Virginia Berasategi abre en Bilbao la primera cafetería para ciclistas: comida sana, buen rollo y... alquiler de bicis
La deportista bilbaína y su pareja, Ander, han creado un espacio innovador donde la pasión por el ciclismo se fusiona con una oferta gastronómica saludable, café de especialidad y un ambiente relajado, ideal para todos los públicos
Durante años, la bilbaína Virginia Berasategi ha recorrido medio planeta en bicicleta. No solo para participar en campeonatos de triatlón que la convirtieron en un ... referente internacional, sino también para vivir experiencias únicas. Ha cruzado países, montañas, ciudades y rutas que le han enseñado algo más que paisajes: le han revelado una manera distinta de vivir. En cada viaje encontraba un punto en común: espacios donde los ciclistas se reunían, compartían historias, tomaban un café, dejaban la bici con tranquilidad y sentían que pertenecían a una comunidad. Lo ha visto en Londres, Barcelona o Madrid, y siempre soñó con montar algo así en Bilbao. «Es una idea que tenía en la cabeza desde hace unos diez años, pero aquí son muy importantes los tiempos y, en aquel momento, todavía era pronto», explica.
Ahora, retirada de la competición, con la ciudad en plena efervescencia turística, el auge del café de especialidad y una afición por el ciclismo que sigue creciendo, ha llegado el momento que Virginia siempre soñó. «Que fuéramos la ciudad de salida del Tour de Francia también nos dio el empujón definitivo, porque nos situó más en el mapa», añade. Ese sueño se ha materializado con la reciente apertura de Bizi Café junto a su pareja, Ander, en el número 1 de la calle Cosme Echevarrieta. «Yo soy la cabra loca, la que piensa ideas todo el rato, y él, que ama el emprendimiento, es quien las materializa y las asienta. Creo que somos el tándem perfecto», reconoce Virginia. El nuevo espacio combina café de especialidad -«el café siempre ha estado conectado con el ciclismo»-, gastronomía saludable, taller y alquiler de bicicletas, rutas guiadas, y un lugar pensado para sentarse, descansar y compartir. «Es un espacio para almas activas», añade, con su camiseta granate corporativa, que lleva escrita en la espalda la palabra 'vivir' en distintos idiomas.
No solo para ciclistas
Bizi Café, que ya desde su nombre es toda una declaración de intenciones -bizi significa «vivir» en euskera-, es un espacio amplio y acogedor diseñado para que ciclistas y no ciclistas y amantes del deporte en general se sientan cómodos: puedes dejar la bici con total tranquilidad, sentarte a disfrutar de un café o picar algo. «Es un lugar donde puedes desconectar, relajarte y recargar energías, pero no es solo para ciclistas: grupos de amigos, familias o quienes simplemente quieren disfrutar de un buen café o comida saludable se sienten a gusto», explica Ander.
La carta es variada y cuidada, con productos de proveedores locales, que dan lugar a tostas, bowls, sándwiches y propuestas creativas. Entre ellas, destacan los crumpets euskal benedictinos: pequeñas tortas saladas con cremoso de queso Idiazabal y ajo confitado, sobre una base de espinacas y champiñones con bacalao ahumado, huevo mollet y una salsa holandesa sutilmente aromatizada con sidra y pimentón dulce. La tostada de temporada combina calabaza y cacahuete con especias como canela, jengibre y nuez moscada, y se completa con un toque de miel, tximitxurri clásico, chile chipotle y semillas de calabaza. Como sándwich estrella de la casa, ofrecen el Bizi Toast: un hummus casero de remolacha, láminas de cacahuete, una vinagreta cítrica con pimiento japonés, huevo mollet y brotes de caserío, con un guiño cromático a los tonos vivos de Bizi Café. Tampoco falta la repostería casera y opciones sin gluten.
Desde 2019, la pareja también gestiona Bizi Cycle Tours, una agencia boutique cicloturista que mezcla ciclismo, gastronomía y cultura, con clientes de medio mundo. «Queríamos ofrecer algo auténtico y real, que vaya más allá del simple recorrido. Hemos creado sinergias con profesionales de la gastronomía, la moda y otros ámbitos. Lo importante es dar cariño y que la gente se lleve un recuerdo bonito», explica Virginia, que es la guía de estas rutas en bici. Todo ese bagaje se refleja ahora en Bizi Café, que será también la nueva sede de la agencia y que es una extensión natural del proyecto profesional y vital de la pareja. «Somos muy deportistas y tratamos de llevar una vida muy saludable: nos vamos pronto a la cama, madrugamos, nos mantenemos activos, comemos sano y apostamos por productos locales», detallan.
Más allá de la oferta gastronómica y de su filosofía de vida, Virginia y Ander destacan la importancia del equipo. «Sin un buen equipo no hay proyecto posible. Mi marido y yo hemos formado un grupo fantástico: en cocina, barra y sala. Estamos súper contentos; hay ambiente familiar, buen rollo, diálogo y ganas. Karen, Julia, Juliet, Alberto, Leire y Laura… hemos mezclado experiencia y juventud y hemos encontrado auténticas joyas», recalca Virginia. Como consumidora y guía de tours, sabe lo valioso que es sentirse bien atendido. «Yo soy de barrio, me gusta la cercanía, el trato amable y estar con la gente. Esa manera de ser se refleja en la cafetería, y creo que se nota, porque estoy muy feliz y con la adrenalina a tope, y la gente agradece encontrar un sitio así», concluye.
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