La serpiente que eclipsó el régimen franquista
ETA fue la coartada para hacernos olvidar la sangrienta dictadura
Profesor de Investigación en el Instituto de Filosofía del CSIC e historiador de las ideas morales y políticas
Miércoles, 19 de noviembre 2025, 00:02
Mikel Urretabizkaia se doctoró en Periodismo y Nuevos Medios, pero siempre ha sabido poner en práctica su docencia universitaria, ejerciendo como periodista de prensa y ... de televisión. Como documentalista recibió el Premio Internacional Rey de España en el apartado iberoamericano por su documental 'El secreto de Urdaneta'. Como cineasta participó con el filme 'Gazta' en la sección Culinary del Zinemaldi, festival que le otorgó el primer premio en la sección Eusko Label por 'Latxa'. Es autor de una biografía sobre Iñaki Rekarte, un arrepentido etarra que rehízo su vida tras cumplir una condena de veinte años.
Ahora ha publicado un libro inclasificable porque toca varios géneros. Es un ensayo político, pero en ocasiones tiene visos de novela histórica y otras veces bordea lo que sería un guion cinematográfico, reuniendo así sus competencias como estudioso de la historia reciente, acreditado periodista y cineasta vocacional. El título nos revela que no ha podido salir en un momento más oportuno, al coincidir con el 50 aniversario de la muerte del caudillo. Por supuesto contiene un guiño para cinéfilos. Me refiero a 'Franco-ETA: La extraña pareja', texto del que Amazon ofrece una versión digital y otra impresa.
Por su lugar y fecha de nacimiento, Ordizia (Villafranca de Oria) en los años cincuenta, el autor no podía estar mejor posicionado para tratar ambos temas. Educado bajo el franquismo con la Enciclopedia Álvarez y la Formación del Espíritu Nacional, tenía que cantar el 'Cara al sol' antes de acceder a unas aulas presididas por un crucifijo flanqueado por Franco y José Antonio, a quien dicho sea de paso un día confundió con los atributos del caudillo por su aspecto. De otro lado, al mirar atentamente la foto de su primera comunión, reconoce a unos cuantos que luego militaron en ETA, entre los cuales destaca la figura de Francisco Mujika Garmendia, conocido mientras capitaneó la organización terrorista con el alias de 'Pakito', quien por cierto llegó a jugar de niño con Jaime Mayor Oreja, futuro ministro del Interior con Aznar.
Aunque yo me he leído este libro de principio a final, lo cierto es que también cabe disfrutarlo leyendo uno u otro capítulo, al tener una entidad propia y ser las piezas que nos permiten contemplar el mosaico del conjunto. Una de sus tesis principales es que ETA logró eclipsar a la dictadura franquista, no solo durante la Transición, sino ya en plena democracia. La barbarie terrorista hizo caer en el olvido las atrocidades de un régimen impuesto por ese levantamiento militar que respaldaron Hitler y Mussolini.
En esa 'Guerra Incivil' que provocaron los militares insurrectos y que traicionaron a la II República española, es indudable que ambos bandos cometieron auténticas barbaridades, pero no es menos cierto que quienes lograron la victoria tuvieron mucho más tiempo para perpetuarlas. Con el atentado contra Carrero Blanco ETA consiguió eliminar de la ecuación al sucesor que debía tutelar el franquismo sin Franco, quien además puso la corona en un príncipe cuya educación estaba infiltrada por los principios del Movimiento. Si se hubiera disuelto con el advenimiento de la democracia, como hizo la rama político-militar, el emblema de la serpiente quizá habría recibido un juicio histórico distinto, pero contra todo pronóstico su barbarie se fue incrementando hasta el paroxismo, ejerciéndola incluso contra sus propios exdirigentes, como testimonia el caso de 'Yoyes'. La censurable subcontrata de los GAL no ayudó a remansar las aguas.
Aznar entabló negociaciones con el Movimiento Vasco de Liberación Nacional, aunque fueran Zapatero, Rubalcaba y López quienes consiguieran esa hazaña política. Me parece convincente lo que se nos narra en esta obra. ETA fue una coartada perfecta para hacernos olvidar lo que supuso el sangriento régimen franquista y la historia suele repetirse cuando se ignoran sus lecciones. Conviene recordar lo que supuso una lucha fratricida cuyas heridas dejaron su impronta en el imaginario colectivo, aunque sea de modo inconsciente, haciendo balance de una implacable dictadura que duró casi cuatro décadas y que algunos pretenden dar ahora por buena.
La Transición se dejó muchos pelos en la gatera y el funcionariado franquista se mantuvo en sus puestos. Conviene recordar que siete significativos ministros de Franco crearon Alianza Popular, matriz de lo que hoy es el Partido Popular. Si hasta Chile cuenta con un Museo sobre Allende y Pinochet, qué nos impide hacer otro tanto en España con la II República y Franco, sin dejarnos cegar por una ETA que afortunadamente ya no existe.
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