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sergio llamas
Viernes, 8 de octubre 2021, 11:30
Unas temperaturas más frescas de lo habitual, junto a 10 días de lluvias y 54 con cielos nublados hicieron caer este verano un 13,04% la afluencia a las playas vizcaínas. Así lo señaló este viernes la diputada de Sostenibilidad y Medio Natural, Amaia Antxustegi, en su balance sobre la temporada de baño. Las limitaciones de aforo también estuvieron presentes y obligaron a cerrar en 14 ocasiones algún arenal, frente a las 20 del año anterior. Además, en otras 140 ondearon las banderas de color ámbar, que alertaban del riesgo de ocupación máxima.
A pesar del descenso en la afluencia, la labor de los socorristas fue intensa durante todo el verano. En total atendieron 3.905 incidencias, en su mayor parte por heridas (2.189) y picaduras de sabirón (573). La cifra supone un importante descenso respecto a las 5.099 atenciones realizadas la temporada anterior. En el lado más trágico, fallecieron tres personas, aunque ninguna por ahogamiento.
La diputada atribuyó este viernes la bajada de visitantes a las condiciones meteorológicas. «Han sido determinantes en diferentes aspectos», señaló Antxustegi, quien añadió un dato clave: la temporada empezó en 2020 dos semanas más tarde. Este año se desarrolló del 1 de junio al 30 de septiembre, mientras que el anterior no arrancó hasta el 15 de junio. Con todo, entonces se llegó a los 2,7 millones de usuarios en los arenales, frente a los 2,35 de este año. Como es habitual, agosto registró las mejores cifras, con 890.209 visitantes. Además, creció el tiempo medio de estancia, pasando de 3,67 horas a 3,96, aún por debajo, eso sí, de las más de cuatro horas previas a la pandemia.
El arenal más visitado fue Ereaga, que sumó 326.783 usuarios. Le siguen La Arena, en las localidades de Zierbena y Muskiz, con 249.835; el de Arrietara-Atxabiribil, con 249.835; y los de Gorliz y Plentzia, con 198.299 y 152.139 visitantes, respectivamente.
La diputada de Sostenibilidad y Medio Natural destacó este viernes la valoración que los usuarios realizan de la gestión y los servicios que se ofrecen, con una nota global de 7,73 puntos sobre diez. Las mejores valoraciones se las llevan las playas de Karraspio, que llega al 9,14; la de Laga, con un 8,90; y la de Plentzia, 8,77. Ninguna del territorio histórico puntúa por debajo del seis.
En cuanto a los servicios, el mejor valorado una vez más ha sido el de la seguridad, con su mejor nota en los últimos cinco años: un 8,92. También destaca la falta de alarma en torno a la situación sanitaria. «Nueve de cada diez personas aseguran haberse sentido seguras en lo que al mantenimiento de las distancias se refiere, tanto en el agua como en la arena», se felicitó este viernes Antxustegi, que señaló que en estos aspectos se «roza la excelencia».
La responsable foral sí vio margen de mejora en la manera que los usuarios tienen de acudir a las playas. Aunque el principal factor para optar por una u otra sigue siendo la cercanía, más de la mitad (el 52%) acude en coche. La tendencia no es nueva, aunque sí se observa una mejora en cuanto al uso del metro. En la temporada de playas de 2021 prácticamente se ha doblado el número de bañistas que acude por esta vía respecto al pasado año, pasando de 5,3 al 10,4%.
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