A Osakidetza le faltan 413 médicos, uno de cada tres en la Atención Primaria

La carencia de profesionales afecta a la práctica totalidad de especialidades médicas, aunque no a todas con la misma incidencia. El mayor problema está en la Atención Primaria. En los centros de salud hay 123 puestos estructurales de médico de familia sin cubrir, a los que hay que sumar otros 25 de pediatría. Pero no son los únicos. Según los datos a los que ha tenido acceso EL CORREO, hay 44 ramas médicas donde el número de profesionales en activo es inferior al previsto.

El propio Gobierno vasco publicó el pasado año un acuerdo en el Boletín Oficial del País Vasco en el que se declaraban «deficitarias o de difícil cobertura» todas las especialidades médicas en Osakidetza. Aquella resolución eliminaba a su vez el requisito de la nacionalidad para permitir a la sanidad pública vasca contratar a profesionales extracomunitarios con su titulación acreditada y homologada. Medida que hasta la fecha no ha tenido un efecto significativo, en parte, por la suspensión judicial de la transferencia a Euskadi de las homologaciones de títulos universitarios.

¿Pero cuáles son las otras especialidades más afectadas por la falta de médicos? Además de en la Atención Primaria esta carencia se siente en las Urgencias de los hospitales, en los servicios de Radiodiagnóstico y en los de Medicina Interna. En el primero de estos niveles trabajan 24 facultativos menos de los fijados para el conjunto de Osakidetza. En el segundo son 23 las plazas con código sin ocupar por ningún profesional. Tampoco con contratos temporales, interinos o de sustitución, según aseguran las fuentes consultadas. En el caso de los internistas, a Osakidetza le faltan 20 para cubrir todos los puestos de estos facultativos que considera necesarios en sus hospitales.

La salud mental es otro de los campos en los que existe una carencia clara de profesionales. En concreto Osakidetza prevé contar en la estructura de sus redes de salud mental y en sus hospitales con 16 psiquiatras y 13 psicólogos clínicos más de los que dispone en la actualidad.

Otros servicios hospitalarios donde la escasez de facultativos se deja sentir son los de Cardiología, Traumatología, Neurología, Pediatría Hospitalaria, Neurología o Medicina Física y Rehabilitación. En cada una de ellas faltan una decena de especialistas para completar la plantilla estructural dibujada por Salud. En el caso de Obstetricia y Ginecología son nueve.

Estas carencias tienen incidencia directa en los equipos. Al estar compuestos por menos facultativos de los previstos sus profesionales en activo tienen que asumir una mayor carga mayor de trabajo de la que correspondería o realizar más guardias. En algunos casos esta falta de especialistas puede incluso afectar a la atención prestada o a las demoras.

El propio consejero de Salud ha repetido en varias ocasiones durante los últimos meses que la principal dificultad a la que debe hacer frente el Servicio Vasco de Salud es la falta de médicos. Un problema que, en el caso de la Atención Primaria, califico de «grave, casi crítico», durante una intervención en marzo en la que planteó la posibilidad de reducir de cuatro a tres años al formación MIR de los nuevos médicos de familia para contratarlos antes.

Euskadi tiene en marcha varias iniciativas para paliar esa carencia de galenos. Por un lado se ha lanzado a captar a jóvenes doctores que finalicen este año el MIR, ya sea en la propia Osakidetza o en los servicios de salud de otras comunidades. Les ofrece condiciones laborales «atractivas», con sueldos base de 56.629 euros, a los que sumar diferentes complementos anuales por hospitalización, antigüedad, guardias u horas extra. Otras comunidades han entrado en esta guerra de ofertas para fichar facultativos.

De forma paralela Salud ha convocado una OPE especial, sin examen, abierta a doctores de todo el país para tratar de cubrir 143 plazas de difícil cobertura, la mayoría en centros de salud y PAC. Se han inscrito 845 profesionales y la intención del Departamento es que estos profesionales puedan comenzar a ejercer en esos destinos antes de julio.

A su vez durante estos meses se está procediendo a la toma de posesión de los puestos que salieron a concurso en las OPE de estabilización y la correspondiente a los años 2020-21-22. Parte de las 413 plazas médicas estructurales que Osakidetza tiene sin cubrir serán ocupadas con estos procesos. Pero se generarán otras vacantes en estos servicios, fruto de las jubilaciones, indican las fuentes consultadas. Un estudio sobre las necesidades de especialistas en España realizado por el Ministerio de Sanidad cifra en 1.345 los facultativos con plaza estructural en Osakidetza que alcanzarán los 65 años a lo largo del próximo lustro. Sanidad reconoce en otro informe que con las cifras actuales de jóvenes galenos que finalizan el MIR no es suficiente para paliar la escasez de profesionales en especialidades como Familia.

Como una posible solución a esta situación, la consejería insiste en aumentar las plazas de Medicina en la UPV/EHU «para formar en cercanía y que los estudiantes de aquí puedan tener su proyecto de vida y su desarrollo profesional en Euskadi». Algo que, estiman en Salud, aliviaría la falta de facultativos en Osakidetza.