Los «estafadores sanitarios» de Bilbao que acumulan más de 700 víctimas
Una asociación científica denuncia a unos sujetos tras la investigación de EL CORREO sobre un supuesto aparato «milagroso»
«No es un milagro, pero casi». «Somos únicos en el mundo». «Si haces lo que te digo vas a ver cambios muy rápidos. Te ... lo decimos por experiencia pero puedes imaginar que esto no lo podemos ni publicar ni promocionar». Estas son algunas de las frases con las que tratan de ganar clientes unos supuestos estafadores sanitarios de Bilbao, que buscan hacer negocio con la «desesperación» de las personas con graves problemas de salud.
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La conversación entre el periodista camuflado y el estafador de oro monoatómico
El negocio lo encabeza un antiguo fontanero vizcaíno. Lo que venden lo denominan como «dispositivo de resonancia de oro monoatómico». Es lo que se conoce como un 'producto milagro'. Dicen que cura la fibromialgia, protege de las «radiaciones de las antenas», elimina el insomnio e incluso proporciona «impresionantes» mejoras para las personas que sufren autismo y cáncer, entre otros muchos beneficios. En realidad, este aparato «mágico» son sólo dos papeles plastificados con forma de corazón que supuestamente tienen pequeñas «nanopartículas de oro monoatómico» en su interior.
«Soy un investigador nato», afirma su creador, el antiguo fontanero. Según sus propias palabras, han vendido resonadores a «700 familias». «Lo hicimos para las radiaciones y nos dimos cuenta de que servía para muchas cosas más». Cada dispositivo cuesta 180 euros. Pero hay que renovarlos cada cierto tiempo para que tengan «efecto». Por eso, en su página web te ofrecen la posibilidad de una suscripción anual de 930 euros que incluye el envío de tres corazones de papel.
EL CORREO ha recibido esta semana mensajes alertando de la «peligrosidad» de estas personas, que «no llevan mucho tiempo actuando» pero que también están haciendo negocios en Sudamérica. Una de sus víctimas explica que los estafadores se ponen «muy agresivos» cuando alguien les cuestiona la utilidad de su producto. Esta semana también ha enviado un escrito a las administraciones vascas denunciando a estos individuos.
En este contexto, un periodista se ha hecho pasar por un paciente con cáncer de cerebro interesado en su dispositivo para comprobar de primera mano lo que ofrecen los supuestos estafadores. Afirman que no pueden garantizar la curación del cáncer de cerebro, pero que han visto grandes mejoras en pacientes gracias a su producto, que lo que supuestamente hace es «potenciar tu organismo en todos los sentidos, biológico, energético y emocional». Insisten los embaucadores en que, en un caso tan grave como el que se les plantea, su producto «pone las pilas» a los enfermos. Y lo que hay que hacer es combinarlo con la «alcalinización» y la «desparasitación» del cuerpo con «trementina». El antiguo fontanero insiste en los beneficios de su artilugio y afirma que de 700 tarjetas sólo le han devuelto una. Fue –dice– una persona que estaba recibiendo tratamiento farmacológico «potente» y, por tanto, tenía los «chakras bloqueados».
Toda esta información –también lo que anuncian en su página web– se ha contrastado con científicos, un abogado del Círculo Escéptico experto en estafas de estas características y con la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP). La conclusión es rotunda: este supuesto «dispositivo sanador mágico no es más que una chaladura sin base científica», sentencia Alberto Nájera, profesor de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Castilla La Mancha.
A raíz de esta investigación periodística, la asociación que protege a los enfermos de estas terapias pseudocientíficas ha presentado una denuncia contra estos sujetos ante el Gobierno vasco. En este sentido, su presidenta, Elena Campos, doctora en Biociencias Moleculares, insiste en que es responsabilidad de las autoridades sanitarias controlar los productos dirigidos a la salud para evitar «potenciales estafas económicas» que, además, atentan contra la salud de los pacientes. El abogado Fernando Frías, experto en la materia, explica que en España y en las comunidades autónomas ya existen normas contra la promoción de las pseudoterapias. Pero recalca que la proliferación de este tipo de engaños reside en la falta de voluntad de las administraciones públicas a la hora de combatir a estos estafadores de forma «decidida». Otro de los problemas es la jurisprudencia, que no protege a las víctimas de este tipo de engaños. «Como dijo una vez un fiscal, el derecho penal no ampara a los incautos», apunta Frías.
Miedo y desesperación
Lo primero que llama la atención de la empresa que es su web, una página gratuita, sin aviso de privacidad ni referencias a los datos básicos de la empresa. En la web están enlazados una serie de vídeos de presentación del producto y de testimonios de supuestos clientes que evidencian una «absoluta falta de profesionalidad» y que «detrás de esto no hay nada que pueda considerarse serio», explica Nájera. Lo que se ve es el intento de enriquecerse de unas personas «a partir de la confianza, miedo o desesperación de los posibles incautos que puedan caer en la compra de este supuesto aparato milagroso».
El científico insiste en que las explicaciones de estos sujetos mezclan el «miedo» y la «desinformación» para dar apariencia de seriedad a un asunto que no tiene ningún sentido. Recalca, por ejemplo, que el supuesto oro monoatómico es un «concepto absurdo, pues es imposible tener átomos de oro aislados (sin formar redes cristalinas)». Nájera subraya que, a su juicio, «lo más terrible de todo es que un paciente desesperado podría abandonar su medicación o tratamiento científico por usar este tipo de mamarrachadas». Lo que más «desprecio» genera a los científicos son las promesas de «curar casi cualquier enfermedad a personas desesperadas por patalogias para las que la Medicina «no ha encontrado, todavía, un remedio».
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