado del cementerio municipal al ostentar el área de Salud y Consumo, ha destacado que «desde el Cementerio de Bilbao se trabajan los diferentes tipos de funeral de acuerdo con las diferencias éticas, culturales, religiosas y las solicitudes de las familias, garantizando el respeto y la dignidad. Nuestra cultura es un crisol de identidades y de creencias que debe poder manifestarse sin discriminación».
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