«No podemos reemplazar a todos los fondos que han entrado a dar el pelotazo»
Advierte de que al valorar la entrada en empresas «hay precios que no vamos a asumir» y se priorizará a las estratégicas
Mikel Jauregi es lo que se viene a conocer como un 'outsider' de la política. Hace un año dejó atrás su carrera profesional en Londres ... para embarcarse en un Gobierno vasco que ha hecho de la industria su punta de lanza, de la que ha presentado esta semana su gran plan de impulso económico. Presume de que su equipo también viene del mundo privado y augura un final feliz a la 'operación Talgo'.
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- El Gobierno vasco pasa «al ataque» con el nuevo Plan Industrial, que aumenta en un 50% la inversión de la última legislatura de Urkullu. ¿Hemos estado a la defensiva?
- Esta ampliación responde a un momento de riesgo que exige contundencia, pero estamos construyendo sobre lo que estaba construido. La situación es de una incertidumbre inédita, pero nuestros predecesores tuvieron que lidiar con situaciones muy complicadas como la reconversión industrial. Nosotros estamos en un momento más fácil, pero tenemos frentes como la transición energética y la digitalización.
- Con 3.900 millones de inversión pública pretenden movilizar 12.000 privados. ¿Cómo lo van a hacer?
- Es una estimación conservadora. En Europa, históricamente, por cada euro invertidos se traccionan otros tres. Exigiremos que haya un acompañamiento privado de todas las inversiones públicas. Dinero hay, lo que pasa es que nos faltan los instrumentos para canalizarlo, que los presentaremos en septiembre.
- La inversión en empresas a través de la Alianza Financiera es una de las claves del plan. Pondrán 1.000 millones de euros de dinero público y esperan otros 3.000 de entidades privadas. ¿Pero qué papel van a tener las EPSV? Aún no se ha aclarado.
- Es la asignatura pendiente que tenemos. El capital propio existe, pero necesitamos instrumentos atractivos para que se puedan hacer inversiones. El departamento de Hacienda está trabajando en ello.
- Una de las grandes operaciones que han impulsado es el desembarco del consorcio liderado por el presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga, en Talgo, que al parecer ahora depende de un préstamo convertible de la SEPI. ¿Se va a lograr culminar?
- El esquema que nosotros teníamos planteado era llegar a un preacuerdo con el accionista de referencia en términos de precio y condiciones para hacer el cambio accionarial. El segundo era entender el impacto de la sanción de Renfe porque 116 millones es mucho dinero para una empresa que en su día valió 600. Una vez comprendido esto, la cuestión ahora es cómo se arma la refinanciación. Estamos en esta tercera fase, la de escuchar las exigencias de los bancos y dar respuestas.
- ¿Hay una exigencia de los bancos de que entre la SEPI?
- Hay una exigencia de que los fondos propios se tienen que fortalecer.
- ¿A través de una figura como un préstamo convertible?
- Hay muchas figuras (ríe).
- El Gobierno vasco ha invertido 35 millones en dos empresas de Jainaga -Ohmnia Electronics e Innometal- y él va a poner 45 en Talgo. Hay quien lo interpreta como una maniobra para facilitarle recursos para la operación.
- No es así. La idea venía desde hace más de seis meses. Hay un problema de arraigo y sucesión en las empresas familiares. Lo que Mirai está haciendo -el holding de inversión de Jainaga- es crear vehículos para dar salida a empresarios que quieran vender sus empresas, como Ohmnia Electronics e Innometal, aglutinarlas y profesionalizar su gestión. Nos encanta lo que hacen y entramos para que puedan usar el capital en otras operaciones similares. Pero además lo hemos hecho de la mano de otros dos inversores privados y creo que es una fórmula a repetir para garantizar el arraigo, la sucesión y consolidar el tamaño empresarial. El modelo Mirai tiene espíritu industrial, no como los fondos de inversión extranjeros, que compran las empresas, las llenan de deudas y las dejan a rastras.
- Están inyectando dinero público en algunas empresas como forma de garantizar el arraigo, pero también lo necesitan otras muchas. ¿Cómo justificarán que en unas sí y en otras no?
- Haciendo un análisis de cuáles son las importantes. No vamos a poder sacar a los fondos de inversión de todas las empresas en las que han entrado. Tienen unas expectativas increíbles de hacer negocio. Quieren pegar el pelotazo y hay precios que no vamos a asumir. Tenemos que ver cuáles son las estratégicas y en cuáles hay voluntad de llegar a un acuerdo.
- Entre las empresas que requieren su apoyo están Uvesco, Eroski, Aernnova...
