La donación familiar a menores de 36 años para comprar casa no tributará
Los jóvenes centran las las propuestas fiscales en vivienda con el objetivo de salvar el escollo del 20% que no cubre la hipoteca
«Si todos los recursos se destinan exclusivamente al alquiler, solo las personas ricas o las que reciben una casa en herencia pueden ser propietarias». ... Así lo explicó el viernes pasado el lehendakari, Imanol Pradales, al apuntar que la reforma fiscal de las diputaciones favorecería el alquiler, pero no olvidaría el apoyo a la compra. Para lo que recordó que «nueve de cada diez jóvenes que viven de alquiler lo consideran una situación temporal».
Las líneas generales del acuerdo que han cerrado PNV y PSE para los nuevos impuestos fueron presentadas ayer en las Juntas Generales y, para la compra de vivienda, señalan un enemigo a batir. Es el 20% del valor de un inmueble que habitualmente los bancos no cubren en el importe de la hipoteca. Para salvar ese obstáculo se plantean varias acciones y una es la de que el dinero que los padres, abuelos, tíos o hermanos puedan dar para esa compra quede exento del Impuesto de Donaciones. Así, hasta 30.000 euros entregados por familiares de hasta segundo grado escaparán a la 'mordida' de Hacienda.
Los titulares de una cuenta vivienda aumentarán el plazo para ejecutar la compra hasta los diez años
El objetivo es allanar al máximo el momento de la compra, que es cuando más se disparan los gastos por los costes provocados por la notaría y el banco. Para ello, en el ejercicio en el que se compre la vivienda, los menores de 36 años no tendrán límite en la deducción y podrán imputar todo el desembolso.
Conservar deducciones
Además, la cuenta vivienda, sobre la que pesa la obligación de ejecución en seis años, ampliará ese plazo hasta los diez años. Durante todo ese tiempo, se podrán seguir realizando aportaciones. El objetivo es contar con más tiempo con el que generar el ahorro necesario.
Otra de las novedades es que los menores de 36 años podrán hacer como las empresas y generar bases imponibles negativas. Es decir, tendrán el derecho a acumular durante cinco años el importe de deducciones no satisfechas porque no pagaban lo suficiente a Hacienda. El planteamiento permitirá ir acumulando esos derechos para que si llega un ejercicio en el que los ingresos son mayores y, por lo tanto, también los pagos en el IRPF, puedan minorarse a cargo de lo generado en años anteriores.
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