Por qué la piña nos ayuda a perder peso
Por su alto contenido en agua, sus pocas calorías y la bromelina que atesora, esta fruta es una inmejorable aliada para estas semanas
Jesús Lens
Jueves, 18 de enero 2024, 17:01
No vamos a andarnos con rodeos: estamos en el arranque de la temida cuesta de enero y toca apretarse el cinturón. Hay que afrontar que los excesos de la Navidad nos han pasado factura en forma de kilos de más: es momento de purgar. A la porrusalda, sopas y cremas de turno añadamos la piña para darle a nuestras dietas un toque de color, además de algo de sabor dulce y exótico.
La piña natural nos ayuda a meter el cuerpo en vereda por tres razones fundamentales: la enorme cantidad de agua que atesora, hasta un 87% de su peso; las pocas calorías que aporta, apenas 45 kcal/100 gr. y, sobre todo, por su aporte de bromelina.
La bromelina es una enzima que forma parte del jugo gástrico y que sirve para deshacer las proteínas, facilitando la digestión. Y, además, es un gran inhibidor de la formación de nitrosaminas, que tienen propiedades cancerígenas para el estómago. Como la piña también aporta fibra, ayuda de una manera muy decidida a facilitar el tránsito intestinal.
Sumémosle su aporte de calcio, magnesio, potasio y ácido fólico. Y algo de vitaminas, también, aunque menos que los cítricos. Terminemos destacando la faceta más 'contestataria' de la piña y los efectos 'anti' que suma: antiinflamatorios, antiedematoso (combate la retención de líquidos) y antitrombótico.
Color y exotismo a la cuesta de enero
Hablamos, siempre, de la piña natural. La envasada, aunque sigue siendo buena, pierde casi por completo la bromelina, que se degrada con facilidad. Y ojo a la conservación en almíbar, que suma calorías y, si lo que buscamos es perder peso de una forma dulce, hacemos un pan como unas tortas.
Con lo áspera y gris que es la cuesta de enero, la piña le aporta un rapto de color y exotismo. Hablamos de una fruta que vino de Brasil y Centroamérica. ¡Pura vida! De hecho, Colón fue el primero en traerla al Viejo Continente y su nombre alude al parecido con las piñas de 'nuestros' pinos. En plan viajero: si hay que beberse algún cóctel estos días, que sea la piña colada. Es un combinado de piña, crema de coco y ron. Evidentemente, muy detox no es, pero rica está un rato. Que no todo va a ser sufrir.
La piña en cocina
En los tacos al pastor, vale. ¿Pero en la pizza? La de broncas que ha provocado lo de ponerle piña y llamarla hawaiana. Una receta que, curiosamente, viene de Canadá, basada en la gastronomía oriental que mezcla sabores dulces y salados. La piña sobre todo, se usa como postre y en repostería. A la hora de elegirla, miren que tenga un color anaranjado y que huela, pero no demasiado, que entonces ya está fermentada. Si en su frutería de referencia le dejan tocar el género, que no se hunda al presionar con los dedos. Que esté compacta. Además de en famosas rodajas (vean los tutoriales de cómo pelar una piña en condiciones) se puede tomar en forma de batido, sano y natural. Un tartar de piña aromatizado con hierbabuena y toque de coco es un gran postre y en los poke bowls da un aporte refrescante.
