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Picotas, las cerezas sin rabito

Dulces, ricas y crujientes, son la modalidad de cereza más tardía y las más famosas y conocidas vienen del valle del Jerte

Jesús Lens

Miércoles, 20 de agosto 2025, 19:49

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Es el momento de las picotas, esas cerezas sin rabito que, de color rojo oscuro, son una explosión de sabor en la boca. Lo de explosión en sentido figurado, pero también real, que son crujientes y, al morderlas, su carne firme resuena en la cavidad bucal como un Peta Zeta. Aunque ya llevan semanas en las fruterías se podrán disfrutar hasta finales de agosto. Es una fruta que, como el melón o la sandía, es sinónimo de verano, un placer comerlas a la sombra mientras canta la chicharra ahí fuera.

Entre el mar Negro y el Caspio. Allí nacieron y allí se daban las cerezas antes de expandirse por toda la cuenca mediterránea. Los romanos conquistaron la colonia griega de Kerasous, cuyo nombre se latinizó en Cerasus, de ahí su nombre.

La OMS aconseja el consumo de cerezas, y de picotas por tanto, pero esperando siempre a que estén bien maduras y en su punto óptimo. Por lo sabroso, claro. Pero, sobre todo, porque los muchos nutrientes que suman se asimilan mejor por nuestro organismo. Por su color rojo intenso ya sabemos que aportan antocianinas en gran cantidad y que, por tanto, las picotas son antioxidantes y buenas aliadas de la piel y del sistema circulatorio. Los muchos flavonoides que tienen las hacen buenas para la memoria, hasta el punto de que se recomiendan contra el alzhéimer.

Mítica serie

También suman melatonina, por lo que ayudan a regular los ciclos del sueño. Además, resultan depurativas y ayudan a eliminar toxinas y gases, echando una mano con el estreñimiento, una de las grandes amenazas del verano cuando salimos fuera de casa.

Si es usted de quienes aprovechan el verano para entregarse a la bicicleta o hacer todo tipo de deportes, las cerezas ayudan a la recuperación física de los músculos y los tendones, que tienen propiedades antiinflamatorias.

Huérfanas de rabito. Es una de las características principales de las picotas más famosas: las del Valle del Jerte. La ausencia del cultamente conocido como 'pedúnculo'. El rabito, o sea. Cuando está madura se desprende naturalmente y el fruto queda brillante e inmaculado. Audrey Horne, uno de los personajes de la mítica serie 'Twin Peaks', de David Lynch, y en la que las cerezas tienen gran protagonismo, no habría podido mostrar con una picota en la boca su destreza con la lengua, con la que era capaz de hacer un nudo perfecto al rabito de la fruta… sin usar las manos.

En cocina las cerezas se han convertido, junto a las fresas y la sandía, en uno de los ingredientes alternativos al gazpacho tradicional. Sí, el color sí importa. En las ensaladas aportan la textura crujiente y es una fruta ideal para elaborar mermeladas y confituras. Por cuanto a salsas, acompañan a platos de diferentes tipos de carne, sobre todo, las de caza. Y si hablamos de postres y dulces, es necesario traer a colación la tarta de cerezas que volvía loco al agente Cooper, nuevamente en 'Twin Peaks'.

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