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Gernika recuerda este sábado su día más triste, un bombardeo que conmocionó al mundo y del que se cumplen 88 años. Allí, en el frontón Jai Alai, se ha presentado la iniciativa 'Un grito por la paz, el fin de las guerras y el respecto a la legalidad internacional' con una amplia representación institucional donde destaca la vicelehendakari, Ibone Bengoetxea, la consejera de Justicia, Derechos Humanos y Memoria Democrática, María Jesús San José y el alto representante de la Alianza de las Civilizaciones de las Naciones Unidas, Miguel Ángel Moratinos, que está detrás de la organización del acto.
Moratinos ha hecho un llamamiento a sumarse a idea de Naciones Unidas porque en «este siglo XXI, convulso, entre guerras, conflictos y crisis toca reencontrar el sendero de la reconciliación, de la convivencia y del respeto mutuo entre distintas culturas, naciones y civilizaciones«. El exministro ha reivindicado »otra alternativa para el mundo, que es la paz«. Gernika ha sido elegido como el lugar elegido para hacer pública la iniciativa, que se trasladará a Sarajevo a finales de julio, por ser un »símbolo de lo que fueron los horrores de la guerra, el sufrimiento, la desesperación, ese grito que se expresa de manera extraordinaria en el cuadro de Pablo Picasso«.
Por su parte, la consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, ha asegurado en Gernika que «la mejor forma de construir una sociedad democrática sólida, comprometida y militante es recordando aquello que no queremos que vuelva a ocurrir». San José ha destacado que «ahora que volvemos a escuchar mensajes de odio y que proliferan las opciones políticas que pretenden erosionar los delicados pilares de nuestras democracias» es cuando toca «alzar la voz». Tenemos que recordar, ha insistido San José, que «ese camino ya lo hemos transitado, que sabemos a dónde nos llevan los proyectos totalitarios, el odio irracional al diferente. Nos lleva al dolor, al sufrimiento, a la fractura social. A una larga noche a la que no debemos volver».
El alcalde de la villa foral, José María Gorroño, ha destacado que «para Gernika, que fue destruido y quemado en más del 85% de sus edificaciones y con muchos muertos, uno de sus mayores patrimonios es la memoria histórica. Y en esa memoria histórica están todas las víctimas de aquel bombardeo y todos los sobrevivientes».
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