Un apretón de manos entre Ortuzar y Esteban en Sabin Etxea zanjó el relevo en la cúpula del PNV
El entorno del presidente atribuye su salida a un acto de «generosidad» mientras su oponente habla de un acuerdo
Andoni Ortuzar se marcha sin citar a Aitor Esteban. Aitor Esteban se queda para presidir el PNV hasta 2029 acordándose de Andoni Ortuzar, «un amigo». ... Antes de eso, de que ambos mostraran sus cartas en público e hicieran votos por la «unidad» de la sigla centenaria a la que se deben, se ven cara a cara, ayer por la mañana, en el despacho del presidente del EBB en la quinta planta de Sabin Etxea y sellan con un apretón de manos una salida de circunstancias que evita que el PNV se desangre en una lucha intestina inaudita desde que Imaz y Egibar se enfrentaron en 2003, agravada en este caso por el carácter puramente personal, no ideológico, de la confrontación.
Así se escribió ayer el desenlace de uno de los capítulos más convulsos y extraños de la historia del PNV, que se cierra -está por ver si en falso- con el paso al lado de quien ha sido presidente del EBB los últimos doce años por «responsabilidad» y ante el «alto riesgo de división» en el partido si ambos, el líder de la ejecutiva y el portavoz en el Congreso, se enfrentaban en segunda vuelta en un duelo de poder sin un claro ganador.
El partido respira aliviado al ver que no habrá choque y que Esteban tiene vía libre para ser presidente, al retirarse también de la liza el guipuzcoano Markel Olano, aunque los alderdikides no ocultan sus temores e incertidumbres ante lo desconocido, un período de inédita cohabitación entre el virtual nuevo líder del PNV y los altos cargos internos e institucionales designados bajo el manto de Ortuzar y una bicefalia totalmente a estrenar entre Esteban y el lehendakari Imanol Pradales. Aun así, los directamente implicados creen que han preservado al PNV del desgaste al que se exponía si hubiesen llevado la batalla hasta sus últimas consecuencias. «El partido está hoy mejor que hace una semana». «Que no haya confrontación es lo mejor que nos podía pasar». «Va a haber una ejecutiva sin diferencias ideológicas y capaz de representar a las distintas sensibilidades», apuntan fuentes cercanas a Ortuzar y a Esteban.
«Visto el desarrollo de la primera vuelta, creo que debo volver a mi primera convicción íntima, la de dejar paso a la renovación»
Andoni Ortuzar
Hasta aquí, las coincidencias. Pero hay discrepancias sobre el cómo y el porqué se llega, a media mañana de este jueves, a tres días de que expirase el plazo para que los aspirantes comunicasen si seguían o no en la pelea, a la sucesión de publicaciones en redes sociales que consuman la retirada de Ortuzar -y de Olano- y la luz verde al portavoz en Madrid para llevar las riendas del partido durante los próximos cuatro años. Resumidamente, Sabin Etxea niega categóricamente que se haya negociado un acuerdo, admite únicamente que personas con autoridad interna se han movido estos días para convencer a ambos de que no se enfrentaran y atribuye la salida de Ortuzar a un «ejercicio de generosidad» precisamente para evitar las consecuencias de ese choque en un momento crítico para el partido, a dos años vista de las elecciones municipales y forales en las que Bildu buscará de nuevo el 'sorpasso' y en pleno declive electoral de la sigla jeltzale.
En cambio, en el entorno de Esteban afirman con rotundidad que lo sucedido ayer es fruto de un pacto. Ese «acuerdo» se cerró, según estas fuentes, el miércoles por la noche y se acabó de «rematar» ayer, con unos últimos contactos entre los negociadores para perfilar la escenificación mediática de la fumata blanca y ya por fin, con la charla de Ortuzar y Esteban, que hasta entonces no se habían implicado directamente, en la planta noble de la sede central jeltzale, donde ambos tienen sus despachos. Ese es, por cierto, el único detalle en el que coinciden las dos versiones.
