El momento delicado de los Pinault que ha facilitado la 'operación L'Oreal'
Kering arrastra una deuda que ha puesto en jaque a sus inversores y ha obligado al consejo a tomar decisiones como buscar un CEO externo con nuevas ideas
L'Oreal se ha apuntado un buen tanto con la compra de la división cosmética de Kering. Pero en toda historia hay vencedores y vencidos, ... y el conglomerado de los Pinault está en este último bando, por mucho que hayan intentando envolver la operación como un acuerdo bueno para todos.
Porque Kering se ha desprendido de una rama por la que decidió apostar hace tan solo dos años de la mano de François-Henri Pinault, hijo del fundador y marido de Salma Hayek. Su primera gran operación fue la compra de la casa de perfumes nicho Creed por 3.500 millones de euros. Luego, empezó a desarrollar la línea de fragancias de Bottega Veneta y Balenciaga, que hace un mes lanzó sus primeros perfumes.
«El movimiento también va a permitir a Kering enfocarse en la moda, donde concentra más marcas y hay más competencia»
Neus Soler
Profesora colaboradora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC
Sin embargo, la estabilidad económica de este imperio está en entredicho y los números no parecen mejorar. «No lo esconde», subraya Neus Soler, profesora de la UOC. Acumula una deuda de unos 9.500 millones de euros, lo que ha desatado la desconfianza de sus inversores. Tal es la preocupación que el propio Pinault decidió dejar su puesto como CEO para fichar a alguien con capacidad para enderezar el negocio.
Poner el foco en la moda
Y ese hombre es Luca de Meo, el ejecutivo más brillante del sector del automóvil. Su labor al frente de Renault estos últimos cinco años llamó la atención del accionista mayoritario de Kering, que le fichó en junio para sustituirle como jefe ejecutivo. Era necesario alguien con ideas nuevas. Esta operación de venta es, que se sepa, su primera gran decisión. «Y va a permitir al grupo enfocarse en la moda, que es donde concentra más marcas y hay más competencia», detalla Soler
Pero ojo, porque en el acuerdo firmado el pasado domingo hay letra pequeña. Ambas partes crearán una empresa conjunta para explorar los terrenos del bienestar y la longevidad, dos áreas con gran potencial, de la mano de la experiencia científica de L'Oreal y la visión aspiracional de Kering. Veremos en qué se traduce. Pero con ello «también marcan la diferencia con sus competidores».
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