«Que fuera al LIV y jugara peor en los majors no tenía nada que ver», dice Rahm tras la tercera jornada del PGA Championship
El vizcaíno dice que «sabía que era capaz de hacer esta ronda» que le permite soñar con la victoria en Quail Hollow
«Estoy muy contento de estar de nuevo en esta posición», se felicitó Jon Rahm en la primera pregunta que respondió nada más acabar su espectacular ronda en Quail Hollow (-4 para -6, a cinco de Scottie Scheffler). «Este campo es complicado», reconoció el vizcaíno. «Estoy muy contento con mi juego. Sabía que era capaz de hacer esta ronda. En las dos primeras me sentí muy confiado, así que en esta lo hice todo un poco mejor. Espero tener un buen domingo», agregó.
Le lanzaron a Rahm que la de este sábado ha sido su mejor vuelta en un grande desde su fichaje por el LIV. «Que yo fuera al LIV y jugara peor en los majors no tenía nada que ver con cómo estaba jugando al golf», respondió el de Barrika, que volvió a referirse a sus problemas en el swing para explicar su bache de resultados en las citas importantes. «Es más fácil conseguir una puntuación en lugares que no son grandes campeonatos, y creo que cuando llegas a escenarios como este esos defectos van a quedar expuestos, y así ha sido». Hasta ahora.
«Ha habido semanas en las que he podido jugar mejor, como el Open del año pasado. En Augusta obviamente no tuve un buen comienzo pero mejoré según avanzaba la semana. Incluso en 2023, después de ganar el Masters, no jugué nada bien hasta la Ryder Cup. Así que creo que los problemas empezaron antes de lo que la gente piensa», añadió.

«No creo que mi rutina cambie. Haré lo mismo para un torneo del LIV, del DP World Tour (el circuito europeo) o un major. La principal diferencia es el escenario. Todos somos conscientes sobre para lo que estamos aquí y lo que hay en juego», dijo Rahm.
El incidente con el golpe al aficionado
Por último, el de Barrika analizó la secuencia en la que impactó con su bola a un aficionado. «No he visto rebotar de esa manera en mucho tiempo. Si fuese con el driver... pero fue un hierro 6. Le dije a Adam (Hayes, su caddie) que preparara un guante porque se lo tenía que regalar. Y él me dijo que quizás no era suficiente. Él se lo tomó genial. A veces, cuando eso sucede y no están heridos, están tan emocionados porque saben que vamos a ir allí y solo tener una conversación de cinco minutos supone mucho para ellos. Si tiene raíces de Bilbao me lo creo», añadió sobre la robustez del hincha. Todo se quedó en un susto.
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