- Viendo el Plan Industrial se puede tener una idea de cuáles encajan mejor.
- Aernnova encajaría.
- (Ríe) Encaja, encaja.
Arraigo empresarial
- ITP Aero es una compañía estratégica en la que el Gobierno vasco ya tiene un 6%. ¿Se plantea aumentar su participación ante la posible salida de su principal accionista, el fondo Bain?
- Tenemos una buena relación con Bain, que está muy contento con ITP Aero y piensa seguir al menos los próximos cinco años. Nosotros vamos a seguir con la participación que tenemos. Lo que sí queremos es hacer crecer la cadena de suministro en torno a ITP y hay un proyecto transformador en el Plan Industrial en este sentido.
- El Plan Industrial no hace referencia al mercado de la defensa, ¿cuáles son sus posibilidades de desarrollo?
- La seguridad de la UE, ante la situación histórica que vivimos, es una de las prioridades de la Comisión. Nosotros vamos a poner a la disponibilidad de la agenda europea nuestras fortalezas industriales y las tecnológicas.
- Vayamos con Bridgestone. El ERE se ha aceptado porque eran buenas condiciones. ¿Qué consiguió con su viaje a Japón?
- Hemos mantenido interlocución directa con Bridgestone a todos los niveles de la empresa. Esto ha sido acompañado con una interlocución institucional para que, primero, la factura social de este ajuste sea la menor y, después, asegurarnos el futuro industrial de la planta.
- ¿Y qué ocurre en Guardian?
- Teníamos dos inversores de fuera de Euskadi -son modulares, compatibles entre ellos- con ganas de apostar por el proyecto y sacarlo adelante. Lo que estamos haciendo es intentar que los compradores futuros y el vendedor actual lleguen a un acuerdo.
- En la presentación del Plan Industrial lamentó que Euskadi no ha atraído una multinacional en décadas. Habló del terrorismo, ¿pero qué ha pasado para que no hayan venido en los últimos años?
- Hemos perdido de alguna manera el músculo tras tantos años. Socialmente la palabra multinacional suena mal, pero tienen tecnología punta y acceso a los mercados. Mercedes es una multinacional y tiene una planta arraigada. Tenemos que cambiar el 'chip' y verlas como empresas que hacen bien donde van. Hemos perdido músculo en cincuenta años y tenemos que recuperarlo.
- ¿En qué medida han podido influir el absentismo y la conflictividad?
- ETA nos hizo polvo y la gente nos puso una equis porque las empresas quieren reducir riesgos. El problema ahora son los enchufes, sin electricidad no hay inversión. Aunque el absentismo sea nulo, en estas condiciones no hay nada que hacer.
- El vicelehendakari Mikel Torres dijo que el absentismo no es el principal problema de Euskadi, que es la siniestralidad.
- La muerte de cualquier persona siempre es lo peor, pero no hay que mezclar los dos temas. El llamamiento que hacemos desde el Gobierno es que la patronal y los sindicatos salgan de las trincheras para hablar de los temas que impactan a la competitividad.
Incertidumbre total
- El crecimiento de este año y el próximo se ha revisado al alza. ¿Significa que el golpe de Trump va a ser menor de lo esperado?
- Hay que esperar al 9 de julio, a ver qué pasa. Por ahora la facturación de las empresas no ha bajado. Pero veo el ánimo y creo que al Gobierno nos toca dinamizar más inversiones.
- Israel ha declarado la guerra a Irán. ¿Cómo puede impactar la situación en Euskadi?
- El petróleo ha subido y puede tener un efecto inflacionario, pero hay otras variables como que Arabia Saudí empiece a bombear más petróleo y bajar eso. Todo lo que sea incertidumbre nos viene mal.
- Usted gobierna con el PSE, ¿en qué medida les inquieta el 'caso Santos Cerdán'?
- Veo a los compañeros del partido socialista trabajando duro para sacar el programa de Gobierno adelante y esto no les refleja. Están tristes y comparto su tristeza. Es una pena que haya personas atraídas por la corrupción en cualquier partido.
- El Gobierno Sánchez, con el que tienen firmados acuerdos importantes, está contra las cuerdas. ¿Les preocupa?
- El presidente ha mostrado en su pasado ser muy resiliente. Tenemos una buena relación entre ambos gobiernos y hay puntos de encuentro en asuntos como las redes. Me gustaría que la colaboración siguiera a más.
- Ha cumplido un año como consejero. ¿Se siente orgulloso de lo conseguido?
- Mi mayor orgullo es mi equipo. El 90% viene del mundo privado. Han hecho un esfuerzo personal y monetario por compromiso de país.
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