Cervezas, pintxos y buen rollo para celebrar la vuelta a la Champions del Athletic
El ambiente Champions se notó desde primera hora del martes y aficionados ingleses y locales convivieron sin problemas
El fútbol tiene la capacidad de traspasar fronteras, de unir personas y de generar un ambiente especial. Al menos en Bilbao se vive de una ... manera especial, enraizado en lo más profundo de la villa. Es lo que este martes transpiró la ciudad. Miles de hinchas ingleses disfrutaron entre cánticos y pintxos antes del estreno de la Champions y una legión de aficionados locales vivieron una jornada ilusionante porque el club de sus amores regresaba a la élite del fútbol once años después. Y eso es mucho tiempo. «¡Somos athleticzales hasta la médula! Vivimos el día de hoy con muchos nervios pero a la vez con mucha ilusión. La Champions es especial; la gente saborea este día y lo disfruta», explicaban Emma Díez y Fernando Escudero.
El ambiente de las jornadas europeas se dejó sentir en la ciudad desde primera hora de la mañana. Ayudaron los 3.000 seguidores gunners que viajaron hasta Bilbao y se distribuyeron allí donde había un bar cerca: Pozas, García Rivero, Areilza... Pero, sin duda, la Plaza Nueva se convirtió en el epicentro inglés como ocurriera hace unos meses cuando el Manchester United disputá la semifinal de la Europa League en La Catedral. Los aficionados amenizaron la jornada con pintxos y, sobre todo, cerveza en todas sus variedades: desde pintas hasta grandes jarras. Algunos se habían desplazado con la cuadrilla de amigos, pero también fueron muchos los que decidieron disfrutar del plan en familia. Es el caso de Claire y Sam Blackman que vinieron con Peggy, el aficionado más pequeño del Arsenal, de tan solo cinco meses. Viajaron desde Londres para ver el primer partido de la Champions en la capital vizcaína. «El Arsenal es un gran club. Para nosotros este día es especial porque mi pareja y yo nos conocimos en un partido de fútbol, en la Copa de Inglaterra hace 11 años. Nos encanta Bilbao, ¡sobre todo los pintxos y el txakoli!» aseguraban.
Era difícil encontrar athleticzales en la Plaza Nueva, porque los aficionados ingleses acapararon la mayoría de las terrazas. Sin embargo, los seguidores rojiblancos que acudieron a la cita ineludible del poteo antes del partido no dudaron en unirse a la fiesta. Algunos se animaron a cantar, incluso, con los seguidores del equipo contrario y los abrazos y los choques de mano protagonizaron algunas de las estampas. Nada que ver con los incidentes que se han registrado en partidos europeos de la pasada campaña.
«Es un equipo único»
Reinó el buen ambiente y los hosteleros de la zona así lo confirmaron. Algunos no dudaron en pasar al otro lado de la barra y sacarse fotos con los aficionados del Arsenal. Jon de Miguel, responsable de la taberna Plaza Nueva, fue uno de ellos. «Hay muy buen rollo entre ambas aficiones. La gente ha empezado a venir desde primera hora de la mañana. Apenas han pedido cafés. ¡Ellos toman cerveza y directamente empiezan con pintas! Nos han comentado que esta vez no querían juntarse en un único sitio, sino que han preferido disfrutar del ambiente en diferentes bares», contaba este bilbaíno de 61 años desde la puerta de su local.
García Rivero, uno de los epicentros de la fiesta rojiblanca en las grandes citas, comenzó a ganar ambiente en torno a las tres de la tarde. Grupos de aficionados tomaban potes en los bares, a pesar de que la calle se encuentra todavía en obras. El ambiente también se dejó notar en Pozas y los alrededores de San Mamés.
A pesar de que la mayoría de athleticzales eran vizcaínos, también hubo alguno que llegó desde más lejos para disfrutar del gran evento. Clemente Caballero, por ejemplo, es de Cádiz, pero siempre ha estado conectado al equipo. A los cuatro años empezó a seguir todos los partidos con su padre. «Mi ídolo era Iribar», recordaba mientras tomaba el aperitivo. «Es un equipo único, ojalá fueran todos así», aseguraba. La jornada se desarrolló sin incidentes y reinó la tranquilidad. Antes de la hora del partido, el acceso de los espectadores al estadio, tanto locales como visitantes, transcurrió con total normalidad. Y al finalizar el encuentro la Ertzaintza no tardó demasiado en abandonar la explanada del estadio y volver a las comisarías desde donde las dotaciones habían salido.
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