San Mamés despide a los suyos con aplausos y gritos de «Athletic» pese a la derrota
Excelente ambiente en el estadio rojiblanco con 51.000 espectadores, entre ellos 3.000 ingleses
«Debemos demostrar que se puede competir en Europa con nuestra filosofía», lanzó Ernesto Valverde la víspera del partido como eslogan del Athletic en la ... Liga de Campeones. El entrenador quería ir más allá. No bastaba que el estreno fuera una fiesta. Había que pelear el partido de tú a tú al Arsenal, uno de los grandes favoritos para alzar el título. Y es lo que consiguió el cuadro local pese a la dura derrota.
La hinchada rojiblanca se vino arriba. Había un motivo. El himno de la Champions volvió a sonar en en San Mamés caso once años después de que el BATE Borisov bielorruso cayera aquí. Laporte, en el palco de jugadores este martes, es el único que sigue en el equipo de aquel partido. San Mamés citó a 51.059 espectadores.
El campo rugió desde que los jugadores salieron a calentar. Hubo un homenaje a Gaza. «Estaremos a tu lado desde hoy hasta el últimos día», se leía en euskera en una gran pancarta colocada encima de la Grada de Animación con tres de los colores de la bandera palestina (rojo, blanco y negro). En esa zona hubo más enseñas rojiblancas que nunca porque el club tomó de decisión de repartir decenas de ellas antes del encuentro.
El himno del Athletic, cantado a voz en cuello por los espectadores, sonó esta vez antes de la salida del equipo al estadio. Las normas de la UEFA son claras. La única melodía oficial cuando salen los equipos al campo es la de la Champions. Los aficionados tiraron de sus móviles para inmortalizar el esperadísimo momento. Los jugadores posaban en el césped mientras en el centro del campo unos jóvenes movían el logo del torneo.
Bandera de Osasuna
El Arsenal movilizó 3.000 hinchas. 2.600 se instalaron en la ampliada zona visitante, lo que obligó a mover de localidad a centenares de socios rojiblancos. Entre ellos hubo incluso quien mostró una bandera de Osasuna, situada junto a las dos inglesas colocadas en la primera fila del 'quesito' foráneo. En torno a 150 de ellos recibieron entradas de cortesía justo delante del palco de Prensa en la Tribuna Principal. Entre ellos estaban los juveniles que a mediodía cayeron 3-1 ante el Athletic en la Youth League.
La hinchada local se volcó. Casi todos los espectadores iban con camiseta rojiblanca y a los ingleses sólo se les oyó en toda la tarde tras el gol de Martinelli y los cinco minutos posteriores que dejaron mudos a los hinchas locales. En días como estos es un estadio único en el mundo, totalmente diferencial a lo que hay por ahí.
La comunión fue de tal calibre que los hinchas rojiblancos tributaron a los suyos una emotiva ovación en cuanto se señaló el final del partido y se lanzaron gritos de «Athletic, Athletic». Los únicos silbidos tras el final fueron para el colegiado lituano Donatas Rumsas, a quien se pidió una falta de Zubimendi a Guruzeta en la jugada previa al 0-2. Y tras cantar el Txoria txori el fondo se puso a entonar el «Athletic, beti zurekin».
Los 51.059 espectadores suponen, como no podía ser de otra manera, la mejor entrada de la campaña y la séptima de la historia del club, con el duelo ante el Rangers de cuartos de final de la Liga Europa (52.144) como mejor marca. En medio de la reflexión en voz alta del presidente Jon Uriarte de que quizá haya que ir a una ampliación de San Mamés, es evidente que el campo acogería a muchos más espectadores si se ofreciera esta posibilidad. Hasta el momento la mejor entrada de la campaña eran los 49.136 espectadores del derbi ante el Alavés.
El Arsenal nunca había visitado San Mamés. De hecho, el único partido entre el Athletic y los londinenses es muy reciente. Se jugó el pasado 9 de agosto en pretemporada en el Emirates (3-0). Como marca la tradición en estos casos, el Arsenal ha rendido un homenaje al busto de Pichichi en los prolegómenos del encuentro que supone el regreso de los rojiblancos a la Champions once años después.
Ofrenda a Pichichi
Iñaki Williams, el capitán rojiblanco, entregó un ramo de flores al jugador que porta el brazalete en el cuadro inglés, Gabriel. Los dos juntos se dirigieron hacia al busto de Pichichi para depositarlo ante él. Las gradas brindaron una gran ovación a los ingleses por cumplir con la tradición. Fueron muchísimos los espectadores que se pusieron en pie. Los jugadores de los dos equipos aplaudían también en ese momento. San Mamés siempre tiene muy presente su historia y le encanta que sea tratada como merece.
El Arsenal es el séptimo club inglés que visita San Mamés en competición oficial contra el Athletic. Antes aparecieron por Bilbao el Aston Villa, Newcastle, Liverpool, Manchester United, Manchester City y Southampton. El Tottenham jugó y ganó la final de la Liga Europa en este estadio la pasada campaña, pero entonces la UEFA les impidió cumplir la tradición.
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