Los médicos vascos exigen que se eliminen las guardias obligatorias

La cifra es muy abultada y contrasta con el apoyo que recibió la primera jornada de paros convocada el pasado junio por las mismas reclamaciones. Entonces, Osakidetza lo cifró en un 7,7% en el conjunto del territorio (un 9,98% en el caso de País Vasco). Aunque no dejó de ser un seguimiento llamativo, debido a que no había tenido gran publicidad ni fue respaldada por ninguna de las principales organizaciones sindicales vascas. En esta ocasión, la huelga ha estado apoyada por el sindicato médico de Euskadi, que ha calificado de «éxito» la convocatoria. Durante la tarde, un 11% de la plantilla ha secundado los paros en Bizkaia. Sin embargo, la central considera que el seguimiento total fue mayor.

Los médicos vascos exigen, entre otras medidas, que la jornada laboral no exceda las 35 horas semanales, se elimine la obligatoriedad de las guardias y que éstas computen a efectos de cotización y no superen las 17 horas ininterrumpidas de trabajo. Además, piden un Estatuto Marco propio para Euskadi y que las OPE se realicen mediante concurso de méritos. La oferta de la ministra, por su parte, eleva a 45 horas el máximo de horas semanales y no contempla que las horas de guardia –aunque sí coincide en fijar en 17 las máximas– coticen, ni otras exigencias de los facultativos.

Este viernes, más de dos centenares de médicos se han concentrado frente al Hospital de Cruces y el ambulatorio de Doctor Areilza para criticar el fondo del borrador presentado por García. «No estamos de acuerdo con las condiciones ni con cómo se está negociando, puesto que en la mesa de negociación nuestra representación profesional es prácticamente nula», ha criticado Ana Santorcuato, médica de urgencias del centro sanitario baracaldés y delegada del sindicato médico de Euskadi.

Según ha denunciado, los médicos tienen «la obligación de una jornada complementaria» y «para tener la cobertura asistencial mantenida» tienen la obligación de «hacer muchas horas más», lo que conlleva «una vida laboral mucho más larga y intensa». «Y esas horas no se contabilizan de cara a la jubilación, es una carga personal para nuestra salud que no tiene un reconocimiento», ha apuntado.

Los profesionales inciden en la importancia de negociar sus condiciones por separado de las del resto de trabajadores sanitarios. «Nos estamos dando cuenta de que nuestras condiciones las van a negociar colectivos ajenos a nuestra profesión», ha añadido. Los servicios mínimos y las tareas de mayor urgencia sanitaria han estado garantizadas durante toda la jornada.