Rahm tiene entre ceja y ceja despertar en Valderrama

Acabada la franja estadounidense de cuatro torneos consecutivos –los LIV de Virginia y Dallas, además del PGA Championship y el US Open–, Jon Rahm ya piensa en la exigente gira europea que le plantea julio. Descansará esta semana antes de competir en tres consecutivas, con grandes alicientes como el torneo del circuito saudí que acogerá Valderrama y, sobre todo, el Abierto Británico de Portrush (Irlanda del Norte). Cerrará la trilogía el LIV de Rocester, Inglaterra, lugar en el que hace un año inauguró su palmarés en la liga en la que defiende el anillo de campeón.

El vizcaíno desembarca en España después de una de sus peores actuaciones de la temporada. De hecho, Dallas ha sido el primer escenario, después de 20 consecutivos, en el que Rahm no ha finalizado un torneo del LIV entre los diez primeros. Eso sí, las distancias fueron mínimas. Apenas finalizó a tres golpes del campeón Patrick Reed, aunque se tuvo que conformar con una undécima posición. Fue una semana en la que nada salió como esperaba: malas salidas desde el tee, hierros largos irregulares e irregular desempeño con el putter. Solo su fiabilidad al encontrar greenes la mayoría de las veces le permitió dar la cara y no desinflarse.

Con nueve torneos completados en el circuito saudí, el 'León de Barrika' sigue dominando la estadísitica de greenes en regulación con un 74,49%. Esto mide las veces en las que puedes patear para birdie. Es el segundo que más rebajas consigue con 128, siete menos que Joaquín Niemann, que cuenta con una media de cinco por ronda. Recortar puntos al chileno, líder en la clasificación general, era uno de los desafíos de Rahm en Maridoe. Pero apenas le rascó un puñado que no cambia la situación a falta de cuatro citas para el final del curso. La distancia entre ambos supera los 40 puntos, el botín que ofrece cada victoria en el LIV. Niemann cuenta con 166,52 por los 124,16 del vizcaíno. Entre medias está Bryson DeChambeau con 131,1. El birdie en el último hoyo del californiano apartó a Rahm del Top-10.

Así las cosas, ser anfitrión en Valderrama –se celebra del 11 al 13 de julio– se antoja como la mejor oportunidad para despertar y revertir una situación que parecía corregida tras sus buenas actuaciones en los últimos grandes, PGA y US Open. En el primero peleó con Scottie Scheffler por la victoria y un gran desenlace en el segundo le permitió sumar otro digno top-10. Bien es cierto que el espectacular club gaditano enclavado en el Campo de Gibraltar no se le da especialmente bien, pero el calor del público y las ganas que tiene de rendir en España deberían suponer un fuerte impulso.

Una semana después afrontará uno de sus grandes retos del año: coronarse por fin en el British. Lo buscará en los links de Portrush. El brusco cambio de superficie es un hándicap que juega en su contra ya que apenas tendrá tiempo de aclimatación. Por no hablar del sol radiante de Cádiz y la incógnita meteorológica que siempre supone competir en las islas británicas. De allí no saldrá porque días después jugará el LIV de Rocester, escenario en el que empezó a cimentar en 2024 su remontada a Niemann.

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