Pradales previene de un Gobierno PP-Vox y urge a reformar el Estatuto en nueve meses
Alerta de «tiempos oscuros» si la derecha llega a La Moncloa, aunque tiende la mano a los populares para llegar a acuerdos
Durante los doce años que gobernó Euskadi, Iñigo Urkullu empleó casi todos sus discursos en el Pleno de Política General para reivindicar y/o poner ... plazos a una reforma del Estatuto, llámese «nuevo estatus», «concierto político», «convención constitucional» o cualquier otro de los términos que acuñó. Quien fuera su alumno en la ikastola, Imanol Pradales, parece decidido ahora a seguir sus pasos. Y es que ayer, en su debut en la cita parlamentaria por antonomasia, el lehendakari volvió a urgir a los partidos a un pacto, esta vez en los próximos nueve meses. Urkullu nunca lo consiguió; está por ver si Pradales remata la faena.
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El autogobierno fue uno de los temas que marcó la intervención inicial del mandatario nacionalista por la mañana y también las réplicas de los portavoces parlamentarios por la tarde. Los partidos −básicamente PNV, EH Bildu y PSE-EE− llevan meses tanteando el terreno para alcanzar un pacto que reforme el Estatuto de Gernika aprobado en 1979, pero todavía no hay consenso. Y Pradales, pese a que 'a priori' no tiene ningún papel ahí porque jeltzales y socialistas convinieron dejar esto fuera de la acción de gobierno, quiere «favorecer» el entendimiento cuanto antes por si se acaba haciendo tarde.
«Pueden llegar tiempos muy complicados para Euskadi, un escenario de cuestionamiento de nuestro autogobierno, identidad e instituciones. Un tiempo oscuro para nuestro desarrollo como país», alertó en su discurso. Un mensaje en el que subyace el riesgo de que el mandato de Pedro Sánchez acabe de forma precipitada y unas elecciones anticipadas abran la puerta de La Moncloa a PP y Vox. Identificó así a los populares como un riesgo para el país, aunque lo cierto es que horas después, y pese al tono duro de Javier de Andrés, les tendió la mano para llegar a acuerdos que aporten «moderación».
Ante las «tendencias autoritarias» y «pulsiones recentralizadoras y reaccionarias», Pradales sostiene que la negociación de la reforma del Estatuto «no se puede dilatar indefinidamente». «Nuestra responsabilidad es aprovechar las oportunidades porque hay trenes que pueden no volver a pasar en mucho tiempo», abundó acerca de las actuales mayorías del Congreso. Y si bien apeló al clásico «sin prisa pero sin pausa», acto seguido puso plazos. Anunció que, como ya hizo la semana pasada para abrir el curso, en junio volverá a reunirse con los portavoces de los grupos parlamentarios y ése «será el momento de analizar el recorrido realizado, evaluarlo y establecer los pasos a seguir» para mejorar el autogobierno.
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El enésimo plazo
Este nuevo plazo, el enésimo en esta historia de nunca acabar que es la reforma estatutaria, contrasta con el que el presidente de su partido, Aitor Esteban, puso públicamente hace apenas unas semanas. El líder del Euzkadi buru batzar (EBB) situó finales de este año como fecha límite para alcanzar un consenso entre los partidos, tal y como también figura en el acuerdo PNV-Sánchez. Pradales sí se aferra a lo pactado con el presidente del Gobierno para culminar los traspasos pendientes en los próximos tres meses. Valoró el «gesto» de la transferencia de las prestaciones de desempleo, acordada el miércoles, pero recordó que el tiempo corre y aún falta una veintena de competencias por llegar.
Más allá de las fechas, el lehendakari aboga por un nuevo texto estatutario que «debe identificar y corregir las competencias que se han visto alteradas» en estas cuatro décadas, que plantee nuevas potestades «adecuadas a la realidad actual» y que dote a la comunidad de «un marco de bilateralidad efectiva y un sistema de garantías imparcial». No hubo alusión directa ni indirecta al derecho de autodeterminación. Aun así, sus socios del PSE-EE, por boca de Eneko Andueza, le mandaron el habitual recordatorio: «Estamos dispuestos a hablar de todo, pero no vamos a abrir la puerta a una reforma que dé pide a aspiraciones independentistas».
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También mostró su disposición «sin límites» una EH Bildu que extendió sus ofertas de acuerdo a otros ámbitos como el euskera y la educación, pero en el campo del autogobierno reclamó una implicación personal del lehendakari. Hurgando en las históricas diferencias entre PNV y PSE-EE que les llevó a dejar este asunto en manos del Parlamento, Pello Otxandiano pidió «liderazgo» a Pradales y que «no se quede en una esquina». El PP pasó por alto una eventual reforma estatutaria de la que se siente excluido, Sumar reclamó su espacio en el debate para «ensanchar derechos» y Vox desdeñó las «ensoñaciones rupturistas».
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