Burukides pactados
Medios cercanos al portavoz peneuvista en el Congreso apuntan a que ambas partes han pactado los nombres de los ocho burukides que acompañarán a Esteban en el EBB y que, en esa lista, hay perfiles que suscitaban el acuerdo de ambos y otros «impuestos» por las partes. De hecho anoche circulaba ya por los batzokis esa plancha acordada: tres representantes de Ortuzar por Bizkaia (Miren Martiarena, Manu Tejada y Andoni Busquet) y uno de Esteban (Maitane Ipiñazar); Markel Olano y Jon Ganbra por Gipuzkoa; Joseba Díez por Álava; y Javier Ollo por Navarra. Además, según esta versión, Gipuzkoa, que siempre ha ido por libre desde que arrancó el proceso interno, está incluida también en el acuerdo y está por ver si, como pretenden, controla la secretaría de Relaciones Institucionales que hasta ahora ha ostentado Koldo Mediavilla. «Eso no está acordado, se verá».
«Como dije el pasado 25 de enero, me siento abrumado y agradecido por las muestras de confianza y apoyo»
Aitor Esteban
Quienes prefieren ver el vaso medio lleno y confían en que el episodio no tenga consecuencias graves a medio plazo insisten en que el EBB que se elegirá en la Asamblea General del último fin de semana de marzo estará «muy compensado», al incluirse en él los presidentes de las ejecutivas territoriales que, según estas fuentes, habrían respaldado -al menos el vizcaíno Iñigo Ansola y la alavesa Jone Berriozabal- la continuidad de Ortuzar. Otros insisten en que la coherencia de la línea política está garantizada porque ni los afines al presidente ni los alineados con el portavoz harán 'lobby' para condicionar el rumbo del partido.
El matiz -si ha habido o no negociación- es importante sobre todo para el relato, central en un choque cuyas razones exactas sólo se apuntan a media voz. En lo que coinciden la inmensa mayoría de las fuentes consultadas es que el papel de Itxaso Atutxa, esposa de Esteban -que se retiró de la primera línea política al dejar la presidencia del Bizkai en noviembre, pese a que siempre había sonado como futura presidenta del EBB o incluso candidata a lehendakari- es clave en esta historia. «Itxaso y Aitor creían que ya les tocaba a ellos», resumen.
En la carta de Ortuzar, que anoche se dejó ver en la inauguración de un céntrico establecimiento hostelero bilbaíno, se lee entre líneas esa impresión. No cita a Esteban por su nombre -a diferencia de su oponente, que incluso alude a su amistad-, remarca su victoria en primera vuelta con más batzokis en su haber que los otros dos candidatos juntos y justifica su retirada por la irrupción de una candidatura «con la suficiente ambición».
Los planes 'A' y 'B'
El entorno de Ortuzar está convencido de que Esteban preparó su asalto a la presidencia a sus espaldas desde hace semanas, al menos desde que se cerró la renovación de las ejecutivas territoriales, e insisten en que para el todavía presidente fue una «sorpresa absoluta» que su portavoz le disputara la vara de mando.
La lista pactada para el EBB
Bizkaia: Miren Martiarena (Ortuzar), Manu Tejada (Ortuzar), Andoni Busquet (Ortuzar) y Maitane Ipiñazar (Esteban)
Gipuzkoa: Markel Olano y Jon Ganbra
Álava: Joseba Díez Antxustegi
Navarra: Javier Ollo
Su narración de los hechos apunta a que ya el 8 de julio, en un EBB extraordinario fuera de Sabin Etxea, Ortuzar informó a sus compañeros de ejecutiva de que consideraba que «su tiempo había acabado», un deseo de poner punto final a su mandato que ya habría expresado en 2020, aunque la pandemia cambió sus planes. En todo caso, dejó abierta la posibilidad de continuar al ofrecerse como «'plan B'» si no se encontraba un «'plan A'», un candidato que suscitase un consenso amplio. La elección de las territoriales, en un clima de tensión interna, le «ratifican» en la convicción de que debe irse y envía a «referentes» del partido a sondear a los territorios para ver si hay un relevo con suficiente apoyo. No lo encuentra porque, según estas fuentes, a Esteban no se le veía como un cambio y muchos creían que su sitio seguía estando en Madrid.
Llega entonces la carta del 18 de enero en la que se postula para continuar, aunque Esteban ya había dado muestras en una entrevista televisiva dos días antes de que iba a por todas. Ayer, volvió a dejarlo claro al agradecer, «abrumado», las muestras de apoyo y llamar al cierre de filas para «desde la unidad, afrontar el futuro con optimismo». Empieza la nueva era del PNV.
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