La afición protesta en una acción. Ignacio Pérez

Tristes pero orgullosos: así se fueron los seguidores del Athletic de San Mamés

Martes, 16 de septiembre 2025, 22:10

Los seguidores athleticzales se fueron de San Mamés tristes pero orgullosos, porque su equipo perdió con la cabeza alta ante uno de los grandes equipos ... de Europa, construido con piezas tan valiosas como las del motor de un Ferrari. Consiguieron Valverde y sus chicos gripar ese ejemplo de ingeniería futbolística durante muchos minutos, y solo esos detalles que tienen los equipos lujosos como el Arsenal consiguieron que el marcador no fuera distinto. Se van a Londres con los tres puntos y un gran trabajo, que fue necesario realizar para poder neutralizar al Athletic, y ese es un motivo de satisfacción para los rojiblancos, que no se dejaron vencer hasta el final. Tal vez esa sea lo mejor del choque. Eso y la pacífica convivencia con los aficionados ingleses, que se comportaron como suelen hacer los bilbaínos cada vez que viajan fuera. Como lo serán en el Signal Iduna Park de Dortmund, la próxima salida.

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Así que habrá que ver el estreno de Champions con las gafas del optimismo, porque el equipo dio la cara, y además, la alineación que presentó Valverde, y que se cuestionó de inicio por la ausencia de algunos de los habituales titulares y la presencia de otros que no juegan tanto, funcionó casi a la perfección, con el único pero del resultado. Porque hablemos de que Mikel Vesga, a quienes algunos le dan por jubilado, completó un gran partido; Adama Boiro neutralizó, hasta que acabó exhausto, a un misil como Madueke; y en la otra banda, Gorosabel también cumplió con creces con su misión, mientras que Robert Navarro, en su primera titularidad con el Athletic hizo el trabajo fino que de él se espera.

Pero tal vez el dato más positivo de lo que vimos en San Mamés en la brillante tarde-noche de Champions fue la resurrección de Mikel Jauregizar, que tal vez dicho así sea un poco exagerado, porque nunca ha estado muerto o enterrado, pero sí es cierto que en los tres primeros partidos de Liga se le vio un poco acelerado e impreciso, y ya frente al Alavés comenzó a ser el de siempre, que parece que es mucho tiempo, pero solo es algo más de temporada y media, que es lo que lleva en el primer equipo. Ante el Arsenal dio un recital. Se desplegó como un mapa de carreteras para encontrar los caminos, los cruces de autopistas, las señales de peligro; robó balones como si no hubiera un mañana y tocó casi siempre con sentido.

Tal vez el dato más positivo de lo que vimos en San Mamés fue la resurrección de Mikel Jauregizar

En apenas unos días parece haber alcanzado el nivel que tuvo la temporada anterior, y lo reconoce Ernesto Valverde, que confesó tras el partido que el bermeano «se ha convertido en un jugador fundamental para nuestro equipo. Va bien en los duelos, es difícil de pasar, juega bien el balón». El futbolista que cualquier entrenador quiere tener en su equipo. Si era el peso del número 18 que lleva ahora a la espalda, el que le estaba lastrando, parece que ya se ha acostumbrado a esa mochila y juega a gusto con ella. Además, todos los que forman la familia del Athletic saben que es un pata negra, sordo a cualquier canto de sirena que llegue desde fuera.

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Así que seamos optimistas. Quedan muchas jornadas de Champions, varias noches apasionantes en San Mamés y lejos de nuestro campo, y la derrota debe servir para aprender y curtirse. Una lección para el futuro cercano.

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