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Bajo un diluvio ha comenzado este sábado el acto anual en recuerdo de las víctimas del bombardeo de Gernika. «A esta misma hora», poco después ... de las cuatro de la tarde, la villa foral sufrió un brutal ataque contra la población civil a cargo de la aviación germanoitaliana y del bando franquista. El sonido del repicar de la misma campana que alertó del bombardeo ha servido para comenzar el acto.
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Han depositado flores el alcalde del Ayuntamiento de Gernika, José María Gorroño, la vicelehendakari primera Ibone Bengoetxea, la consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, la presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejeria, el exministro y Miguel Ángel Moratinos, alto representante de la Alianza de las Civilizaciones de las Naciones Unidas, Marisol Garnmendia, delegada del Gobierno central, la diputada general, Elixabete Etxanobe, la presidenta de la Juntas Generales, Ana Otadui, y representantes de numerosas instituciones, partidos y asociaciones memorialistas. También han tomado parte, como en ocasiones anteriores, el Gobierno alemán, y el Instituto Auschwitz, así como las ciudades hermanadas con Gernika. Un respetuoso silencio ha envuelto el momento de colocación de las flores. Como siempre, sólo se ha roto cuando se ha pronunciado el nombre de los familiares de las víctimas y del corresponsal George Steer, que anunció al mundo el bombardeo, y en esta ocasión también para los allegados de presos republicanos del hospital de Gernika.
Después, con los asistentes en pie, se ha escuchado un responso en memoria de las víctimas mortales del ataque aéreo, unas 300, aquel 26 de abril de 1937. Destruyó la mayor parte de la villa foral en pleno día de mercado. No fue el único ataque aéreo de este tipo en el frente norte de la Guerra Civil, ya que le precedieron los bombardeos a Otxandio y Durango y después otros 30 municipios. También fueron numerosos en otros puntos de España. Pero ninguno conmocionó al mundo como el que inmortalizó Picasso.
Se ha bailado un aurresku en pleno centro del cementerio, junto a un centenario ciprés. El sacerdote, terminada la oración, ha pedido «por la paz y la reconciliación» en todos los lugares del mundo, un mensaje en el que han insistido también los que han intervenido en los actos programados esta mañana. Después, vecinos y autoridades han cantado juntos el 'Gernikako Arbola', el icónico himno que da cierre al acto.
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