La mejora de Olárizu para la romería genera otro choque con los jardineros en huelga

Es la medida por la que optó el Ayuntamiento de Vitoria, ante la protesta de los empleados de la empresa Enviser que acumula casi medio año con las zonas verdes de la capital sin mantenimiento ni limpieza. «Se va a cortar el perímetro tal y como viene recogido en los servicios mínimos», explicó la concejala de Espacio Público y Barrios, Beatriz Artolazabal. «Que quede claro que el día de Olárizu se va a celebrar con total normalidad», subrayó.

El aplanado, justificó su departamento, es una intervención «no prevista» dentro del contrato municipal para la siega y limpieza de jardines con Enviser. Así, el Consistorio aseguró que no vulneró el derecho de los trabajadores a parar. También precisó que empleó protección policial para las personas que estaban realizando las labores ante la presencia de «un piquete» en el gran parque vitoriano.

Sin embargo, la medida adoptada por el Consistorio soliviantó a los huelguistas, que inmediatamente, a través del comité de empresa, presentaron una denuncia ante la Inspección de Trabajo, por lo que una técnica se personó en el lugar. Los sindicatos ELA, ESK y LAB aseguraron que «la Inspección ha ordenado paralizar estos trabajos por ser ilegales y suponer suplantación de personas huelguistas». Sin embargo, el Gobierno vasco lo desmintió después y dijo que «no hay orden de paralización» sino que abrió una investigación. «Inspección de Trabajo no puede paralizar unos trabajos si no hay riesgo inminente para la salud y la seguridad de los trabajadores, y este no es el caso», puntualizó.

Esto ocurrió cuando las tareas estaban «a punto de concluir», señalaron portavoces municipales, que reiteraron que su actuación se programó de tal manera que se respetaron todos los derechos laborales. Insistieron en que antes de poner en marcha el adecentamiento «hemos comprobado que en el contrato con Enviser no estuviera recogido». Por contra, los sindicatos incidieron en censurar que esa paralización obedeció a que se trataba de unos trabajos «ilegales», y recriminaron a la institución actuar con «mala fe».

Con todo, aunque las campas «no van a estar cortadas» debido a la huelga, «las actividades se van a poder realizar y vamos a poder disfrutar de un bonito día», garantizó Artolazabal. Y es que, según abundó la teniente de alcaldesa, los servicios mínimos «nos otorgan que el perímetro de la campa lo podemos cortar, lo mismo que los perímetros de los parques o de las rotondas» (en este último caso por preservar la seguridad vial). No se ha solicitado a Lakua que se incluya dentro de ese decreto la siega del resto de la planicie de Olárizu «porque las condiciones medioambientales en este momento no son las mismas que se producían en agosto».

Ante las temperaturas más bajas de las últimas jornadas y el rocío que hace que la hierba esté húmeda, «según los técnicos de bomberos, no estaríamos en la misma situación a la hora de poder exigir», abundó la representante del PNV en relación al riesgo de incendios.

Su departamento ha estado trabajando con el área de Seguridad y con los bomberos «con el objetivo de garantizar la seguridad de todos los actos» que se vayan a desarrollar en el parque vitoriano. Asimismo, informó, se ha llevado a cabo una reciente visita a las propias campas para evaluar su estado y decidir a qué tipo de solución recurrir para adecentarlas. La alcaldesa, Maider Etxebarria, ya transmitió la pasada semana que Olárizu tendrá «el mejor estado posible» para la emblemática romería pese a esta extensa huelga y apuntó a que se barajaban «diferentes posibilidades». De esta forma, el Consistorio se reafirmó en que la programación festiva podrá llevarse adelante en este parque de la capital alavesa. No ocurrió lo mismo con la última edición del Araba Euskaraz, cuyos organizadores tuvieron que trasladar en el último momento su programa a otras zonas de la ciudad por el impracticable estado de las campas.

En cuanto a la movilización de los trabajadores de Enviser, el conflicto sigue sin avances tras casi seis meses de paro y «ya se está dilatando demasiado en el tiempo», manifestó en tono crítico Artolazabal. La responsable del Gobierno municipal informó de que mantuvo una reunión la pasada semana con la empresa, pero «no tenían noticias, no había habido contactos con los trabajadores».

Recordó que en el marco de las negociaciones se han puesto sobre la mesa tres ofertas por parte de la empresa con «un incremento del 20% de sus retribuciones económicas a lo largo de los cuatro años de la vigencia del contrato», junto a «mejoras en las condiciones laborales con una reducción muy importante de las horas equiparándose a las de los funcionarios municipales y en cuanto a permisos para acompañar a familiares».

«Creo que es necesario, por todas las partes, hacer una reflexión realista de hasta dónde se puede ofrecer y hasta dónde se tiene que demandar para poder llegar a un acuerdo, porque creo que en ese acuerdo es donde está la solución del problema», trasladó la edil peneuvista. En esta misma línea se pronunció también la alcaldesa la pasada semana, que apuntó que «es muy difícil defender esta huelga desde el momento en que tres veces ya se había llegado un acuerdo con el sindicato mayoritario y han reculado en el último momento». La regidora socialista llamó a la «cautela» porque «todo lo que se negocie luego se tiene que asumir por el Ayuntamiento, es decir, por toda la ciudadanía».