El PNV evita el enfrentamiento
La retirada de Andoni Ortuzar de la carrera por el liderazgo elude el choque con Aitor Esteban que abocaba al partido a una fuerte «división»
El PNV ha corregido el rumbo del proceso para elegir al líder del Euzkadi buru batzar (EBB) con la retirada de Andoni Ortuzar de la ... pugna con Aitor Esteban, una disputa que amenazaba con desgastar al partido y provocar fracturas innecesarias. Apenas tres semanas después de ponerse a disposición de la militancia, Ortuzar dio ayer un paso a un lado por «responsabilidad» y para evitar un choque con Esteban que abocaba a los jeltzales a una fuerte «división» de imprevisibles consecuencias. Un peligro del que avisaban afiliados y cuadros dirigentes, y que ha quedado conjurado por el gesto de «generosidad» del actual presidente o por un «acuerdo» de su rival.
Ortuzar renuncia a luchar por el liderazgo sintiéndose el candidato «más querido» y votado. Pero ha constatado una «pulsión por el cambio», quizá con capacidad para forzar su relevo de haber seguido adelante el duelo. Su marcha atrás deja al hoy portavoz del PNV en el Congreso el camino despejado para asumir la presidencia del EBB como único candidato y coloca a los nacionalistas en la antesala de una nueva etapa, después de haber renovado las tres direcciones territoriales, las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa, y el Gobierno vasco con Imanol Pradales.
Lo cierto es que el PNV no podía permitirse un enfrentamiento que llevaba camino de desangrar al partido tras la traumática crisis entre Imaz y Egibar. Y más cuando Ortuzar y Esteban representan a una misma generación -'jobuvis' ambos, del 62- y sin discrepancias ideológicas. Los jeltzales emprenden una etapa no exenta de riesgos, con una nueva bicefalia en la que sus dos referentes, Pradales como lehendakari y Esteban como futuro líder del partido, estrenan responsabilidades. Además, la nueva dirección deberá atender los complejos equilibrios territoriales a la espera de las reivindicaciones de la ejecutiva de Gipuzkoa, representante del ala más soberanista.
El PNV de Aitor Esteban está obligado a un ejercicio de sensatez, con el fin de afianzar la renovación desde la unidad, restañar las heridas que haya podido dejar la refriega, especialmente en Bizkaia, y encarar con fortaleza los retos. Desde reconectar con una sociedad más exigente con la gestión pública frente a una izquierda abertzale con afán de ocupar su lugar pese a su sombrío pasado, hasta mantener su vocación institucional en el conjunto de España. Tarea a la que se ha aplicado Esteban desde 2012 y que quedará vacante con su paso a Sabin Etxea.
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