Elche 0-0 Athletic
Unai Simón da un punto a un Athletic muy vulgarLos rojiblancos decepcionaron en su regreso tras el parón y tuvieron que encomendarse a su portero para empatar ante un Elche superior
Jon Agiriano
Domingo, 19 de octubre 2025, 18:15
Si la ilusión era que, al regreso del parón, se viera a un nuevo Athletic, con mucho mayor nivel en su juego, preparado para las ... grandes empresas que le esperan esta temporada, el partido en el Martínez Valero sólo puede considerarse un chasco. Lo mejor, en realidad lo único bueno para los rojiblancos, fue el punto conseguido gracias, sobre todo, a un par de paradas decisivas de Unai Simón, una en cada tiempo. Todo lo demás fue una decepción completa. El Athletic no jugó ni a tabas. Ninguna de sus individualidades destacó, salvo su portero y Laporte. Apenas creó un par de oportunidades de gol en las que Peña no tuvo ni que intervenir, y fue superado en todos los conceptos del juego –ocasiones, remates, posesión, etc.– por un Elche admirable por su propuesta y personalidad.
Elche
Iñaki Peña; Víctor Chust, Bigas, Petrot (Pedrosa 61'); Álvaro Núñez (John 89'), Martim Neto, Febas, Marc Aguado (Mendoza 75'), Germán Valera (Josan 89'); André Silva, Rafa Mir.
0
-
0
Athletic
Unai Simón; Areso, Vivian, Laporte (Paredes 80'), Yuri; Ruiz de Galarreta (Rego 68'), Jaureguizar; Berenguer, Sancet (Unai 58'), Rober Navarro (Nico Williams 46'); Guruzeta (Iñaki Williams 46').
-
Árbitro José Luis Guzmán (Comité andaluz). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Germán Valera y Chust. Por parte de los visitantes a Jaureguizar y Ruiz de Galarreta.
-
Incidencias Partido correspondiente a la jornada 9 de la Liga EA Sports disputado en las Estadio Martínez Valero ante 29.043 espectadores.
Tiene mucho mérito Eder Sarabia. Construyó la pasada temporada un bonito equipo en Segunda, lo ascendió y lo ha fortalecido en este segundo año, ya en Primera. Toda su tropa destila convicción en una idea de juego y la escenifica cada vez mejor. Su problema, como el de muchos clubes de su presupuesto, es que le falta pegada. De lo contrario, este domingo se hubiera llevado los tres puntos ante un Athletic incómodo y confuso que no supo jugarle a un rival que deja jugar. Se dedicó a bregar, a ir a las disputas y a cometer faltas a mansalva, sobre todo en un centro del campo donde la superioridad ilicitana fue evidente. Ahora bien, de dar tres pases seguidos y trenzar una buena jugada, nada de nada.
Noticias relacionadas
Nadie, ninguna de sus individualidades de más lustre, salió al rescate del Athletic. Con la excepción del portero, insistimos. Berenguer y Sancet volvieron al once, lo cual invitaba al optimismo, pero así como el primero trabajó a destajo, hizo alguna cosita interesante e incluso obligó a Peña a adornarse con una palomita en el descuento, el segundo no dio pie con bola. Que Valverde le sustituyera en el minuto 57 para dar entrada a Unai Gómez lo dice todo. Los Williams, por su parte, se quedaron en el banquillo, guardando fuerzas para el miércoles, se supone, pero su entrenador no tuvo otro remedio que sacarlos tras el descanso. Al principio, su entrada en lugar de Guruzeta y Robert Navarro, ambos desaparecidos, pareció reactivar al equipo. Nico protagonizó un par de incursiones muy peligrosas, sobre todo una en el minuto 59 que acabó en un remate fuera de Jauregizar. Sin embargo, el efecto efervescente se fue difuminando casi hasta desaparecer. Y no fue fácil de aceptar ni de entender, la verdad.
Lo cierto es que el partido pintó mal desde el principio. Está visto que las visitas a Levante en esta época del año no le van bien al Athletic. No es casualidad que en las tres últimas, que han sido seguidas, no haya marcado ni un solo gol. Curiosamente, en las dos que perdió –Valencia y Villarreal– jugó mejor que en la que empató. A los rojiblancos se les ve venir de lejos y este domingo se puede decir que anunciaron desde el pitido inicial el churro que se avecinaba. En la primera parte su única ocasión se la provocó Chust jugando con fuego con su portero. Fue el único desliz grueso del Elche, que se fue activando a través de Fedal y jugando cada vez mejor, sin miedo a que Peña hiciera de libre y jugara en largo para desactivar la presión del Athletic. En una de estas jugadas, en el minuto 21, Rafa Mir le ganó la tostada a Berchiche, se fue de Laporte y se sacó un derechazo cruzado tremendo. Unai Simón hizo la parada de la tarde.
Un árbitro peculiar
Poco después, Guzmán Mansilla se dejó ver sobre el césped. En realidad, unos minutos antes el jienense ya había dado muestras de ser uno de esos árbitros que, sin querer, por su propia naturaleza arbitraria, son capaces de provocar una pelea en un bautizo. Delante suyo, Petrot le dejó un recadito a Berenguer en forma de patada en el pecho con la espuela y el trencilla andaluz, recién ascendido, no vio nada. Como tampoco vería nada poco después en una entrada muy fea de Ruiz de Galarreta que era una tarjeta como un casa. Lo que acabó de emponzoñar el partido, sin embargo, sería una acción entre Andre Silva y Vivián. El portugués metió el hombro al central rojiblanco, que acabaría pegando al balón con la mano siendo el último jugador. En el campo la jugada pareció sin más un lance del juego nada punible, y eso entendió Guzmán Mansilla, que estaba muy cerca. Ahora bien las imágenes repetidas generaban controversia y fue llamado a consultas. Desde el VAR consideraron que era expulsión. Pues bien, el árbitro andaluz se salió por la tangente. Atendiendo al reglamento del VAR, sólo podía pitar roja o decir que no había pasado nada y dejar que el juego continuara, pero el hombre, un espíritu creativo, se adornó pitando falta de Andre Silva.
La actuación del árbitro encendió las gradas del Martínez Valero, quemó a Sarabia, que es de mecha corta, y provocó que el juego se ensuciara en un carrusel de faltas y protestas de lo más indigesto. El voltaje había subido mucho y no era fácil saber cómo iban a discurrir las cosas en la segunda parte. Pues bien, el duelo siguió por sus fueros. El Athletic cogió algo de aire ofensivo con los cambios, comenzaron las idas y venidas, pero la iniciativa y las mejores acciones la firmó de nuevo el Elche de Sarabia, más dominador, más lúcido, mejor que su rival. Les faltó gol a los franjiverdes, pero esta carencia se puede entender. Más difícil de entender es la que afecta al equipo de Valverde, cuya inoperancia ofensiva –sólo ha marcado cuatro goles en sus ocho últimos partidos– es cada vez más preocupante.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión