Crece la población joven extranjera en el programa de personas sin hogar de Cáritas Miranda
Aunque se trata de un colectivo que va en aumento, hasta el 53% de los atendidos son españoles
Cristina Ortiz
Martes, 21 de octubre 2025, 14:16
Miranda cuenta, como otras muchas ciudades españolas, con un albergue para transeúntes. Es un recurso habitual. No lo es tanto, como reconocen en Cáritas, que ... se cuente con varios servicios y programas destinados a tratar de apoyar que la gente abandone la calle. En eso la localidad es una «excepción», pese a que los números demuestran que funciona y que, además, es la única fórmula que hay para dar una solución que pase por la integración de quien necesita esa ayuda.
Apoyo que en el caso de Miranda en el último año han recibido una veintena de personas, según los datos dados a conocer por la entidad coincidiendo con la conmemoración el domingo 26 del Día de las Personas sin Hogar. Concretamente 13 están en su Unidad de Mínima Exigencia, un recurso para personas sin un techo que están afincadas en la ciudad y son conocidas tanto por Cáritas como por los Servicios Sociales municipales.
A éstas hay que sumar otras 8 que viven en su residencia y piso tutelado y a través de las que se busca brindar un apoyo permanente a quienes quieren abandonar el sinhogarismo. Un colectivo con el que se lleva a cabo un acompañamiento individualizado en su recuperación personal y social.
Apuesta por una atención personalizada cada vez más generalizada, de cara a aumentar el éxito de ese servicio, ya que cada individuo tiene unas necesidades, aunque compartan situaciones más que duras como el hecho de no tener una vivienda y estar residiendo en la calle. «Cada vez se personaliza más, la intervención depende de cada persona. Dentro de nuestras posibilidades, intentamos que la gente abandone el sinhogarismo y recupere su vida», apuntaba Juan Alfonso Menéndez, responsable del área de atención a personas sin hogar de Cáritas.
Aunque en muchos casos la búsqueda de trabajo y la regularización de documentación para poder trabajar –para lo que se necesita al menos dos años– son temas recurrentes. De hecho, en el último ejercicio en la entidad perciben que «la población sin hogar más joven la compone en casi su totalidad personas extranjeras, principalmente magrebíes y con un leve aumento, respecto a otros años de chicos subsaharianos, aunque la mayoría de las personas atendidas son españolas», explicó.
Un colectivo al que no le queda otra opción que «buscarse la vida» y muchas veces en la economía sumergida, su única alternativa al carecer de papeles. «Tienen que subsistir, por lo que se les acaba dirigiendo a la precariedad, a la pobreza... La legislación no favorece la inserción rápida de la gente que llega».
Para algunos, el taller ocupacional de Cáritas, en el que se trabaja para recuperar hábitos laborales, hasta que pueden acceder a un empleo normalizado es su única opción. Lo ha sido en este año para 15 personas. A las que hay que sumar 5 que lograron un contrato de trabajo y 3 que han accedido a formación educativa.
Por otro lado, en este ejercicio, por el albergue de transeúntes y el comedor han pasado 293 personas, de las que la inmensa mayoría son hombres, hasta 288. Las otras cinco restantes, mujeres; si bien, en su caso, la emergencia habitacional puntual se ha resuelto a través de pensiones, ya que la instalación con habitaciones que está disponible en Las Californias está reservada únicamente a varones. Para ellas, en las inmediaciones, se construyó un inmueble de madera, con una inversión de 42.000 euros, que 5 años después de su montaje sigue cerrado a cal y canto; y pendiente, entre otros aspectos, de que se construya una acera perimetral y se monte un sistema de calefacción.
De todos modos, desde Cáritas, más que ver necesaria su inauguración como centro para mujeres transeúntes, se decantan por destinarlo a unidad de mínima exigencia o incluso a piso tutelado. Dos servicios en los que la demanda de atención es más elevada y no tiene alternativa.
En lo que se refiere al centro de día, que abrió sus puertas el 12 de octubre y será accesible hasta el 30 de abril, de 9.30 a 20.30 horas, en la temporada anterior pasaron por allí 162 usuarios.
Del total de las personas atendidas por Cáritas en el programa de atención a personas sin hogar, el 53% eran españolas y el 47%, extranjeras.
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