Pradales anuncia que el Gobierno vasco está realizando un «análisis exhaustivo» de la contratación pública
Subraya que actualmente no tienen «el más mínimo indicio o sospecha» pero lo hacen «por prudencia, transparencia y responsabilidad»
La tormenta que está golpeando al PSOE salpica poco a poco a Euskadi. Hasta la fecha no se ha descubierto ninguna adjudicación pública que esté ... bajo sospecha en una trama que, a día de hoy, tiene su epicentro en Navarra, según el informe remitido por la UCO al Tribunal Supremo. Pero dada la magnitud del escándalo y de la documentación incautada por la Guardia Civil ya nadie se atreve a asegurar nada. En este escenario rodeado de incertidumbres, Imanol Pradales reconoció este viernes en el Parlamento vasco que, «ante los gravísimos acontecimientos que estamos conociendo, y aunque a día de hoy no tengamos el más mínimo indicio, información o sospecha, por razones de prudencia, transparencia y responsabilidad», el Gobierno vasco «está realizando ya un análisis exhaustivo de la contratación pública realizada en los últimos 10 años».
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La declaración del lehendakari llega tras una intensa semana en la que la Guardia Civil ha destapado toda una red de adjucicaciones irregulares que tendrían como foco Navarra, con un papel destacado Antxon Alonso, un empresario nacido en Elgoibar pero que reside desde hace alrededor de dos décadas en Elorrio. Es propietario de Servinabar, una empresa que, a pesar de su reducido tamaño, se ha hecho con tajos importantes en la comunidad foral.
El temor en el Gobierno vasco, tanto en las filas del PNV como del PSE-EE, es que el escándalo salte la muga. La compañía fundada por Alonso apenas aparece en los registros de contratación pública de Euskadi, pero aun así el Gobierno vasco no se fía. De hecho, el marco temporal que fijó ayer el lehendakari coincide con el momento en el que se fundó Servinabar. En 2015 también fue cuando se retomaron los gobiernos de coalición entre el PNV y el PSE. La revisión de los contratos afectaría sobre todo al periodo en el que al frente del Ejecutivo autonómico estaba Iñigo Urkullu.
«Saltos cualitativos»
La declaración de Pradales tenía sobre todo una importante carga simbólica y buscaba lanzar un mensaje político de «transparencia». Llegó en respuesta a una pregunta planteada por el portavoz de su partido, Joseba Díez Antxustegi, sobre los retos que se marcó hace justo un año en la sesión de investidura que le convirtió en lehendakari, cuando planteó la necesidad de dar «cuatro saltos cualitativos como país».
El lehendakari aludió a la necesidad de hacerlo en el ámbito «económico-tecnológico-digital», también en el «generacional» y en la «revitalización del euskera». Pero, en especial, en la necesidad de dar un «salto de innovación democrática y revivir comunitario». Algo que, a su juicio, está cobrando una «especial importancia ante la ola autoritaria populista que cuestiona la democracia y sus principios fundamentales».
En este sentido, destacó que la tramitación de la Ley de Transparencia vasca o la creación de una ponencia para la calidad democrática, son iniciativas «muy necesarias». «He entendido siempre el ejercicio de la política desde la máxima responsabilidad, integridad, ejemplaridad y respeto», añadió el lehendakari antes de anunciar esa auditoria interna de la que no dio más datos., más allá de recalcar que se iba a revisar toda la documentación de los últimos diez años.
Pradales, en todo caso, reiteró que «la ejemplaridad en política es innegociable». «Máxima transparencia, máxima celeridad, máxima contundencia en la toma de decisiones ante cualquier caso extraño, sea del tipo que sea, sea de corrupción o de otra cuestión porque lo más relevante es que la democracia cuenta con instrumentos para actuar, y tenemos que actuar democráticamente», subrayó.
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