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Athletic 1-0 Alavés
El Alavés vuelve a pisar la cuerda flojaUn equipo albiazul inofensivo ve quebrado su muro con un gol en propia puerta ante un discreto Athletic y se aboca a la taquicardia de las jornadas finales
No quedó muy claro si se trataba de un partido, de un parte de accidente o de una crónica de sucesos. Eso sí, el Alavés ... cayó en Bilbao y tras la victoria del mediodía del Leganés se aboca a la taquicardia de las tres jornadas finales. Parecía que la escuadra albiazul daba pasos sobre tierra firme en los últimos encuentros, pero la realidad le ha colocado de nuevo en la cuerda floja. En ese alambre donde cada paso puede resultar decisivo o fatal; en ese lugar donde una inesperada ráfaga de viento lo mismo te empuja a la permanencia que hacia el vacío.
Athletic
Unai Simón; De Marcos, Vivián, Yeray, Yuri; Galarreta (Vesga, m. 93), Jauregizar; Olabarrieta (Guruzeta, m. 55), Canales (Sancet, m. 67), Djaló (Unai Gómez, m. 55); y Sannadi (Lekue, m.93).
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Alavés
Sivera; Mouriño, Garcés, Diarra, Manu Sánchez (Tenaglia, m. 72); Blanco (Carlos Martín, m. 77), Guevara; Vicente, Guridi (Cabanes, m. 87), Aleñá (Protesoni, m. 87); y Toni Martínez (Villalibre, m. 72).
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Gol. 1-0, minuto 71: El albiazul Manu Sánchez ha marcado en propia meta el único tanto del partido.
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Árbitro. José Luis Munuera Montero, del Comité Andaluz. Ha mostrado tarjetas amarillas al rojiblanco Djaló (m. 33) y al albiazul Guevara (m. 93)
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Incidencias. Jornada 35 de LaLiga EA Sports disputada en San Mamés ante 47.947 espectadores. Unos mil seguidores del Alavés han estado presentes en las gradas.
Ahora mismo, ese mínimo punto de ventaja sobre la línea roja a falta de nueve por disputar convierte el duelo del miércoles ante el Valencia en esencial. Ya se sabe que a estas alturas más vale vivir de forma permanente fuera de las tres últimas posiciones. Lo contrario supone depositar tu inversión en una caja fuerte sin cerradura.
El Alavés partió con dos novedades importantes en el once inicial. Coudet dejó en el banquillo a Tenaglia y Kike García, fijos toda la campaña, para dar entrada a Diarra y Toni Martínez. La ausencia del obrero del gol se manifestó con toda su crudeza. Como si sus compañeros se quedaran sin el portavoz del sindicato. No ha ofrecido esta campaña el conjunto vitoriano un exuberante repertorio ofensivo, pero siempre hay opciones con el '17' sobre el césped. Que remate cualquier cosa o baje balones que caen con escarcha para convertirlos en continuidad de juego. Es la única fórmula cuando la presión del rival y la escasez de pericia niegan las combinaciones. Cuando las individualidades (Carlos Vicente, quizás no haya más) tampoco encuentran su momento. Reinó Vivian en el área local y el cuadro vitoriano se convirtió en inofensivo. Antes del segundo minuto y tras un rebote, Guevara dispuso de la gran ocasión. Un remate forzado que sacó Unai Simón. Poco más peligroso generaron los alavesista por allí.
Indigestión general
Todo quedaba fiado a la resistencia de un Alavés que, pese a la derrota, sigue siendo bastante mas sólido que durante el resto de la campaña. Esta vez con un notable Mouriño en el lateral diestro y ante un adversario mermado y discreto sin los Williams sobre el campo. Algo parecido a una indigestión tras ingerir un cocido de segundo plato resultó la primera parte. El derbi vasco se pintaba con los tonos más grises. Pelea cerrada por cada metro de campo, disputa permanente por arriba y defensas que se imponían casi siempre.
Y es que no le daba al Alavés para superar en la salida del balón a un rival presionante. Ni Aleñá ni Guridi entraban en contacto con la pelota y cada recuperación era una pérdida inmediata. Tampoco el conjunto local asustaba en exceso. Ni el intento de Maroan de abrir el muro alavesista con el mazo surtía efecto ni algunas pinceladas de calidad de Olabarrieta. Forcejeos, faltas, reclamación de tarjetas… Maroan-Diarra, Maroan-Mouriño, Maroan-Garcés… Siempre Maroan.
Aunque los 'regalos' de verdad se los llevaron Guevara y Diarra. Tras recibir un codazo claro el primero de Djaló, que le abrió la ceja. Tras un fuerte encontronazo con Vivian el segundo, también con sangre a la vista.
Munuera Montero dejó seguir siempre. También en un posible penalti de Guevara sobre Vivian nada dijo el VAR. Parones en el juego, balones que golpeaban hasta dos veces en la cámara cenital del centro del campo… Rocambolesco. Aunque la realidad futbolística era que el Alavés ni siquiera hacía cosquillas en ataque y el Athletic pese a todo se reía ante tan poca oposición. Ese tipo de partido que casi siempre cae para el que lo busca.
Problemas y gol
Los vizcaínos tiraron primero de Guruzeta y Unai Gómez para ganar en profundidad y después de Sancet. Por ahí, por una llegada del mediapunta navarro, se decidió el choque. En una de esas acciones que pueden darse cuando el cántaro se acerca repetidamente a la fuente. Dos remates en semifallo de Sancet y Guruzeta, un mal despeje de Diarra y, entre el bosque de piernas, gol en propia puerta al rebotar el balón en Manu Sánchez. Podría decirse que en esa jugada el Alavés se sentó en el pajar y se clavó la aguja.
Sólo tras el tanto llegaron los cambios albiazules, la entrada de Tenaglia y Villalibre, y la posterior de Carlos Martín. Un par de córners consecutivos a favor parecieron modificar la tendencia del choque, pero solo fue una ilusión. Nada de nada en ataque ante un adversario rocoso y Sivera salvando el 2-0 ante Maroan. Derrota que podía entrar en la hoja de ruta, aunque dolorosa por la inoperancia ofensiva. Claro que poco tiempo existe para el lamento. El miércoles se espera un grito de liberación.
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